La mujer estaba la noche de este jueves en la cocina de su casa, con su nieta, cuando escuchó el ruido de las detonaciones. Al salir con su hija, se sorprendieron con la docena de marcas de balazos en el portón del frente de la vivienda y en la fachada de la planta alta. Fue en calle Vila al 1200, en barrio Alberdi. La policía recogió 20 vainas servidas calibre 9 mm de la vereda.
“Hay un cartel que dice que no nos metamos con ellos, pero no se con quién. Nosotros somos gente trabajadora, no estamos nunca acá”, se extraño la mujer poco después del ataque, con la desolación de comprobar que no hay seguridad posible en la ciudad. Su hija apuntó otra circunstancia que la salvó de ser otra víctima de la violencia: vive en la planta alta, donde ingresaron varios proyectiles a la habitación en la que suele estar en ese horario, pero justo ella había había bajado.
“No tuvimos heridas, pero yo no tengo nada que ver. Se habrán confundido”, dijo la hija. “Hay un cartel que dice que no nos metamos con ellos, pero no sé con quién. Nosotros somos gente trabajadora, no estamos nunca acá”, completó el estupor su madre.
«Tengo 70 años y trabajo, no es justo», insistió la mujer que hacía poco había regresado a la casa con su hija y estaba cocinando cuando arreciaron los disparos. Sólo alcanzó a escuchar, después de las detonaciones, el arranque acelerado de un auto.