Entre la corporeidad del teatro y la musicalidad de la voz se encuentra el radioteatro, un registro capaz de combinar ambas artes para dar vida a una infinidad de historias que se completan gracias a las imágenes sonoras de quienes escuchan.
“De la misma manera en que hay canciones que te cuentan una historia, éstas son canciones que te cantan una música”. Así definió el género Ariel Armoa, quien junto con su equipo, Epidemia Producciones, lleva adelante desde hace unos años la tarea de rescatar y renovar el radioteatro en la emblemática Radio Nacional Rosario.
De este modo, en la era de las nuevas tecnologías, recuperar este registro basado en los sonidos y la voz hablada parece casi un desafío. Sin embargo, el grupo comandado por Armoa se animó a hacerse cargo de esta tarea dando vida a un proyecto que pretende no sólo rescatar este tradicional formato sino otorgarle nuevos matices acordes a los tiempos actuales.
“El proyecto nace en 2010 de parte de un grupo de teatro del cual yo formaba parte en calidad de director y dramaturgo, con el que queríamos hacer un teatro inclusivo para no videntes. Luego fue derivando en el proyecto actual, a partir del contacto con Jorge Ramírez, director de Radio Nacional Rosario, a quien le llevé el proyecto y aceptó la propuesta”, señaló Armoa respecto de Pequeño teatro para el oído, el programa que se emite por Radio Nacional Rosario (AM 1300, FM 104.4), todos los jueves, a las 21.
A partir de un proceso de investigación respecto del formato, Armoa, quien en su carrera se desempeñó como actor, dramaturgo y director, realizó una búsqueda para dotar el proyecto de nuevas herramientas pasibles de brindar al radioteatro un lenguaje actual que sea capaz de alcanzar a una audiencia heterogénea y pueda resultar atractivo para un público general. “Yo no quería hacer el tradicional radioteatro como se hacía antes, quería encontrar un lenguaje nuevo sin los vicios de aquella época. En 2012 probamos muchas cosas como drama, musicales, comedias, y así fuimos perfilando códigos nuevos, y llegamos a mediados de 2013 con lo que empezamos a llamar «radio ficción». El radioteatro en general se inclina al melodrama, independientemente del género, pero yo trato de ampliar la cuestión, de llegar a todas las edades con la historia”, expresó Armoa.
Es entonces que las historias que cobran vida en Pequeño teatro para el oído son ficciones de diversos géneros: fantásticas, policiales o comedias, cuyo punto en común es que están situadas en Rosario y alrededores, en distintos ejes temporales. “Trabajamos siempre el humor aunque el drama está presente y tratamos que los temas sean cotidianos pero trabajados desde un punto de vista extracotidiano”, señaló Armoa, autor y director de los guiones. Actualmente, la audiencia puede seguir Un vado en el Valle de Badoc, una historia fantástica que comenzó en abril y que ya está llegando a su final, en la que mediante saltos temporales se tocan temas como la contaminación o la minería en el sur del país (ver aparte).
La premisa básica del grupo es la participación colectiva tanto en la gestación de las historias como en los montajes, mediante el intercambio de roles entre narradores y la creación conjunta de los acontecimientos. “Acá buscamos que no haya locutores, que sean voces naturales para que representen a la gente común que protagoniza las historias. Los narradores son todos y cada uno. Eso lo traemos del teatro callejero, todos tenemos que hacer todo”, señaló Armoa, quien en los 90 formó parte del grupo de teatro callejero El Tábano.
Epidemia Producciones está integrada por un grupo de alrededor de diez personas de diversas edades, con y sin experiencia actoral, quienes a partir de escuchar la propuesta se acercaron con la intención de participar. Además del grupo estable también hubo participaciones especiales de actores invitados como Adriana Felicia o Carla Saccani, quienes fueron convocados por Armoa para intervenir en algunos capítulos.
