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Tiros, amenazas y usurpaciones en Fonavi de barrio Grandoli: piden poder vivir en paz

Los chicos dejaron de ir a jugar a la pelota y los vecinos temen salir de sus casas hasta para hacer un mandado por miedo a quedar en medio de una balacera. Denuncian ausencia del Estado y piden seguridad desde el anonimato por temor a represalias

Un sector del Fonavi del Parque del Mercado, en la zona sur de la ciudad, clama poder vivir en paz. En las últimas semanas los tiroteos, amenazas e intentos de usurpaciones a vecinos se convirtieron en moneda corriente. El domingo, ese malestar detonó cuando un grupo de personas cortó la intersección de Sánchez de Thompson y Laferrere con un piquete improvisado en un claro reclamo a las autoridades. El temor es palpable: nadie quiere arriesgar el pellejo por temor a represalias, por eso los habitantes hablan desde el anonimato, esquivan las cámaras y no se cansan de repetir a los periodistas que resguarden sus identidades.

“Que ellos con su vida hagan lo que quieran (por los tiratiros que asolan las torres y los monoblocks), eso no nos interesa. Lo único que pedimos (a las autoridades) es que ayuden con la inseguridad que se vive. Estamos todo el día encerrados, no podemos bajar a hacer un mandado”, dijo una vecina que habló con El Ciudadano.

Los testimonios prefieren obviar detalles sobre las internas del conflicto en el que asoman nombres conocidos desde hace una década y que hoy están tras las rejas. El pedido es concreto: poder vivir en paz. “Esto es a cualquier hora, no sabés si salir a las 7 o a las 14, ellos no tienen escrúpulos. Están en las torres, en las cortadas, en los monoblocks, en las casas de enfrente. Queremos salir a hacer mandados en paz, pero todo el barrio la paga por esta gente”, contó una mujer que pidió anonimato.

Incluso, según describen vecinos, los operativos policiales apostados sobre avenida Grandoli son ineficientes. Los 300 metros que separan ese corredor del corazón del complejo de viviendas parecen ser infinitos. “Grandoli está muy lejos; el operativo tiene que ser dentro del Fonavi para que la gente pueda salir a hacer los mandados, para que los negocios puedan vender; le están jodiendo la vida a todos”, dijo la mujer que además denunció que este lunes «a las 2 de la mañana, con el supuesto operativo por Grandoli, prendieron fuego un departamento con gente adentro, personas inocentes, en la torre 4”.

El último capítulo de la saga son los audios atribuidos a Ariel “Teletubi” Acosta, archiconocido en la zona y preso desde hace un lustro, que un vecino de las torres de Sánchez de Thompson al 200 bis acercó a un cronista de Telefé Rosario. “A tu familia cuidala bien porque te voy a zarpar re mal; así que hablá vos y pedís las cosas y los televisores. Te voy zarpar a tu familia y a tu mujer, yo soy re atrevido y no me importa nada. Sabes que a la Policía la manejamos nosotros, nosotros no batimos la cana. Seguimos la guerra”.

La fuente consultada describió que la banda que tiene a maltraer al vecindario se propuso usurpar varios departamentos para convertirlos en aguantaderos donde guardar armas y droga, además de cooptar jóvenes como soldaditos. En el medio, la pagan inocentes. Como ejemplo puso al hombre de 44 años que en las primeras horas del domingo caminaba por una plazoleta y recibió una lluvia de balas desde el techo de un monoblock. Uno de los impactos le fracturó el fémur. Tres sospechosos fueron detenidos y personal policial incautó dos pistolas de calibre 9 y 40 milímetros. “La madre de Teletubi los tenía escondidos; eran cuatro soldados más el hijo de ella”, se escuchó en el barrio.

Ataque a tiros desde un techo: tres detenidos, un herido y dos pistolas secuestradas

 

Los testimonios cuentan que los chicos y chicas que concurren al Club Atlético Grandoli, mejor conocido como El Ombú, cuya sede está ubicada en pasaje Nale Roxlo 4801, dejaron de jugar a la pelota por el riesgo de tiroteos: “Son chicos del barrio que no molestan a nadie; se anotaron en un torneo, hicieron pollos asados para recaudar plata. Y ahora dejaron de ir a practicar. En el club hay miedo”.

“Ellos coparon el otro Fonavi –por el complejo lindero al oeste de Grandoli, intervenido por los tres poderos del Estado en 2018– y les piden plata a los comercios y tienen a todos amenazados. Acá quieren hacer lo mismo. El sábado a las cuatro de la tarde con los chicos de la plaza vino uno y empezó a tirar para todos lados. Nunca apareció la Policía. Acá no hay luz y no pasa un patrullero”, apuntó la vecina quien centralizó su reclamo para “la zona de Sánchez de Thompson entre Grandoli y Laferrere”.

La zona vivió momentos intermitentes de sangre y fuego desde 2014. El Fonavi del Parque del Mercado y los complejos de viviendas linderos fueron uno de los epicentros de la disputa entre la banda de Teletubi, René Ungaro –preso desde hace una década por el crimen del mandamás de la barra leprosa Roberto “Pimpi” Caminos y con preventiva por nuevas imputaciones– y el clan Funes de barrio Tablada contra la gavilla de Alexis Caminos y el fallecido Rubén “Tuby” Segovia, cuyo fuerte era el barrio Municipal de Grandoli y Lamadrid.

Hoy las alianzas y traiciones no están claras y el territorio parece reconfigurarse con jóvenes y adolescentes que se suman como tiratiros al mejor postor. Una saga que, parece, está lejos de cerrarse y vuelve a detonar. En el medio, una barriada aterrada que pide vivir en paz y no sumar nombres a la fría lista de estadísticas criminales.

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