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Tenía una serpiente como mascota y ahora la extraña

Era de un amigo, pero terminó viviendo con él. Se escapó y terminó nadando en la pileta de un country

No estaba muerta ni estaba de parranda. Estaba en una pileta de fibra de vidrio en el barrio Funes Town. El revuelo se dio hace dos días luego de que Carlos, un joven que vive en el límite entre Funes y Roldán, publicara en la página de Facebook “Mascotas Extraviadas en Funes” que buscaba una pitón constrictora y pedía ayuda para recuperarla.

La serpiente, de casi dos metros de largo, llegó a la casa de Carlos en la calle San Sebastián y Pedro Ríos –en el límite de Funes y Roldán– después de que un amigo la tuviera un tiempo en la casa y la mujer se negara a vivir con el reptil. Le dio el ultimátum: “la pitón o yo”.

“Hace dos años que la tengo. Me la trajo un amigo porque no la podía tener más en la casa. Cuando llegó con la serpiente tuvo problemas con su mujer y terminó en mi casa”, contó el joven.

Y siguió: “Cuando la traje era un animal chiquito y no tenía muchas opciones: la mataba, la dejaba libre o me la quedaba. Siempre tuve perros, pero como estoy viviendo solo y no me dan los tiempos para dedicarle lo que se merece, opté por adoptar la pitón, que prácticamente no lleva mucho tiempo de dedicación”, detalló Carlos.

El joven explicó que por el temporal de lluvia y tormenta se le inundó el terreno donde habitaba la pitón, cedió el tejido y se escapó.

“El martes a la tardecita la fui a buscar al corral del parque de mi casa y no estaba. La busqué y la busqué sin decir nada. No me quedó otra que buscarla por redes sociales. Después se armó un revuelo terrible”, detalló.

La pitón no tenía nombre. Pero Carlos se había encariñado mucho con su “mascota”.

Carlos contó que la pitón constrictora, tenía dos tonos de marrón y unas líneas negras en el lomo. Durante el día, pasaba el tiempo en la zona del parque de la casa: allí se movía en un sector rodeado por un tejido para que no se escape. De noche, dormía en una pecera con una luz, para que tenga calor de hogar.

Se alimentaba con pollo y, a veces, con ranas que encontraba. “Las épocas de más calor, que es cuando estaba más activa, comía cada 10 días aproximadamente. El cuarto trasero de pollo era su plato favorito”, explicó.

La pitón estuvo perdida durante dos días. Hasta que anteanoche, cerca de las 21.30, Carlos recibió un llamado de un vecino de Funes Town, avisándole que la serpiente estaba en la pileta de su casa, a unas diez cuadras.

Después del llamado, el joven fue a buscar la pitón a la casa del vecino, la cargó en una caja y la llevó a su casa. Pero no todo terminó como él quería. Esta mañana, una organización proteccionista de animales golpeó la puerta de Carlos para darle la peor noticia: se tenían que llevar a su mascota. No son especies convencionales y no es legal tenerlas en una casa de familia sino en un hábitat natural.

Carlos sabe dónde llevaron a la pitón constrictora y se ilusiona con un régimen de visitas.

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