El humor es una variable necesaria para poder enfrentar algunos momentos de la vida como el presente, con una pandemia que encerró al mundo y alejó a los espectadores de las salas de teatro y de los bares con propuestas escénicas desde mediados de marzo.
En el marco del ciclo Un escenario distinto en el Teatro Municipal La Comedia, que busca, protocolo mediante y con su imponente techo descorrido, empezar a acercar nuevamente al público a las salas, este viernes a las 21, tendrá su estreno oficial Así habló Zaragoza, unipersonal de stand up del humorista y standupero rosarino Tincho Zaragoza que resultó seleccionado entre los 16 espectáculos con los que la Secretaría de Cultura municipal sumó programación local a ese espacio en verano, lo que se convierte casi en un hecho inédito por fuera del ciclo Un verano fresquito, cuando debería tratarse de algo habitual por ser ése el primer coliseo rosarino y público.
Ironía mediante en relación con un título que evoca a uno de los clásicos de Nietzsche (Así habló Zaratustra), dice Zaragoza que el filósofo alemán contó que al cumplir 30 años, Zaratustra dejó su patria, se marchó a las montañas y se pasó meditando en soledad una década hasta que bajó para compartir su sabiduría con los demás. “Al cumplir mis 30, dejé mi Rosario natal y me marché a las sierras de Córdoba. Aproveché el finde largo de Carnaval para armar una carpa por cuatro días en el camping de Capilla del Monte. Después de ese feriado tardé diez años más en compartir mi ¿sabiduría?”, se cuestiona con humor Zaragoza.
En Así habló Zaratustra, Nietzsche vuelca las grandes ideas a las que abocó su vida: la muerte de Dios, la moral, el eterno retorno y la idea del Súper Hombre. Mientras que en Así habló Zaragoza, el comediante rosarino comparte “las poco relevantes ideas» en las que perdió tiempo a lo largo de su vida: la muerte del rock, por qué el yoga genera más estrés y cuál es el gel que usa Superman.
“Obviamente, el título del show juega con el título de la obra de Nietzsche; de hecho, tenía ese título antes de tener el espectáculo. Hace mucho, en el otro siglo, con 18 años, estudié en la Facultad de Humanidades y allí tenía una profesora que me acercó a Nietzsche. En Filosofía empezamos a ver su obra que, por cierto, me interesó muchísimo, y todos estos años después, a partir de este unipersonal, doy un poco vuelta todo ese pensamiento. Es como ir de los grandes temas que él desarrolló, a los pequeños temas con los que yo trabajo”, adelanto Zaragoza acerca de esta propuesta en la que se vale de una serie de proyecciones con gráficos, fotos y videos familiares, “recuerdos, cruzando realidad y ficción, pisándole los talones al biodrama, pero siempre desde el humor”, completó acerca de lo que define como su show más personal a la fecha.
Con una década de recorrido en el territorio del stand up, Tincho Zaragoza es comediante, generador de ciclos y coordinador de clases vinculadas al género para principiantes y avanzados, al tiempo que acredita una vasta formación artística, más allá del stand up, con estéticas como el clown y el mimo, improvisación, dramaturgia y producción con referentes locales y porteños.
“Después del año pasado que fue muy duro para todos, el humor fue una gran herramienta como para lograr no ponernos peor”, dijo en relación con el recorrido de los últimos meses. Y ahondó: “El humor fue bastante salvador; siempre hubo y hay mucho humor en las redes sociales. Cualquier persona que tenga una cuenta de Facebook, Instagram o Twitter, escribe algo, comparte un meme o una foto y ya está generando humor para los demás. Pero todo eso se profundizó en la pandemia: ante situaciones terribles, el humor y la creatividad nos ayudan a transitar momentos complejos. No digo «el humor nos salvó», no fue así, pero todo se pudo sobrellevar mejor, y se nota mucho ahora con la gente feliz de poder volver a salir y ver algo en vivo, con todos los cuidados, algo que es reconfortante y siempre se agradece”.
