Fuentes judiciales confirmaron que dos personas que iban en moto y con casco dispararon al aire en Mitre y Rueda, a metros del Centro de Justicia Penal (CJP), en la noche de este jueves. Los tiratiros fueron captados por las cámaras de seguridad minutos después de las 20. Casi al mismo tiempo, en San Martín y Rueda –a unos 200 metros–, una mujer que estaba en la vereda de una veterinaria fue alcanzada por una bala perdida. El episodio, que generó conmoción en el barrio y a la vez desencadenó confusión en cuanto a la mecánica de los hechos, ocurrió un día antes del inicio a un nuevo juicio a Ariel Máximo “Guille” Cantero, cabecilla de la banda los Monos. El dato motivó sospechas. Guille está imputado por instigar la saga de balaceras a edificios judiciales de 2018, por lo que los investigadores investigan la posibilidad de que se trate de un nuevo atentado, deslizaron voceros tribunalicios.
Según confirmó la Fiscalía, efectivos policiales recogieron 9 vainas servidas calibre 9 milímetros por calle Rueda entre Mitre y Entre Ríos.
Desde este punto, barajan los investigadores, dos personas en moto realizaron disparos al aire a las 20.10. Un efectivo policial que hace custodia fuera del CJP alcanzó a ver la moto, que llegó por Mitre, y se perdió por Rueda hacia el oeste.
Apenas reportado los disparos, un auto se acercó a los policías que estaban en el CJP. Dentro del coche había una mujer herida de bala en la pierna. La chica, de 32 años, contó que estaba junto con su novio en la vereda de la veterinaria de Rueda al 925 cuando de la nada sintió un ardor en el glúteo derecho. Por la lesión, fue derivada al Sanatorio Parque: el plomo le atravesó la pierna, dijeron fuentes del caso.
En tanto, la Fiscalía señaló este viernes que “por medidas investigativas se descarta que se haya tratado de un intento de robo o que se haya producido enfrentamiento con personal policial de civil.
Y que “se estima que la joven herida fue alcanzada por un disparo realizado al aire en dirección al CJP”.
“Se investigan diversas líneas en cuanto a la motivación del hecho dado que en la Fiscalía Regional se llevan adelante diversas investigaciones, causas en curso y juicios orales de relevancia”, confirma el comunicado del Ministerio Público de la Acusación. En forma extraoficial, se dijo que la sospecha principal cae sobre el mencionado Guille Cantero, pero también hay algún indicio que conduce hacia las recientes detenciones de los dos cabecillas de la barra de Rosario Central, Andrés «Pillín» Bracamonte y Leopoldo «Pitito» Martínez.
Guille, otra vez en el banquillo
Con menos repercusión que otras causas, estaba previsto que este viernes Guille Cantero se sentara en el banquillo –a través de una videoconferencia– por un nuevo juicio oral, esta vez por presuntas amenazas a un juez en 2016.
El 19 de agosto de ese año un llamado al teléfono directo del Juzgado de Sentencia de la 3ª Nominación encendió la alarma cuando su interlocutor le dijo a una empleada que levantó el auricular que le diera un recado al juez Edgardo Fertita, a cargo de la megacausa Monos.
El hombre, que se identificó como Cantero, afirmó: “Bueno, te dejo este mensaje, decile que se meta el traslado ya sabe dónde, y que lo voy a matar”. El secretario, que entiende en la causa, levantó un acta y junto al juez y la empleada fueron al Ministerio Público de la Acusación a radicar la denuncia. Fernando Dalmau, el fiscal a cargo del caso, pidió en 2019 en una audiencia preliminar siete años y medio de prisión por el delito de coacción agravada.
Según la investigación, Guille llamó desde el penal de Rawson, Chubut, donde cumplía prisión preventiva, al juzgado de Fertita que había rechazado un pedido de su defensa para que fuera trasladado a una cárcel de la provincia de Santa Fe, cerca de su familia. Según la investigación, se pudo comprobar que las llamadas fueron realizadas desde ese penal del sur y las cámaras de seguridad de la prisión muestran a Cantero utilizando el teléfono a esa hora.
Ahora el comienzo de un nuevo juicio para Guille, que ya está imputado como ideólogo de al menos siete balaceras a distintos edificios judiciales en 2018 –una saga que motivó la creación de un equipo de investigadores abocados a delitos complejos y al crimen organizado–, está en la mira cómo móvil del nuevo ataque.
