Un buen lector de situaciones resultó ser el Pelado Almeyda. Porque si bien dio muestras de respaldar a los jugadores frente a un natural bajón futbolístico, también marcó que no se casa con nadie, y si las oportunidades son desaprovechadas no tiene inconvenientes de barajar y dar de nuevo.
Cinco cambios para afrontar la primera situación crítica que se le presentaba a River en el campeonato. Tres empates consecutivos, un desconcierto futbolístico generalizado, y la inevitable siembra de rumores internos que no ayudan en nada.
Ferrero volvía a la titularidad; Vella regresaba al primer equipo; Cirigliano debía hacer pie en la zona de fracaso más evidente: la recuperación; Mauro Díaz por Aguirre como propuesta ofensiva, y el pibe Funes Mori para navegar entre amores y odios ante la lesión del Cavegol. Apenas pasados los 3 minutos penal a favor de Gimnasia.
-Nooooooooooo ¡!!! ¿dónde? ¿qué cobrás? ¡! No puede ser, no puede ser, siempre nos cagan con la misma. Alcanzále el lazarillo y el bastón blanco ¿qué vio este muchacho?… Espero que haya sido penal (más tranquilo).
Si fue. No puedo creer que no la vea venir, Sacála antes Díaz, revoleála querido!!!!
Chichizola, claramente adelantado, ataja finalmente el penal.
-Grande Chicha ¡!!! A lo Antonio Roma lo atajó!!,! perdón por la comparación.
¿Qué decís? ¿Qué se adelantó? Hasta un campeonato nos afanaron por un penal así ¡!!
River era más que Gimnasia, en medio de un trámite intenso y un juego friccionado donde la pierna fuerte abunda y los jugadores pasan casi la misma cantidad de tiempo parados que en el piso.
A los 19 minutos Rogelio Funes Mori tiene la más clara matando la pelota con el pecho en el área chica para volear un zurdazo detenido brillantemente por el arquero.
-Ayyyyyyyyyyyyy, no lo puedo creer!!!!!!! Rogelio de mi alma, lo hace hasta mi vieja en ojotas a ese gol. Que esfuerzo para no putearte pibe, pero tenéte confianza!!!!!!!!
A los 38 minutos del primer tiempo le pasamos por primera vez la pelota a Chichizola lo que indicaba una notable mejoría con respecto a los partidos anteriores je je.
El partido se caía en un pozo, mientras Rogelio seguía haciendo todos los deberes para que la hinchara empezara a murmurar.
El Pelado Sánchez (Marvin Hagler) no gravitaba como en los primeros partidos y Maurito, Ocampos y el Chori regalaban algunas pinceladas de buen fútbol asociado.
Tal vez menos vértigo y un poco más de pausa podrían convertirse en la solución a un ritmo alocado lleno de imprecisiones.
A los 4 minutos al pibe se le abrió el arco en una jugada que parecía morir en la intrascendencia, pero que el Chori bancó con el cuerpo hasta que Rogelio Funes Mori se la llevó con un toque justo para terminar incrustando un zurdazo letal junto al palo.
-Goooooooooooollllllllllllllllllllllllllll!!!!!!!!! Que golazooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!
Lo matóoooooooooooooo, le perforó la red !!!!!!!!!!
River se tranquilizó un poco y en vez de ir a buscar el segundo empezó a cuidar la quintita. Aguirre por Maurito, de buena actuación, señalaba el camino del overol, el sacrificio y cierta precaución en el medio.
A los 20 casi aumenta el Chori con un tiro que se fue besando el palo después de una pivoteada de Rogelio, que a esa altura estaba más agrandado que tortuga con patines.
Hasta que a los 23 minutos un tiro libre cruzado en forma de centro desde la derecha, brillantemente ejecutado por el Chori Domínguez impactó certeramente en la cabeza de Díaz y selló el triunfo millonario que dio tranquilidad y algarabía a los hinchas.
River sólido, firme y convincente dejó pasar los minutos -me hubiese gustado alguna acelerada más para buscar el tercero- intentado hacer circular la pelota en una cancha donde los espacios sobran pero la precisión es vital.
-Vamossssssssssssssss, sííííí ¡!!! Que lindo triunfo ¡!!! Sin sobresaltos, sin fisuras, redondito. Me gustó en líneas generales. Vamos bien, va a ser dificilísimo, agotador, interminable, pero el 2012 ascendemos seguro ¡!!!!!!
Esta semana la Legislatura porteña distinguió a Almeyda como personalidad destacada del deporte. El Pelado cotiza en alza, un «tipo de cambio» para enderezar el rumbo de un River, que al final no se devalúa.