La correntina Teresa Parodi, que acaba de editar Otro cantar, un disco pletórico de matices y recostado sobre la palabra, afirmó que “no existen moldes para la música popular” y sostuvo que ese valor es, precisamente, “aquello que la salva”.
“Para hacer música popular no hay moldes y eso es justamente lo que la salva; aunque sé que hay gente que cree que se debe tocar de una sola manera, pero yo –y lo digo sin sentenciar– no creo en eso”, expresó la cantautora en diálogo con Télam.
Parodi enfatizó que la belleza de la música popular aparece “con la sorpresa, la maravilla de la riqueza rítmica, la síncopa, y con todo aquello que no es posible transcribir en una partitura”.
Otro cantar, el flamante disco, cultiva diversos conceptos ya sea en composiciones propias, ajenas o a partir de la colaboración con un conjunto de artistas con recorridos más o menos novedosos, entre los que aparecen Lisandro Aristimuño, Ana Prada, María de los Ángeles Ledesma, Fernando Barrientos y Arbolito, entre otros.
Sobresalen en el material el oficio compositivo de Parodi –acaso su dimensión de artista más desarrollada–, que se refleja en “Como el río”, “Jacinta regresa a casa” o “La escondedora”, y clásicos como “Retrato de un pescador” (Ramón Ayala) o “Riachuelero” (Juan Carlos Baldomero Palma).
En Otro cantar, que cierra con “Corazón de pájaro”, cantado en vivo junto a Mercedes Sosa, Parodi está acompañada por el bajista Lucas Homer, el guitarrista Jorge Giuliano, el percusionista Facundo Guevara y el acordeonista Fernando Correa.
“Este disco es una búsqueda que hice hacia músicos que admiro, hacia cantares con los que quiero frecuentar, de los que aprendo nuevos lenguajes, nuevas armonías, como también de los grandes maestros como Ramón Ayala o Ariel Petrocelli, que trascendieron y sus obras ya son eternas.
Me enriquece el contacto con ellos. Lo necesito para mi propio cantar. En ese sentido, la música siempre es una obra colectiva, está emparentada con nuestros lazos, con nuestro pueblo; es una conversación que está presente, que es parte de uno, que aparece y alimenta tu propia voz”, dijo Parodi.
“Voy hacia ellos porque lo necesito y lo que hacen me conmueve y me importa. A veces esas músicas no están al alcance de todos, no son siempre visibles, audibles. Es una apertura sincera hacia las miradas que ellos traen desde su generación. Está buenísimo que suceda. Ese compartir es una lección que aprendí de Mercedes Sosa. También fue el resultado de mi experiencia como maestra cuando era jovencita y me fui a enseñar al monte misionero. Me golpeó tanto que me cambió para siempre. Hice un aprendizaje. Y es lo que sigo intentado hacer”, concluyó.”