Roxana había denunciado la violencia machista y el hostigamiento a la que la sometía su ex pareja y padre de sus hijos. La Justicia de Mendoza le dictó al hombre una condena con prisión domiciliaria y orden de restricción de acercamiento. Pero nada impidió que Ramón Castro quebrantara esa medida judicial y este lunes por la mañana encerrara a la mujer con su moto cuando iba a trabajar y la asesinara de un corte en el cuello. El crimen sacude otra vez a esa provincia: a fines de octubre fue asesinada Ivana Milio, una empresaria del rubro fúnebre, y por el femicidio permanece detenido quien fuera su novio.
Por la mañana, Roxana Verónica Ferreyra, de 39 años, salió en moto de su casa de barrio Zangrandi, ubicada en un sector humilde de Paraje El Ceibo, Bowen, en el departamento mendocino de General Alvear. La mujer no llegó a su trabajo: Ramón Castro, quien cumplia una condena por violencia de género y tenía restricción de acercamiento, la interceptó en otra moto, discutió y la degolló. El cuerpo de mujer quedó tirado en una zanja. «Hubo un forcejeo pero después el autor la hirió con el cuchillo, la arrastró y la tiró al desagüe», relataron fuentes policiales a Sitio Andino.
Fue a través del propio agresor que la Policía llegó al lugar, indicó ese portal. En la comunicación, que duró pocos segundos, el hombre afirmó: «Le corté el cuello», dijo, y amenazó con suicidarse.
Castro, de 39 años, fue detenido a unas 20 cuadras de la escena del crimen: sus ropas estaban cubiertas de sangre. Tras su captura, la Policía confirmó que tenía una condena por violencia de género contra Ferreyra y que tenía prisión domiciliaria. Es que Castro había atacado a martillazos a Roxana y a su hija mayor, según la prensa mendocina.
Sin embargo, desde la semana pasada, detallaron, «le habían levantado la domiciliaria y tenía una orden de prohibición de acercamiento».
El femicidio de Roxana ocurrió a ocho días del de la empresaria del rubro fúnebre Ivana Milio (46) ocurrido en San Martín, asesinada por su pareja, y se trata del décimo crimen de género en lo que va de 2018 en Mendoza.
«Entendemos que Roxana no es un caso aislado, es una consecuencia sistémica y de violencia que se ejerce sobre las mujeres, al punto de que el femicidio es el último eslabón de violencia que silencia de por vida y resulta un «golpe de conciencia» para la comunidad alvearense (en este caso) y la sociedad en sí, pero luego qué?», posteó el colectivo feminista La Bomba Violeta, de General Alvear.
«Hay –agregan– miles de denuncias al año, somos víctimas de constantes hechos de agresión, acoso y violencia premeditada, tenemos conciencia de que cuidarnos es lo que se nos enseña antes de educar al colectivo social sobre cómo combatir la violencia patriarcal en todas sus manifestaciones. Tenemos plena conciencia del peligro que corremos aún viviendo en un «lugar tranquilo» y de poca población. Nada de ello es factor para minimizar que tenemos un gran problema por delante y que combatiremos exigiendo Justicia, protestando y denunciando, acompañando a les afectades.
«Roxana no es una cifra más, es un hecho que da base concreta de lo que día a día se denuncia», cierra el comunicado de repudio.