La segunda jornada del juicio oral y público que se lleva adelante contra Martín Santoro, verdulero de 37 años acusado de asesinar a tres ancianos durante 2010, continuó con más de una docena de testimonios, en su mayoría de empleados policiales. El principal testimonio estuvo en boca de un hombre de 34 años que asumió haber sido “informante” de la Policía, luego de que el imputado –a quien conocía– le confesara telefónicamente que había dado muerte a una mujer, según la acusación.
Se trata de Pablo R., quien dijo que conoció a Martín porque iba regularmente al negocio que atendía a comer sándwiches de milanesa, y que en uno de sus cruces se intercambiaron teléfonos. Dio detalles de varias charlas y, como ejemplo, dijo que en una oportunidad Martín lo llamó para preguntarle si conocía a alguien que supiese hacer arrancar autos sin llaves, porque había entrado a robar a una casa y matado a los dueños. A raíz de esos dichos Pablo dijo que sintió miedo y se lo comentó a un amigo, quien tenía conocidos en la Policía que le pidieron que lo llame y “le siga la corriente”, para averiguar más.
Durante la audiencia se escucharon tres conversaciones telefónicas entre Martín y Pablo que, según el testigo, fueron charlas que mantuvo con el imputado dentro del auto de un jefe policial.
En una de ellas aparece la mención de un acordeón, con detalles estéticos, que según se desprende de la conversación, Martín iba a entregar a Pablo para que le consiguiera un comprador y que pertenecía a una de las víctimas, José Savini.
Santoro es el único imputado en la causa conocida como los crímenes de barrio Parque. Si bien la saga de asesinatos de ancianos con fines de robo fueron más de diez a lo largo de 2010, a Santoro se le imputan tres: el de Concepción Lavore; el de Susana García y el de José Savini, este último en la localidad de Zavalla.
Antes del testimonio de Pablo R. declararon cuatro policías, entre ellos dos que realizaron pericias informáticas a los celulares secuestrados, y respondieron preguntas técnicas además de leer conversaciones donde se escucha a personas hacer pedidos en una verdulería.
También declaró Natalia L., de 32 años, que dijo haber trabajado cinco años en la verdulería junto a Martín,quien negó que se dedicase a hacer envíos a domicilios.
Entre las preguntas que respondió dijo que le prestó su celular a Martín porque se le había roto, que una vez lo acompañó a Zavalla para prestarle su recibo de sueldo y comprar un DVD con parlantes; y que una de sus hermanas, domiciliada en esa localidad, cuidaba a Savini. También dijo que conocía a Lavore, quien era asidua clienta de la verdulería.
Durante la mañana declararon cinco testigos, en su mayoría forenses que corroboraron datos objetivos como la muerte de dos de las víctimas y los informes médicos y psiquiátricos.