Edificar el humor
Quien pueda jactarse de tener VIS cómica, sabe conectar con ese lado que siempre propone una instancia cotidiana que casi al mismo tiempo se la piensa para la escena. Así se arman muchos shows de stand up donde, en definitiva, la clave está en poder reírse de las pequeñas tragedias personales, haciendo valer ese axioma que sostiene que tragedia más tiempo es comedia. “Los shows surgen de ideas que van apareciendo, de situaciones que nos tocan vivir. Por ejemplo: hablo de la paternidad, lo vengo haciendo desde que empecé a hacer stand up, y ya tengo un hijo de 20 años y un padre de casi 70. Es un tema transversal, como otros, pero es muy interesante ser hijo y de repente ser padre, eso genera una serie de situaciones que vienen muy bien para el show como pasa con otras”, contó Zaragoza, quien destacó que durante la cuarentena, quizás a diferencia de algunos de sus colegas, produjo poco.
“El stand up es siempre con público; el humor que hago es con el público presente. De todos modos, el tiempo de cuarentena me sirvió para revisar y ordenar material pero siempre con el objetivo puesto en volver a lo presencial”, destacó el también creador de Bajemos las expectativas, quien más allá del auge de la estética, reconoció que «vivimos en un país con una larga tradición en el humor y en los monólogos, como pasa en Estados Unidos, pero siempre terminamos un poco colonizados con estas cuestiones; más allá que en la tradición yanqui, los monólogos vienen desde el vodevil de los años 20, con esos humoristas esquivando el tomatazo que aparecían con sus rutinas cuando se cerraba el telón para cambiar de cuadro. Pero al mismo tiempo, acá aparecía la revista con los capocómicos y sus monólogos”.
Nuevas plataformas
“Está claro que el streaming fue la alternativa del año pasado; hay un sector del público que se pudo adaptar y hay artistas a los que les ha ido muy bien. Incluso hay un público alejado de las grandes ciudades que tuvo acceso a cosas que de otro modo no hubiese podido ver”, dijo Zaragoza en relación con la avanzada de un fenómeno que muchos auguran que llegó para quedarse.
“Incluso con el stand up –continuó–, y a diferencia del teatro que siempre fue poco tecnológico, funciona. Siempre hubo shows grabados, como pasaba con El Club de la Comedia; el registro bien grabado de un espectáculo con un teatro lleno, con una buena edición como si se tratase de una película, puede ser una buena experiencia como cuando vemos un recital de rock de una banda internacional. De todos modos, la experiencia del vivo siempre es otra, es distinta a todo, más allá de que hay shows de stand up muy buenos que se pueden ver online”.
Volver al ruedo
De cara a la infrecuente decisión de la Secretaría de Cultura municipal y el teatro La Comedia de convocar a las y los artistas locales para agruparlos en un ciclo con continuidad a lo largo de todo el año, algo que debería ser habitual pero lamentablemente no lo es, y que se dio en este contexto de complejidades en la programación por la presencia de la pandemia, Zaragoza expresó finalmente: “Después de un año sin actuar, una función no resuelve la situación que nos toca vivir a los artistas. De todos modos, es una ayuda y está bien que se haga. La Comedia, sin dejar de sumar otras propuestas que quizás llegan desde Buenos Aires, podría dedicar uno o dos días de la semana a un ciclo permanente con espectáculos locales a lo largo de todo el año. Quizás este ciclo sea una posibilidad de apertura. Si bien en lo personal pude ser parte en algún momento del ciclo Un verano fresquito y de otro de stand up, la continuidad hace que el público se acerque, que nos conozca y nos vea en otro contexto, en un teatro de esa dimensión, con la técnica acorde, con la difusión necesaria. Debería ser un círculo virtuoso, porque si no somos conocidos, pero si el público no se acerca, no te dan oportunidades y difusión, vamos a ser cada vez menos conocidos”.
Para agendar
Así habló Zaragoza se presenta este viernes, a las 21, en el teatro La Comedia, de Mitre y Ricardone. Las entradas tienen un costo de 300 pesos y se pueden comprar online en https://1000tickets.com.ar. La función se realiza con distanciamiento, reducción del aforo y todas las medidas de sanitización que implican, entre otras, el uso de barbijo durante toda la función.