No todo fue glam y figuras icónicas del cine mundial en el llamado “festival de festivales” como se conoce al Festival Internacional de Cine de Cannes, una de las vidrieras más importante del universo audiovisual de cada año que finalizó el fin de semana.
En sus últimas horas de proyecciones, y como es poco frecuente en ese encuentro, se vieron en carácter de estreno mundial los dos primeros capítulos de la esperada y muy publicitada serie The Idol, de HBO, que se estrena en esa plataforma en unos días.
Protagonizada por el músico Abel Tesfaye (The Weeknd) y Lily-Rose Depp, hija del astro de Hollywood Johnny Depp y de la cantante francesa Vanessa Paradis, con la firma de Sam Levinson (Euphoria), la propuesta cumple sus propias promesas de contar un tórrido y perturbador relato sobre la industria musical y sus lugares más oscuros. Y es que “la fama realmente corrompe” y eso “da mucho miedo”, según contó el equipo a la prensa en Cannes.
En esa misma rueda de prensa luego del estreno de los dos primeros episodios de la serie, el rapero y productor Tesfaye, que recientemente anunció su voluntad de dejar atrás el alias con el que se hizo famoso, explicó que buscaba “ofrecer un cuento de hadas retorcido y oscuro sobre la industria de la música” y todo lo que sabe y conoce de ella dado que pertenece a ese universo.
“Mucho de Jocelyn (la cantante protagonista a la que interpreta Lily-Rose Depp) se inspira en mi experiencia y en experiencias de otros artistas de las que he sido testigo”, admitió.
Para Levinson, “la fama realmente corrompe, es muy fácil rodearse de creadores de mitos” y sumó que “hay algo acerca de todo eso que me da mucho pero mucho miedo”.
“Imaginamos que sabemos mucho más sobre esas personas de lo que sabemos de verdad”, apuntó por su parte Depp sobre la construcción de su personaje.
Consultados por los posibles paralelismos entre la protagonista de la serie y los años más oscuros de la princesa del pop Britney Spears, Levinson aseguró: “No intentamos contar la historia de ninguna popstar en particular, sino que buscamos retratar cómo el mundo percibe a las estrellas y la presión que eso supone para ellas”.
Sexo sin eufemismos
La producción, que se estrenará en junio, cumple igualmente las advertencias respecto de su contenido explícito en materia sexual y de excesos, algo que generó tanta expectativa como polémica de cara al estreno, algo que sucede siempre con este tipo de materiales, cuando vienen del mainstream y se valen de lógicas de la industria del porno.
De acuerdo al sitio de espectáculos Variety, los capítulos exhibidos dejaron en shock a Cannes con escenas de porno-venganza que incluyen fotos de fluidos corporales en el rostro de Depp, y que son filtrados online, además de una serie de situaciones donde abunda la desnudez explícita como también escenas donde ella se masturba con cubos de hielo.
El personaje de la actriz que trata de enfrentar la muerte de su madre, comienza comportamientos extremos y autodestructivos, como “como masturbarse mientras se ahoga, antes de finalmente recurrir a Tedros de Tesfaye, un sórdido gurú de autoayuda que comienza a infiltrarse en su vida”, explica una publicación en el sitio Indiewire.
https://twitter.com/Festival_Cannes/status/1660967586052407298
“En un momento, Tedros la ahorca con su propio vestido en un intento de despertar en ella algo de inspiración creativa; de hecho, a partir de allí se siente inspirada para remezclar su nuevo sencillo”, continua el mismo portal.
“Vivimos en un mundo muy sexualizado, especialmente en los Estados Unidos”, reflexionó el siempre polémico creador de Euphoria, la serie que inauguró una nueva era en materia de lo explícito en la tevé, antes de opinar que “la influencia de la pornografía es realmente fuerte en la cabeza y el pensamiento de los jóvenes”.
La “desnudez” física del personaje de Jocelyn es un reflejo, según la hija de Johnny Depp, de la propia “desnudez emocional” de la protagonista.
Lo que sí rechazó de plano el equipo fueron las acusaciones de caos creativo y de ambiente tóxico en el rodaje, publicadas en algunos portales estadounidenses, y difundidas desde el comienzo de la producción que sufrió una serie de idas y vueltas y cambios de rumbo.
“Creanme, he estado en rodajes disfuncionales”, indicó el actor Hank Azaria, que interpreta a uno de los miembros del “séquito” de la estrella protagonista, junto a Da’Vine Joy Randolph, Hari Nef, Jane Adams, el cantante Troye Sivan y la estrella de k-pop Jennie Ruby Jane, entre más.
“Sabemos que estamos haciendo algo que es muy provocativo, no se nos escapa”, dijo Levinson, quien cree que los artículos “omitían” deliberadamente lo que no se ajustaba a su narrativa crítica. Pero cuando vio las noticias, más bien estuvo seguro de que la serie sería el gran pelotazo del verano boreal.
“Sé quién soy y creo que hay dos trabajos en este negocios: el trabajo en sí y el gestionar el público. Hacerlo no es interesante para mí porque consume tiempo de trabajo. Son libres de escribir lo que quieran”, afirmó.
The Idol, que venía anunciada como la historia de amor más sórdida de Hollywood y que se estrenará el próximo 5 de junio en la plataforma HBO y HBO Max, aborda la perturbadora relación entre un gurú de la autoayuda y líder de un culto moderno, interpretado por Tesfaye, y una ídolo del pop en pleno ascenso, pero con muchos problemas, a la que da vida Lily-Rose Depp.
En el estreno en el Gran Teatro Lumière de Cannes, la serie dejó la alfombra roja más pop del Festival, con centenares de fans concentrados en la Croisette para pedir autógrafos y tomarse fotos con sus ídolos.
Especialmente ensordecedor fue el recibimiento dedicado a Tesfaye y a Jennie, cuya banda Blackpink cuenta con una auténtica legión de seguidores. Tras el estreno, una gran ovación en pie hizo emocionar a Levinson y a The Weeknd, que definen la experiencia en Cannes como un “sueño cumplido”.
Después, las estrellas de The Idol festejaron hasta altas horas de la noche en una fiesta organizada por HBO en el Palm Club de Cannes, a la que también asistieron figuras de la música y la pantalla como Travis Scott, Future, Julia Fox, Jeremy O. Harris de Euphoria y Jeffrey Wright de Westworld.
La producción, creada de manera conjunta por Tesfaye, Levinson y Amy Seimetz, viene precedida por varias polémicas relacionadas con su supuesto contenido gráfico y sexual, además de por acusaciones de ambiente tóxico en el rodaje. Su desarrollo también siguió un camino muy complejo, con grandes revisiones creativas y costosas regrabaciones que debieron repetirse varias veces.
