Dos tickets de peaje y uno de carga de combustible, más los testimonios de un arrepentido y de dos funcionarios del Organismo de Investigación constituyen la base de las evidencias que utilizarán los investigadores judiciales para imputar este martes al ex fiscal Regional de la Segunda Circunscripción con asiento en Rosario, Patricio Serjal, a quien sindican de diseñar y ejecutar «un plan delictivo» para recibir dinero de un empresario investigado por juego ilegal. según informaron a Télam fuentes de la investigación.
La audiencia será este martes a las 14.30 en el Centro de Justicia Penal donde los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, Gisela Paolicelli, Luis Schiappa Pietra y Matías Edery acusarán a su antiguo superior, por haber diseñado junto al ya imputado fiscal Gustavo Ponce Asahad y un empleado del Ministerio Público de la Acusación (MPA) Nelson Ugolini un plan cuyo objetivo era recibir dinero de Leonardo Peiti, empresario vinculado al juego, a cambio de transmitir información reservada, retardar u omitir dictámenes para que no prosperen las posibles imputaciones.
Esta investigación comenzó el 11 enero pasado cuando dispararon contra los balcones del Casino City Center y asesinaron al gerente de la sucursal del banco Nación de Las Pareja, Enrique Encino. El 13 de ese mes, Maximiliano «Cachete» Díaz, de 30 años, y lugarteniente del líder de Los Monos Ariel «Guille» Cantero, fue detenido cuando salía de un departamento de Mitre y avenida Pellegrini. A las 48 horas fue imputado junto a otras personas por el homicidio del contador y por extorsionar con balaceras para cobrar por protección, describieron voceros judiciales en dicha oportunidad.
En la última semana de julio, la investigación tuvo novedades cuando los fiscales lograron recolectar toda la información que tenía el celular de Cachete. Al verse cercado, el alfil de Los Monos rompió y tiró a la calle el teléfono pero una persona lo encontró y lo llevó a la Fiscalía, según contaron los investigadores.
Entre los registros había conversaciones con Peiti, quien hacía un año había sufrido un atentado contra el frente de un departamento y se piensa pagaba por «protección». Es que el empresario del juego también tenía una investigación por actividades ilícitas, lo que era aprovechado por la banda de extorsionadores.
En estos intercambios de mensajes, apareció Nelson Ugolini, empleado de la Unidad fiscal covid -19 que tenía al fiscal Ponce Asahad al frente.
La última semana julio hubo allanamientos por extorsiones y juego clandestino y ahí cayó un jefe policial retirado, Alejandro «Pipi» Torrisi mientras Peiti no fue encontrado.
En la imputación del 23 de julio se conoció que los fiscales investigaban la complicidad de un empleado del MPA porque el atentado al Casino iba a ser el 9 de enero pero como detuvieron a los dos gatilleros se pospuso. En ese momento, Cachete le pidió a Peiti que ayudara a sus tiratiros y ahí apareció el contacto con la Fiscalía.
Pasaron dos semanas y el viernes 31 de julio se entregó Peiti, pidió hacerlo en otra jurisdicción pero no por miedo a la banda sino porque tenía que mucho que decir sobre la «cuota» de entre 4 y 5.000 dólares que le pagaba a Ponce Asahad y que involucraba a Ugolini junto al jefe de los fiscales, Patricio Serjal. Esto implicó que los fiscales tuvieran que reunir pruebas de los encuentros con los funcionarios del MPA para probar el pago de las coimas.
Ese mismo día allanaron el departamento de Ponce Asahad, quien al martes siguiente fue imputado por cohecho e incumplimiento de los deberes de funcionario público y quedó en prisión preventiva por 90 días.
Por esos días y con los nombres de los funcionarios judiciales en todos los medios, Serjal presentó la renuncia como fiscal Regional y luego a su cargo en el Poder Judicial. El gobernador Omar Perotti la aceptó mientras que la legislatura suspendió de su cargo como fiscal a Ponce Asahad por 180 días con la quita del 50 por ciento del sueldo.
Dos encuentros con Peiti
En la audiencia de este martes, los fiscales presentarán los indicios recolectados luego de que Peiti, quien se acogió al régimen del arrepentido declarara que se encontró «dos veces» con Serjal, una en un bar del centro de Rosario y otra en un hotel de Recoleta, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En julio de 2019 fue baleado el domicilio de Peiti en Servando Bayo al 1000 y le dejaron una pintada: «Leo pagá». Asustado, el empresario acudió a Ponce Asahad porque, dijo, estaba pagando por una protección que no creía no tener. Allí conoció a Serjal, según contó.
«Entonces tenemos una charla ahí en un bar. Le pregunté a Patricio cómo era el tema y me dice: «Mirá, te aconsejo que no denuncies porque no están dadas las garantías de hoy por hoy denunciar, tratá de seguir dilatándolo y manejate con Gustavo por el tema de la cuota»», relató el arrepentido.
