Un potente terremoto de magnitud 6,6 que sacudió el sábado por la mañana el suroeste de China dejó al menos 156 muertos y 5.500 heridos, según las autoridades locales que han enviado a la zona a miles de soldados para reforzar las operaciones de rescate. El temblor tuvo lugar al pie de la meseta tibetana, en la provincia de Sichuan, una región con fuerte actividad sísmica que ya fue devastada en 2008 por un potente terremoto.
El movimiento telúrico duró unos treinta segundos. Su epicentro se situó cerca de la ciudad de Ya’an y sorprendió a la población justo después de las 8 horas local. Las primeras fotos de la catástrofe mostraban edificios de poca altura destruidos y numerosos escombros en las calles.Imágenes tomadas desde el cielo muestran zonas rurales donde las casas parecían haberse desmoronado, y otras, más pobladas, donde los daños parecían más limitados.
Las construcciones de la zona rurales chinas suelen tener materiales de dudosa calidad y las normas antisísmicas casi no se respetan por las autoridades. Son las regiones más pobres del país.
Más de 2.000 militares fueron enviados para reforzar a los socorristas que estaban trabajando sobre el terreno, indicó la agencia oficial Xinhua. El nuevo presidente chino, Xi Jinping, pidió que se ayude a las víctimas, mientras que el primer ministro Li Keqiang anunció que visitará la región afectada, al igual que solía hacer su predecesor Wen Jiabao, en caso de catástrofes, lo que le hizo muy popular. «Las primeras 24 horas son cruciales para salvar vidas», dijo el primer ministro.
El jefe de Estado ruso, Vladimir Putin, envió un telegrama de pésame a su homólogo chino y le aseguró que Rusia está preparada para dar «toda la ayuda necesaria» a China, anunció el Kremlin.
La provincia de Sichuan, una de las más pobladas de China con 80 millones de habitantes, fue devastada por un temblor en 2008 que dejó unos 87.000 muertos y desaparecidos.
La agencia de prensa oficial indicó que el sismo del sábado alcanzó una magnitud de 7 mientras que el Instituto Geofísico de Estados Unidos (USGS) registró un temblor de magnitud 6,6. La profundidad fue estimada en 12 km, una distancia muy baja, lo que favorece que se produzcan muchos daños.
Las operaciones de rescate se veían entorpecidas por deslizamientos de tierras provocados por el sismo, indicó CCTV. La dificultad ya provocó víctimas entre los efectivos de emergencia: dos soldados murieron y otros cinco fueron hospitalizados al sufrir un accidente de tránsito cuando se acercaban a la localidad de Yunan, reportó la agencia Europa Press.
El temblor se sintió muy fuerte en Chengdu, la capital provincial de Sichuan, y hasta en la vecina metrópolis gigante de Chongqing, un municipio con rango de provincia donde viven 33 millones de personas. En esas dos megalópolis, los habitantes abandonaron sus domicilios precipitadamente.
Bertrille Snoeijer, una holandesa residente de Chengdu, estaba en su domicilio cuando se produjo el sismo. «Poco después de las 8 todo empezó a temblar, los objetos se cayeron», contó a la AFP. Al igual que sus vecinos, ella salió a la calle.
En la región más afectada por el sismo las comunicaciones telefónicas estaban cortadas o perturbadas.
Unos estudiantes estaban atrapados debajo de un edificio universitario que se hundió en Ya’an, indicó la página de información Sina.com. El sábado, los alumnos chinos en general no tienen clase, salvo en algunos institutos de enseñanza media.
Una periodista del canal de televisión local iba a contraer matrimonio este sábado, pero tuvo que trabajar en «directo» para cubrir la catástrofe, vestida de blanco, según una foto suya que circulaba por internet.
Poco después del terremoto de 2008, la calidad de la construcción de las escuelas en Sichuan fue muy criticada. Familiares en duelo y encolerizados habían exigido la verdad y quisieron entender por qué los edificios a los que acudían sus niños se desplomaron con tal facilidad cuando otros edificios oficiales resistieron.
Los terremotos son relativamente frecuentes en China, aunque la población está menos sensibilizada que en Japón. El país fue escenario de uno de los sismos más mortíferos de la historia, en la región de Tangshan (noreste), en 1976. Según las cifras oficiales, el balance oficial de este terremoto fue de 242.000 muertos, el triple según otras fuentes.