Unos 600 soldados del Ejército brasileño cercaron la Asamblea Legislativa del estado de Bahía en la ciudad de Salvador, que está tomada por los policías en huelga que se amotinaron hace seis días en el principal distrito del noreste de Brasil.
Hoy ascendió a 92 el números de asesinados cometidos en las ciudades de Bahía desde que el martes pasado comenzó la huelga de una parte de la policía del estado por mejoras salariales.
El gobierno de Bahía informó que el ejército realiza un cordón en torno a la Asamblea Legislativa, donde están armados los amotinados acompañados por sus familias, para permitir a la tropa de elite policial federal enviada por la presidenta Dilma Rousseff cumplir 11 órdenes judiciales de detención para los líderes de la revuelta.
El jefe de los amotinados, Marcos Prisco, rechazó hoy la propuesta de reajuste salarial de 6,5% ofrecido por el Gobierno.
El gobernador Jacques Wagner, del Partido de los Trabajadores (PT), adelantó que no otorgará amnistía a los policías que tienen pedido de captura por otros delitos además del reclamo salarial.
Wagner los acusa de alentar el caos en las ciudades de Bahía, donde se registraron saqueos en tiendas y robos generalizados, además de masacres con homicidios.
Prisco advirtió que si el ejército invade la Asamblea Legislativa «puede ocurrir una catástrofe».
«No voy a poder controlar la reacción de la gente. Puede ser un caso de tropa armada contra otra tropa armada», amenazó el líder huelguista.