Hasta ahora, los fiscales acusadores no presentaron más evidencia sobre ese encuentro en un bar de Dorrego y Mendoza de esta ciudad, pero sí sobre el segundo señalado por Peiti, ocurrido el 14 de noviembre de 2019 en el hotel Etoile de Presidente Roberto Ortiz 1835 de Recoleta.
Según Peiti, se reunieron entre 5 y 10 minutos en el lobby del hotel: «Le pregunté cómo veía el tema de las amenazas y me siguió diciendo que tratara de no denunciar, «manejate con Gustavo y fijate si se puede subir la cuota»», describió que le dijo Serjal.
Los investigadores secuestraron dos tickets de peaje del 13 y 14 de noviembre pasado correspondientes al auto oficial que utilizaba el fiscal Regional «que dicen que efectivamente el señor Serjal hizo un viaje a Buenos Aires en esa fecha».
Uno es del acceso norte a Campana del 13 de noviembre –del viaje de ida– y el otro del día siguiente, a las 13.49, del regreso en el Corredor Panamericano.
También hallaron un ticket de nafta del auto oficial de las 11.23 del día 14 de una estación de servicios de Figueroa Alcorta al 3000 y «el chofer (del MPA) declaró que lo llevo en numerosas oportunidades al Serjal a ese hotel», dijo a la agencia de noticas <Télam> un investigador.
Peiti, por su parte, aportó la factura que da cuenta que el 14 de noviembre se alojó en el hotel Etoile.
Las visitas al OI
Otro elemento que los fiscales utilizarán para acusar a Serjal son sus visitas al Organismo de Investigaciones (OI) el 16 y 17 de junio de este año, para interiorizarse sobre una investigación que tenía a Peiti como protagonista. El segundo día fue con Ponce Asahad.
Según los investigadores, tras esas visitas, el fiscal Ponce le avisó a Peiti, el 30 de junio, que su teléfono estaba intervenido y le aconsejó que lo cambiara, y el capitalista de juego dejó de usarlo el 1º de julio.
Además, le habrían pedido 100 mil dólares para ayudarlo en ese caso, en el que lo querían presentar como «víctima» de una banda que cometía extorsiones.
El director del OI, Víctor Moloeznik, confirmó los encuentros y declaró: «El 17 de junio fue la única vez desde que soy director que Ponce Asahad vino al Organismo. Patricio Serjal tampoco vino nunca a excepción de esas dos veces.»
En tanto, una empleada del OI declaró que en esa visita Serjal «hace la apreciación de que Peiti sería una víctima, que colabora por miedo, y no un miembro voluntario de la organización».
Los fiscales le preguntaron si notó algo extraño en esa visita y la mujer respondió: «Lo que me pareció raro (fue) ese comentario de Serjal, de que Leo Peiti era una víctima.»
Los celulares de Serjal, Ponce Asahad y Ugolini
Entre las pruebas, los fiscales también expondrán que Ponce y Serjal resetearon cinco veces en un mes sus cuentas de Whatsapp.
De acuerdo al informe de las pantallas de los perfiles pertenecientes a los usuarios Ponce Asahad y Serjal «se observa que los mismos resetearon sus aplicaciones en momentos claves de la investigación», dice la causa.
En el caso de Serjal, la aplicación cambió el código de seguridad, que se produce con un cambio de teléfono o por su resinstalación, el 20 y 28 de junio pasados, el 10, 25 y 26 de julio; esta última cinco días antes de que fuera allanado el domicilio de su subordinado Ponce Asahad, quien hizo lo mismo.
En la causa también fue imputado junto al fiscal Ponce el empleado de su Fiscalía, Nelson Ugolini, como partícipe de la presunta filtración de datos a Peiti y quedó en libertad tras el pago de una fianza por poco más de 4.800 dólares.
El peritaje al teléfono de Ugolini mostró un cruce de mensajes del 23 de julio, cuando ya se conocía públicamente que desde la Fiscalía habían filtrado datos al capitalista de juego, aunque no se conocía quién lo había hecho.
Un contacto identificado como «defensor» y el nombre y apellido de la persona, le mandó a Ugolini el enlace de una noticia titulada «Detectan que ayudaron a un grupo delictivo desde adentro de una Fiscalía».
«So vo?», le escribió el «defensor» a Ugolini, quien respondió «Juaaam, jodemeee. No lo vi, ahora lo leo».
La persona identificada como «defensor» replicó en tono de broma: «Si estás haciendo unos mangos invitá unas birras».
«Ojalá, es una vergüenza esto», terminó la charla Ugolini.
Para los pesquisas consultados por Télam, estos elementos de pruebas serán una parte de la acusación que enfrentará Serjal, ya como civil y no como titular de la Fiscalía de Segunda Circunscripción con sede en Rosario pero que también abarcaba los departamentos Cañada de Gómez, Casilda, San Lorenzo y Villa Constitución.