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«Tenemos un gobierno que asume el sentir de la gente y decide no dejarla sola en ese retiro del Estado nacional»

La presidenta de la Cámara baja, Clara García, cuestionó la manera en que Milei se relaciona con la oposición, el periodismo y la cultura. Destacó el esfuerzo de la provincia para reemplazar fondos nacionales en áreas clave y valoró el consenso al que se arribó en la Legislatura provincial

La presidenta de la Cámara de Diputados, Clara García, resumió los primeros seis meses de actividad legislativa en la provincia y destacó el aporte de todos los sectores en el tratamiento y aprobación de los temas. Frente al retiro de los aportes que llegaban desde la Nación, la dirigente socialista señaló como prioridades la seguridad, la producción y la educación y cuestionó la manera en que el gobierno de Javier Milei se relaciona con la oposición, con las instituciones, con el periodismo y con la cultura.

—¿Qué balance podés hacer de estos primeros seis meses en la Legislatura? 

—Lo inicié con un gran orgullo, por ser la primera mujer presidenta de la Cámara de diputadas y diputados en toda la historia de la democracia de Santa Fe y luego haber sido reelecta por mis pares. Me da un gran orgullo y una gran responsabilidad, porque quienes llegamos a estos lugares lo hacemos por un camino previo de quienes nos antecedieron y yo me siento artífice de ir por los derechos que faltan, por los caminos que aún no se han recorrido, sobre todo para que más mujeres lideren. 

En cuanto a lo parlamentario ha sido un récord de tarea, no sólo en cantidad de leyes sino en la calidad legislativa. Eso tiene que ver con la apertura que hicimos. La gran mayoría de las leyes que aprobamos son mensajes del Ejecutivo, porque estábamos en sesiones extraordinarias, pero con una tónica de escuchar aportes, sugerencias y miradas, no sólo de los otros bloques, sino también de la sociedad civil en temas de seguridad, de educación, de Justicia, de empleo, productividad y de infraestructura. Ha sido una cámara muy abierta, sobre todo teniendo en cuenta que obtuvimos mayoría tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores, es decir, Unidos podría haber sacado todo con votos propios; sin embargo, fue un objetivo cumplido ampliar el debate y enriquecerlo con los aportes de otros bloques.

—¿Cómo fue la articulación dentro de Unidos y entre los diferentes bloques? 

—Puertas adentro de Unidos es muy bueno. Cuando nosotros conformamos lo que empezó a llamarse Frente de Frentes nos apuraban y auguraban un futuro no siempre muy bueno. Sin embargo, tuvimos el acierto de haber tomado el tiempo necesario para que no fuera sólo una alianza electoral, sino que fuera una alianza de gobierno. Llegamos al 10 de diciembre con un camino de acuerdos recorrido en el plan de gobierno y en la forma de trabajar. Fue muy importante que los partidos que lo conformamos también tuviéramos una vida partidaria de acuerdos, es decir, ni el socialismo, ni el radicalismo, ni el PRO fueron finalmente a internas. Priorizamos las listas conformadas por acuerdos partidarios y eso también se vio reflejado a la hora de cómo encontrábamos la manera de lograr estos consensos. Lo encontramos de manera política en la política partidaria y lo encontramos de manera política en la sanción de las leyes. Después queda el diálogo y el acuerdo con los otros bloques. Es una cámara de alto voltaje: hay dos ex gobernadores, una ex vicegobernadora, muchos ex ministros, muchos legisladores de gran trayectoria y también gente nueva que viene a la política con una frescura y una mirada diferente, así que ha sido muy bueno hasta ahora el resultado.

—¿Cómo es el vínculo con la oposición? 

