En los tres años que lleva como taxista Gladys Herrara, de 52, nunca imaginó que le podían hacer una multa por la ropa que se pone para trabajar. Menos esperaba que el llamado de atención llegara de una mujer. Este miércoles a la mañana estaba en la parada de calle Cafferata de la Terminal de Ómnibus vestida con una camisa a cuadros sin mangas cuando una inspectora le golpeó la ventanilla. Le dijo que estaba incumpliendo con la ordenanza municipal que no permite que los choferes del servicio público manejen con los brazos descubiertos. Le tomó el número de taxi y, antes de firmar el acta, Herrara se fue. A las pocas cuadras se sacó una foto de la camisa y la subió a Twitter. Desde la Secretaría de Control y Convivencia municipal informaron que sólo fue un llamado de atención en base a la norma vigente, sin multa. Según Herrera, la inspectora sí hizo el acta de infracción y espera ser citada junto con el titular del auto que maneja. La ordenanza en la que se basó la agente tiene casi cuatro décadas y hace referencia a la ropa de taxistas varones. Tienen que usar remera o camisa abotonada, zapatos cerrados y pantalón o bermuda a la rodilla si es verano. Aclara que no pueden usar sombrero o gorras y si tienen pelo largo debe estar atado. Sobre las mujeres sólo dice que la norma se adaptará las particularidades de la vestimenta femenina.
“Me llamó la atención que una mujer le esté diciendo a otra cómo vestirse. Ni siquiera tenía una musculosa puesta. Era una camisa bien abotonada con una remera abajo para no mostrar escote”, contó Herrera a El Ciudadano. Para ella la ordenanza que regula la vestimenta es prehistórica. Después de lo que pasó en la Terminal llamó a la línea municipal 147 para informarse sobre su contenido y desde cuando está vigente. El operador que la atendió no tenía la información.
Herrara consideró que el llamado de atención por la ropa es parte de las hostilidades que las mujeres choferes vienen denunciando en la zona de la Terminal. Este año las taxistas se organizaron en la Asociación de Mujeres Conductoras (AMC), que surgió de la mano de la aplicación She Taxi para pedir con el celular un taxi conducido por una mujer. El grupo puso en evidencia el trato diferencial que reciben en la zona de la Terminal.
Según la AMC, un grupo monopolizaba todos los viajes y ellas empezaron a llamar al 147 y a los medios cada vez que pasaban una situación. También denunciaron a varios taxistas varones por amenazarlas. En julio llegaron a la Justicia. Leonardo I. fue imputado por amenazas coactivas después de agredir a la chofer Soledad Baiochi cuando quiso tomar un viaje en uno de los accesos de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno. “Vas a terminar en una zanja”, le dijo el titular de la chapa y echó a la colega.
“Desde que visibilizamos lo que pasa en la Terminal están más hostiles tanto los taxistas como los inspectores, que ahora tienen que controlar las 24 horas. Pero llama la atención que se fijen en mi camisa y no los hombres que manejan con musculosa o con el auto todo sucio y viejo”, dijo Herrera.
Demanda creciente
La demanda de mujeres taxistas creció en los últimos años. La aplicación She Taxi lo demuestra. Nació en Rosario a fines de 2016 y fue precursora en el país. Arrancó con dos conductoras y hoy tiene un plantel de 100. Hacen alrededor de 500 viajes diarios y en menos de dos años sumaron a 30 mil usuarios en Rosario. El 90 por ciento de los pasajeros son mujeres y el pico de uso es en el turno noche.
“Las mujeres la eligen por seguridad y comodidad. Buscan llegar seguras y no quedar solas en la recorrida cuando son un grupo. Las mamás de las adolescentes están chochas porque se ahorran el doble viaje y se quedan tranquilas”, explica María Eva Juncos, creadora de la aplicación. Según Juncos la demanda creció también en la Terminal pero llegó con la hostilidad de los colegas varones. “Muchas taxistas les piden a través de la aplicación a las pasajeras que vayan a unas cuadras para evitar problemas”, agregó.
Para Herrera la Terminal es un terreno laboral de todos. “Hay que ir y si pasa algo denunciar. No hay que abandonar el barco. Todas tenemos derechos y estamos trabajando. A muchos taxistas les molesta que las mujeres crezcan y tengan derechos, creen es un trabajo de hombres”, concluyó.
Qué dice la ordenanza
La norma que regula el servicio de taxi es de 1980. En el artículo 45 dice: “Todo conductor de taxi deberá vestir correcta y obligatoriamente uniforme según las siguientes normas: camisa o remera con cuello, con mangas cortas o largas, de color liso, que deberán estar abotonadas completamente, con excepción o no del botón que cierra el cuello de la prenda. En época invernal, se permitirá el uso de abrigo de color liso, que permita observar la camisa o remera con cuello. Pantalón de vestir o vaquero, con cinto, de color liso. En época estival se permitirá bermuda de vestir largo hasta las rodillas, con cinto y color liso. Zapatos o zapatillas cerradas, con medias. En caso de tener el pelo largo, deberán llevarlo tensado y sujeto en la parte posterior de la cabeza. No podrán usar sombrero, gorra o similar, que dificulte el reconocimiento del conductor. En caso de conductoras, la ropa se adecuará a las exigencias de este artículo, con las particularidades propias de la vestimenta femenina».