Piezas musicales para el oído
Cuando la luz roja se enciende el silencio inunda la sala, los actores de pie alrededor de la mesa se preparan para dejar sus cotidianos trajes por unos minutos y sumergirse en un viaje fantástico a través de historias desconocidas, donde su voz dará vida a aquellos personajes que sólo habitarán en la imaginación de quien los recrea al escucharlos.
“El radioteatro es imaginación, es hacer un teatro inclusivo ya que lo puede seguir cualquier persona, hasta un no vidente siguiendo con el proyecto original con el que arrancamos en 2010. El objetivo, entonces, es rescatar la imaginación y la palabra, no sólo la escrita sino la dicha. En el radioteatro tiene que representarse en los oídos de quienes lo escuchan lo que quiero decir con las palabras”, manifestó Armoa en relación con este tradicional formato, en el que encontró una manera de expresión capaz de conectar diversas disciplinas artísticas. “Me di cuenta que en el radioteatro estaba aplicando conocimientos de teatro, de pantomima clásica y criolla, de dramaturgia, de cuentos. El teatro es la sumatoria de todas las artes, y el radioteatro tiene mucho de música, con climas y tempos de música, es una pieza musical donde es importante no sólo lo que se dice sino cómo se lo dice y la voz”, expresó.
En ese sentido, el actor y dramaturgo enfatizó en el hecho de cuidar el lenguaje, para enriquecer los textos y las historias y ofrecer al oyente un espectáculo de calidad para los oídos. “Se sacan las sillas del estudio central y se trabaja de pie alrededor de la mesa. La distancia del micrófono marca los diferentes planos en los que se desarrollan las historias. Algunos sonidos son artificiales, ya no es la chapa o la placa radiográfica porque la calidad de los micrófonos evidencia que no son ciertos, entonces tratamos de grabar sonidos reales y armar una base de datos. Antes estaba el «ruidero», ahora tratamos de tener efectos especiales o música en vivo pero que sea escrita y tocada especialmente para la historia”, señaló el actor y director.
Desafiando las modas y rompiendo las barreras del tiempo, Armoa pretende rescatar este formato integrándolo a nuevos usos que los jóvenes hacen de las tecnologías. “Cuando todo el mundo hacía teatro, circo y murga, yo quise hacer pantomima que era algo desconocido, ya que era sólo para el teatro; cuando todos hacían teatro de calle, yo quise hacer teatro de sala para no cerrarme en una moda, y en esta era pienso que es momento de parar la pelota y llevar el radioteatro a los jóvenes a partir de las nuevas tecnologías. Hay muchos chicos que lo siguen por internet y el siguiente paso es llevarlo a las redes”, detalló.
En ese sentido, el próximo proyecto será una fotonovela para ilustrar con imágenes aquellas que la voz y los sonidos generan al aire. “Tenemos como proyecto llevarlo a una especie de fotonovela, ilustrarlo con imágenes que vayan narrando otra parte de la historia de este mismo radioteatro. Aún no sabemos si serán animaciones o fotos. Actualmente estamos trabajando con El Ventanero, una historia que ya se grabó y a la que pretendemos acompañar el audio con imágenes de fotos”, concluyó.
Así, entre palabras, sonidos, imágenes reales y representadas, todos los jueves por Radio Nacional nacen nuevas historias que con su musicalidad invitan al oyente a formar parte de ese mundo ficticio pero cercano que es el radioteatro.
Ficciones para todos
Un vado en el Valle de Badoc habla acerca de la contaminación y los desechos de la minería en el sur del país, a partir de una historia fantástica que incluye tres mundos: el de los hombres, el de los seres elementales (duendes y hadas) y el mundo de la imaginación, separados a través de puertas para atravesar y contactarse. Cuando el equilibrio se está por romper, los seres elementales se acercan al mundo humano para pedir ayuda y es a partir de allí que se desarrolla la historia. Próximamente comenzará la nueva ficción, Teo (cuestión de tiempo), policial situado en Rosario en 1930.