—De las 35 leyes que llevamos aprobadas, sólo una fue con los 28 votos propios. Da cuenta de que el vínculo ha sido aceitado, incluso muchas de ellas han sido aprobadas por unanimidad. Es fruto de trabajarlo en las comisiones, dialogar, entender que la campaña había terminado y que la gente esperaba una responsabilidad de sentarse a la mesa y ponernos de acuerdo, más allá de diferencias que existen y que existirán siempre porque por eso pertenecemos a espacios políticos diferentes. Tuvimos el gran acierto de trazar una raya: la campaña había terminado y ahora venía el periodo de gobernar, y en eso teníamos que hacerlo juntos, así que también destaco ese rol de la oposición. La gente merece que la política sea constructiva. 

—¿Cómo analizás el paquete de medidas de Pullaro? 

—Creo que ha sido muy acertado empezar con el tema más complejo de la seguridad. Rosario y el departamento venía de tener valores de violencia altamente lesiva de homicidios. Las leyes que votamos dieron herramientas para hacer muy efectivo ese control de la delincuencia: la ley de narcomenudeo, la modificación al Ministerio Público de la Acusación, cambios en la ley de procedimiento penal, la emergencia en seguridad, la emergencia penitenciaria, el juicio por jurados. Todo este paquete dio un escenario de control mucho más eficiente. Después algunas otras leyes más coyunturales, como la emergencia climática, porque pasamos de una brutal sequía a inundaciones, la emergencia social y educativa, que está permitiendo avanzar en obra pública en las escuelas de una manera muy rápida. Acompañamos la necesidad de la urgencia. Ahora viene un periodo donde también se votan leyes de los legisladores y ya quizás otros temas que salen de la urgencia y que van más a la proyección futura de la provincia, desde la ley de Educación hasta leyes que tienen que ver con el apoyo a la producción. 

—¿En qué aspectos habría que trabajar en función de las necesidades de la provincia? 

—La provincia ha sido sorprendida por decisiones del gobierno nacional que le impactan seriamente. Haber quitado el subsidio al transporte implica que la provincia tenga que poner más fondos, pero también que los ciudadanos tengan que pagar tarifas mayores; haber quitado el fondo de Incentivo Docente implicó que la provincia lo reemplazara para no perjudicar a los docentes; haber quitado el apoyo a la caja previsional nos pone por delante un análisis profundo de ese tema. Hay una reformulación de competencias porque tenemos un gobierno que asume el sentir de la gente y decide no dejarla sola en ese retiro del Estado nacional. Vienen reformulaciones que a lo mejor no eran las previstas, pero sin duda hay una vocación muy grande del gobierno en fortalecer el tema educativo y la producción, junto con la seguridad. 

—¿Cómo analizás las medidas del gobierno nacional? 

—Creo que más allá de las diferencias en las medidas que son realmente profundas, la manera de relacionarse del gobierno con la oposición, con las instituciones, con el periodismo y con la cultura son las que nos ponen una luz de alerta por hacerlo de una manera muy confrontativa, a veces irrespetuosa, sin vocación de entender la mirada del otro, sino simplemente de denostarla. Me parece que es un ejemplo muy malo, más allá de estar o no de acuerdo con las medidas puntuales. Pondría especial énfasis en no perder el respeto porque si no tienen respeto las máximas autoridades es muy difícil pedirlo al resto de la sociedad. No me gusta la política que insulta o degrada el pensamiento del otro.

—¿Cómo ves el panorama a futuro? 

—Lo veo con preocupación, porque uno advierte que cayó la cantidad de personal trabajando en la construcción, en la industria, que tenemos una hidrovía que es un eje central en el cual todavía no hemos tenido una participación clave por ser la provincia más productiva con mayor cantidad de kilómetros en lo que es la exportación de nuestro país, es decir, viendo las cuestiones que quizás parecen lejanas a la vida cotidiana, pero impactan cuando alguien deja de tener trabajo o trabaja menos horas o su empresa suspende personal. Si bien el gobierno se jacta de haber cumplido algunas medidas financieras en términos de la relación con el Fondo y con los organismos internacionales de crédito, puertas adentro el ajuste es muy grande.

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