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Terminó desfile de testigos y llega la hora de los alegatos

La mujer del Quemado, la novia de Teletubi y el padre y la hermana de Maurico avalaron coartadas de los acusados.

El promedio de doce horas diarias de audiencias comenzó a notarse en el debate por el triple crimen de Villa Moreno, ocurrido el 1º de enero de 2012. En la mañana de la octava jornada las objeciones estuvieron a la orden del día. Los cruces, especialmente entre Fiscalía y defensas, no se hicieron esperar y en muchas oportunidades retardaron hasta el hartazgo del tribunal las exposiciones de los testigos, pero por la tarde todo fluyó con mayor armonía, en lo que fue el cierre de la presentación de testigos y el final de la producción de prueba. El juicio por los asesinatos de Jeremías “Jere” Trasante, Claudio “Mono” Suárez y Adrián “Patóm” Rodríguez continuará el martes a las 21 con una inspección judicial en la escena del múltiple homicidio y luego será el turno de los alegatos. Sobresalió en la jornada la declaración de la entonces novia del imputado Daniel “Teletubi” Delgado, respecto de quien la Fiscalía solicitó una investigación por falso testimonio; y la pareja del principal implicado, Sergio “Quemado” Rodríguez, ambos encausados como coautores de los homicidios. Por la tarde, hablaron el padre y la hermana de un tercer acusado, Mauricio “Maurico” Palavecino.

Antonella G. fue la novia de Teletubi durante medio año, según refirió. La joven reconoció a dos de los imputados como amigos de su novio –Brian “Pescadito o Pez” Sprío y Maurico– y se refirió al Quemado como “señor Sergio Rodríguez”. Dijo conocerlo porque era el padre Maximiliano (alias Quemadito), otro amigo de su ex pareja. Respecto del día del hecho sostuvo que se encontraba distanciada de su novio desde hacía un mes, que se fue a bailar con amigas a Arroyo Seco y cuando regresó se enteró por un mensaje de Teletubi que el Quemadito estaba herido.

Teletubi fue detenido el 1º de febrero de 2012; un día antes la pareja había retomado la relación y dos semanas después se produjo un allanamiento en un departamento de Mendoza al 600 donde Teletubi permaneció luego del hecho, según afirmó Antonella. La medida se produjo en el momento en que la joven fue a buscar las pertenencias de su pareja y esperaba la presencia del portero del edificio para que le abriera la propiedad, relató. La testigo afirmó que la llevaron al departamento donde los bienes de su novio ya no estaban. Sostuvo que hubo dificultades para abrir la puerta y detalló que le hicieron dejar el celular sobre la mesa y nunca más se lo devolvieron. Luego le tomaron una declaración y la dejaron ir. Posteriormente la fiscal Nora Marull comenzó a preguntarle sobre el contenido de su celular y a partir de allí la joven no recordó nada más. En audiencias anteriores, la defensa había objetado la manera en que se incautó ese aparato, cuyos contactos dieron lugar a un listado de escuchas ordenadas durante la instrucción.

Mensajes y escuchas 

La fiscal le pidió a la desmemoriada joven que leyera mensajes de texto entrantes entre el 22 y el 26 de enero de su pareja con frases como “tengo una chata de la brigada debajo de mi casa”, o “nada, con el Pez esperando al Bola, ¿y vos?”; otro con la frase “se pudrió todo taco, no la zafamos más, perdón”, entre otros, aunque la chica sostuvo no recordar quiénes son los apodados en los mensajes ni que los haya recibido. Luego Marull se refirió a mensajes de un tal Sol o Sol Nuevo, con fecha 26 de enero en adelante, entre los que se escucharon frases como “te llegan mis mensajes soldada” o “no sé pero allanaron el quiosco, ahora todo mal”.

Luego se leyeron mensajes salientes del celular adjudicado a la joven. Los textos hacían referencia a las noticias periodísticas; en uno de ellos se habla del auto de Pez, la cantidad de autores y sus apodos, quiénes tiraron y que el Pez manejaba. Otro sostiene: “Contestá, no sabés a quién le puedo pedir el número de Fantasma o Monchi”. De otros mensajes surgen apodos como Bola o Guille, aunque la joven refirió no recordar quiénes son y si los envió. Marull pidió el falso testimonio de la chica por “evidente mendacidad en todas las respuestas” y el tribunal lo tuvo presente. A ello el defensor Fausto Yrure solicitó se tuviera en cuenta que son más de 1.500 los mensajes y los leídos fueron descontextualizados. El defensor de Teletubi le efectuó luego preguntas. La chica afirmó que no la dejaron llamar a un abogado durante su declaración en el departamento y luego de ello no la volvieron a citar. De los textos expuestos por el abogado surgió el contacto que la joven tuvo con el letrado para conocer la situación de su novio y las conversaciones con Delgado de que se entregaría luego de la feria judicial, según refirió.

