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Tiros tras robo: dos heridos graves

Quiso sustraer moto y víctimas lo balearon; igual a albañil ajeno al hecho; Quienes gatillaron aún no fueron identificados.

Un albañil de 35 años y un joven de 18 fueron acribillados ayer por la madrugada en la zona sur oeste de Villa Gobernador Gálvez. Según contaron vecinos, el más joven de los heridos intentó robar una moto, pero las los dueños del rodado reaccionaron y lo molieron a palos. El muchacho logró escapar y se refugió en casa de un vecino albañil, quien intentó echarlo, pero ambos terminaron baleados por los dueños de la moto. Ambos fueron operados y quedaron internados en estado delicado en diferentes hospitales. Los tiradores, según la Policía, no han sido identificados.

El Cata vive en barrio Triángulo de Villa Gobernador Gálvez, a 50 metros de las vías del tren, en una casa ubicada en Pueyrredón y Monte Flores, con su mujer y cuatro de sus hijos. Cruzando la calle, en dos viviendas unidas por un pasillo, residen su suegra y su hija más grande. Todos los vecinos lo conocen. “Es un pibe bárbaro; esta semana me arregló el depósito del baño. Sabe mucho de construcción y yo siempre lo consulto”, contó un vecino que tiene su casa a pocos metros. Según su suegra, el muchacho no solo se las rebusca con los ladrillos y la mezcla, también sabe de herrería: “Es un changarín; siempre se está rebuscando el mango”.

De rebote

Para la gente de Triángulo ayer por la madrugada Cata la ligó sin comerla ni beberla. Franco G., un muchacho de 18 años que vive en la casa de al lado, cerca de las 4 de la mañana de ayer intentó robarle la moto a dos o tres jóvenes que pasaban por el lugar, contaron vecinos. El presunto ladrón no inspiró temor sobre sus víctimas, quienes lejos de amedrentarse lo molieron a palos. El joven, en medio de las patadas y las piñas, logró escapar. Corrió unos 50 metros y se metió en el patio de la casa de la hija del Cata. Ella, al escuchar los ruidos, salió y se encontró con Franco, bañado en sangre. Él le pidió que lo escondiera, pero la chica le exigió a gritos que se fuera,

Desde la su cama, el Cata escuchó a su hija y salió a ayudarla. A los empujones comenzó a mover a Franco hacia la vereda, mientras le explicaba que en la casa había muchos chicos y no quería que les pasara nada. El vecino afirmaba que lo querían matar, pero el changarín no escuchó sus motivos. En medio del forcejeo, cuando el hombre había logrado sacar al muchacho a la vereda, sobre calle Pueyrredón, aparecieron los dueños de la moto, quienes sin hacer distinción les dispararon, según testigos, no menos de 10 balazos.

“Abrime la puerta, me dieron, me muero”, dijo el Cata a su suegra, apoyado sobre la puerta de su casa. Cuando ella le permitió el paso, su yerno se desplomó en el piso y comenzó a revolcarse de dolor. Los familiares del albañil llamaron al Sies y a Comando Radioeléctrico, pero se cansaron de esperar. Ante la falta de respuestas, con ayuda de vecinos, cargaron al Cata en un auto particular y lo llevaron hasta el hospital Gamen de Villa Gobernador Gálvez. Al rato apareció en la escena un grupo de policías y se llevó a Franco, quien se había vuelto a esconder en un rincón de la casa de la hija del Cata. “Le pregunté a los milicos si el pibe estaba vivo, porque estaba todo ensangrentado, y me dijeron que sí”, explicó una vecina de Triángulo.

Según informaron fuentes oficiales, Catalino Ambrosio “Cata” M. fue trasladado del centro de salud villagalvense al Heca, donde ni bien ingresó fue operado de urgencia. Tenía cuatro heridas de arma de fuego: una en el pecho, dos en la panza y otra en el abdomen. “Lo operaron una vez y sobrevivió. Pero nos dijeron que no pudieron terminar el trabajo y es probable que lo tengan que operar de nuevo”, explicó la suegra del albañil, quien aseguró que su estado de salud era delicado.

Si bien los policías que se llevaron a Franco aseguraron que el joven se encontraba bien, desde el Ministerio Público de la Acusación señalaron que el muchacho terminó internado en el hospital Provincial, con heridas de bala en la cara y la pierna, en estado grave.

El esclarecimiento del hecho está a cargo del fiscal de Homicidios Dolosos Pablo Pinto. Un vocero de la pesquisa informó que en el lugar de los tiros uniformados de la Policía de Investigaciones secuestraron tres vainas servidas calibre 9 milímetros y una calibre 22. Hasta ayer anoche los tiradores no habían sido identificados.

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