Un añejo y gigantesco plátano no soportó las ráfagas de viento de casi 100 kilómetros y se desplomó sobre la humilde vivienda de Moreno al 3200. Fue a las 22.30 de anteanoche, cuando se desató la tormenta de lluvia y viento que hizo estragos en Rosario. “Varias veces hicimos el reclamo en Parques y Paseos y nunca nos escucharon, este árbol era cantado que se iba a caer y estaban avisados. Nos destrozó la mitad de la casa y no pasó una desgracia mayor de casualidad”, relató su propietario, Luis Falcón, mientras peleaba por sacar entera una bicicleta que había quedado debajo de las ramas. Los Bomberos fueron los primeros en llegar para socorrer a la hija de Luis, Tania, quien resultó ilesa pero tuvo que salir con el pequeño Agustín en brazos por los techos vecinos. Pero no todo fue final feliz: ahora Falcón esperaba ayuda del Estado para remover lo que queda del gigantesco ejemplar y para que le repongan el servicio eléctrico, y se quejó de la respuesta que le dieron: su situación, por más mala que sea, no es prioridad.
Debajo de un tronco enorme quedó la moto con la que salía a trabajar Hugo, el yerno de Luis. Y ayer, mientras los vecinos se sumaban a colaborar en sacar ramas, el dueño de casa refirió con evidente molestia: “Hoy por la mañana (por ayer) paró una camioneta de Defensa Civil y desde la ventanilla me gritaron: «Muchachos, no se enojen, tengan paciencia, porque las calles que rodean al Casino tienen prioridad, tenemos que ir primero para allá, es orden de arriba». Y me dejaron solo”, contó.
Y mientras refería que la única ayuda que había recibido hasta ayer era de sus vecinos, continuó: “Los de la EPE vinieron, cortaron la luz y se fueron. Y mi temor las motos que pasan y miran. No me gustaría que se me metan, amanecimos acá porque dejar la casa así es peligroso y me pueden robar lo poco que me quedó”.
Con todo, Luis pedía ayer que desde la Municipalidad le garantizaran empalizadas para cubrir el frente de la vivienda por “la inseguridad”
“Entiendo que lo que ocurrió fue por un fenómeno de la naturaleza –insiste–. Pero varias veces hicimos el reclamo en Parques y Paseos. Vinieron hace un par de años y podaron un poco, y una ingeniera agrónoma que lo observó me dijo que el árbol era firme. Pero mis vecinos también habían reclamado porque las raíces habían levantado la vereda y roto cañerías. ¿Quién responde por los daños ahora?”, se preguntó el hombre.