El régimen comunista de Pyongyang, Corea del Norte, redobló ayer sus amenazas y puso en alerta a su ejército luego de que anteayer, desde Seúl, el presidente de Corea del Sur, en un duro discurso, hiciera lo propio al considerar al Norte como su “principal enemigo” por el hundimiento de una fragata. En ese marco, la jefa de la diplomacia de Estados Unidos, Hillary Clinton, llamó a China, que se mantiene neutral, a apoyar acciones internacionales contra Corea del Norte, y dijo que la paz en la península es una “responsabilidad compartida” entre Washington y Pekín.
“Ahora necesitamos trabajar juntos otra vez para enfrentar el serio desafío del hundimiento de la nave de Corea del Sur”, dijo la secretaria de Estado norteamericana en Beijing tras dos días de conversaciones de alto nivel con autoridades chinas en Pekín. “Nadie está más preocupado sobre la paz y la estabilidad en esta región que los chinos”, prosiguió Clinton, que tiene previsto visitar Corea del Sur el próximo viernes.
“Sabemos que esto es una responsabilidad compartida, y en los días venideros trabajaremos con la comunidad internacional y nuestros colegas chinos para elaborar una respuesta efectiva y apropiada”, añadió.
Un equipo de investigadores internacionales concluyó la semana pasada que un torpedo disparado por un submarino norcoreano fue la causa del hundimiento de la fragata surcoreana Cheonan y la muerte de 46 marineros el 26 de marzo pasado en aguas cercanas a la disputada frontera marítima entre las dos Coreas.
Corea del Norte rechazó las acusaciones y China, el principal aliado del país comunista, se mantuvo neutral.
Estados Unidos quiere ahora que China respalde alguna acción del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte. Pero el consejero de Estado chino, Dai Bingguo, se limitó ayer a pedir a las partes que “manejen la cuestión de manera calma y adecuada para evitar una escalada de tensión”.
El lunes pasado Corea del Sur prometió “hacer pagar” a Pyongyang el precio del hundimiento de la corbeta Cheonan, pidiendo nuevas sanciones a la ONU y suspendiendo los intercambios comerciales con su vecino.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, dijo, según la agencia AFP, que el organismo estaba esperando la reacción de Corea del Sur antes de tomar una decisión contra Corea del Norte tras el hundimiento de la corbeta.