Taxistas y remiseros protestaron este jueves contra el desembarco de la plataforma Uber en Rosario, reafirmando su respaldo a la Municipalidad y cuestionaron la decisión judicial que desestimó el pedido hecho desde el Palacio de los Leones para que considere ilegal la app para el transporte de personas.
El juez en lo civil y comercial, Marcelo Quiroga, a cargo del Juzgado Nº7, rechazó la medida judicial interpuesta por el municipio contra Uber, y los taxistas pronostican un panorama negro.
«Son 8 mil puestos de trabajo que se ponen en riesgo si esta aplicación extranjera tiene un desarrollo importante en la ciudad», aseguró Horacio Yanotti, titular del Sindicato de Peones de Taxis de Rosario.
En tanto, José Iantosca, referente de la Cámara de Titulares de Taxis de Rosrio (Catiltar), dijo que «Uber es ilegal y no puede funcionar en Rosario. Lo dejó claro la Municipalidad, pese a que la Justicia le falló en contra en su reclamo y no vamos a permitir que entren porque implicaría la desregularización del sistema. Va a ser malo para la ciudadanía, para la seguridad de los pasajeros y para la economía de todos».
Y reclamó: «Que el Concejo apruebe con urgencia las multas ejemplificadoras para que no se anoten autos para trabajar en Uber. Que sepan que si te sacan el auto te va a costar 100 mil pesos recuperarlo. O que por hacer transporte ilegal te saquen el carné de conducir por lo menos por 30 días».
En el marco del plan de lucha para evitar la llegada de la app de traslados a la ciudad, Iantosca contó que «seguirán acompañando a la Municipalidad y haciendo presentaciones judiciales, tanto desde las asociaciones de titulares como las de choferes y a seguir atentos a que Uber no funcione. También convocamos a la ciudadanía para que luche contra la ilegalidad. Porque si no que se desregule todo, que nadie tribute, que nadie haga nada y así vamos a estar».
En la manifestación estuvo presente Eduardo Toniolli, uno de los integrantes de la Comisión de Servicios Públicos de la Municipalidad y sostuvo «Acompañamos el reclamo de los trabajadores y trabajadoras del sector de taxis y remises. El problema no es que está solo en riesgo la fuente de trabajo, sino que este tipo de empresas lo que hacen, y me remito a las experiencias de Montevideo o Mendoza, primero es intentar competir a través del precio pero negreando a sus trabajadores».
Y cerró: «Una vez que destruyen la competencia, entre ellos los servicios públicos regulados por el Estado, empiezan a imponer sus propias reglas. Entonces, lo que primero es barato pasa a ser carísimo en fuentes de trabajo, en precarización laboral y en inseguridad para los pasajeros transportados. Son empresas ilegales que le escapan al control del Estado en todo sentido».
El fallo
La protesta se dio luego de que el juez en lo civil y comercial Marcelo Quiroga, a cargo del Juzgado Nº7, rechazó ayer la medida judicial interpuesta por la Municipalidad contra Uber.
El juez consideró que la Intendencia tiene el poder de policía y no requiere la intervención judicial. Ante esto, trascendió que la Municipalidad podría interponer una nueva acción legal.
La polémica se desató entre taxistas y remiseros cuando la plataforma digital Uber intentó ofrecer sus servicios en la ciudad. Ante esto, la Municipalidad presentó una medida cautelar para frenar el desembarco de la app, que fue rechazada.
Sin embargo, la realidad es que hoy la plataforma está activa y los rosarinos pueden descargar la aplicación en su celular y desde allí solicitar un coche que los traslade. Es más, hasta se escuchan publicidades de Uber en las radios locales.
Sin embargo, desde el municipio esgrimen que el servicio “es ilegal” y aseguran que “el Ejecutivo local es la única jurisdicción con facultades para regular en la materia”. La Justicia ayer confirmó que la regulación de la actividad debe estar en manos del municipio.
Un poco de historia
Uber es una empresa de Estados Unidos, fundada en 2009, como una propuesta de transporte público no tradicional. La app usa el GPS del teléfono celular del pasajero y de los conductores, lo que permite conocer las ubicaciones entre ambos mediante conexión a Internet, y de esa forma, enviarle al pasajero el vehículo más cercano a su ubicación.
La plataforma, a diferencia de los tradicionales sistemas de transporte público, se presenta como un «mediador» entre prestadores y usuarios de la movilidad, eso significa que no reconoce a choferes o dueños de los vehículos como trabajadores.
El esquema, por el contrario, es el de socios del negocio, sin reconocimientos laborales ni cobertura de riesgos, que quedan a cargo de los conductores y propietarios de los autos.
En Rosario, tanto el servicio de taxis como de remises -con los que Uber compite- es regulado por el Municipio. Los conductores deben cumplir con un periodo de formación, contar con carnet profesional, los vehículos someterse a controles periódicos, chequeos de higiene, mecánica y otros ítems relacionados a la calidad del servicio.