A su turno el querellante Federico Garat solicitó la incorporación de dos comunicaciones telefónicas, presuntamente entre la joven y una voz masculina. En una de ellas, la mujer pone al tanto a su interlocutor de la salida del jefe de la Policía de Rosario, Néstor Arismendi, y la voz masculina sostiene que “le tumbaron un quiosco a Monchi y salió el frente de la casa del Guille”. En otra conversación, el hombre refiere que estuvo hablando con Guille, quien a su vez dialogó con el abogado. La voz masculina le resume la información a la chica y le dice que alguien “batió”, que alguien dijo “que fuimos nosotros o algo así”, que a Pescadito no lo nombró y que él ya está prácticamente afuera. Concluida la escucha, la testigo aseguró no recordar las conversaciones ni conocer las voces en el audio.

La mujer del Quemado

Otra de las testigos fue Rosana N., actual pareja de Sergio Rodríguez. La mujer, cuyo testimonio fue ofrecido por la defensa, está a cargo de una hija menor del Quemado y contó que la madrugada del 1ª de enero de 2012 el acusado llegó a su casa alrededor de las 3.30, 4 y lloraba porque habían baleado a su hijo. Afirmó que Rodríguez estuvo con ella hasta el mediodía del 1º, cuando se comunicó con la novia de su hijo para ir a buscar sus pertenencias y regresó a la media hora con una bolsa. Luego vieron los noticieros, donde nombraban a su pareja, quien le refirió “que era un problema con la Policía, por eso lo buscaban, porque los había denunciado y había detenidos”. La mujer aseguró que el Quemado le dijo que “la Policía estaba buscando venganza y meterle esto”. Luego se fueron y estuvieron juntos hasta que los detuvieron en Santa Elena, Entre Ríos.

El defensor Adrián Martínez solicitó que en el contraexamen se respetara su condición de cónyuge y no se le realizaran preguntas incriminantes para su pareja. Esto generó varias idas y vueltas, y fue admitido por el tribunal, aunque no evitó el choque constante entre la defensa y la Fiscalía en este punto. El testimonio concluyó con una escucha entre la declarante y la hija de Rodríguez luego de su detención en Entre Ríos.

Maurico

También por la mañana declaró un hombre que habita en la localidad de Villa Mugueta, quien afirmó que el padre de Maurico estuvo en dicha localidad junto a su pareja la madrugada del triple crimen con una camioneta Kangoo blanca –la que se presume fue utilizada para consumar la masacre y fue incautada el 20 de enero, cuando Maurico fue detenido– y aseguró que se presentó en Tribunales a declarar luego de que Palavecino padre le ofreciera hacerlo.

Por la tarde declaró el padre de Maurico, Alfredo Palavecino, quien trabaja en el rubro espectáculos brindando un “servicio para eventos” audivisual. Relató que al momento del triple crimen su hijo estaba con arresto domiciliario por un robo, y tenía salidas laborales, por lo cual Alfredo buscaba a Maurico en la Kangoo para que lo acompañara. Añadió que aquella madrugada fue con este vehículo a Villa Mugueta a trabajar en un evento, lugar al que llegó a las dos de la madrugada, pero como la fiesta no tuvo éxito a las 5 emprendió el regreso a Rosario. Ante una pregunta de Fiscalía y querella, reconoció que a la vez tenía una Mercedes Sprinter blanca y que su hijo tenía tarjeta azul para manejar ambos vehículos.

Sobre la detención de su hijo, el 20 de enero, a quien vio cuando lo habían detenido en su casa, ante una pregunta de la defensa dijo que Maurico lo llamó luego desde Tribunales diciéndole que los policías le habían pegado y le querían hacer firmar una declaración.

En tanto, la hermana de Mauricio, Natalia, ratificó dichos de su padre acerca de que los policías que llegaron a detener al joven no tenían orden de allanamiento para esa dirección, Pedro Lino Funes al 3000, pese a lo cual tiraron la puerta abajo cuando ella se aprestaba a abrir.

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