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Tiros, un herido y versiones cruzadas

Un albañil fue baleado en barrio Plata y sospechan de móvil narco.

Un albañil fue baleado en la mañana de ayer por dos motociclistas cuando iba en su auto por Lamadrid al 3300, en barrio Plata. El vehículo de la víctima quedó con al menos tres impactos estacionado frente a la comisaría 18ª y en ese mismo lugar el hijo del hombre dio, ya al mediodía, una entrevista televisiva donde sindicó como autor intelectual del ataque al dueño de una distribuidora, al que relacionó con la venta de estupefacientes. “Claro que tengo miedo pero qué voy a hacer. Voy a esperar a que me lo maten (por su padre) para salir a denunciar”, se preguntó el joven. A su vez, la esposa del propietario de la distribuidora acusó a la familia del albañil por los golpes que recibió su pareja tiempo atrás y dijo que cargan culpas sobre su marido de todo lo que le pasa al albañil.

Alrededor de las 9 de ayer Domingo Antonio G., de 50 años, manejaba su Volkswagen por Lamadrid y al llegar a la esquina con Crespo fue recibido con una lluvia de balas por parte de dos motociclistas. Un proyectil le rozó la oreja y otro impactó en el glúteo. El hombre fue trasladado al Heca, donde contó a los investigadores que el autor intelectual era su vecino César “Manco” G., con quien tiene problemas de vieja data.

Los policías se presentaron entonces en la distribuidora de Lamadrid y Constitución. Fue en ese marco que César, Verónica y Alfio G. fueron demorados y llevados a la seccional 18ª. La fiscal de Flagrancia Gabriela Bassagaisteguy les formó una causa por resistencia agravada a la autoridad y los tres demorados recuperaron la libertad. Según voceros judiciales los elementos de prueba no lograron vincular con la balacera al hombre sindicado por la víctima y, al cierre de esta edición, el agresor continuaba como NN.

Con el correr de las horas y sin tener relación con las acusaciones públicas que se hicieron las dos familias, hubo otra versión que circuló por lo bajo. Esos trascendidos contaron que el herido iba en su auto con dos amigos por Lamadrid cuando advirtieron que dos muchachos en moto –que no eran del barrio– daban vueltas en forma sospechosa. Según esta versión, los ocupantes del auto les dispararon y los de la moto respondieron. Y enmarcaron el caso en un tema de drogas. Por su parte, estas mismas declaraciones recogidas por la pesquisa agregaron a otro vendedor de drogas de la zona como quien pudo haber mandado a los motociclistas a balear al albañil: El Gordo Sebastián o Culón, dijeron las fuentes.

Ex socio de los Monos

Al dueño de la distribuidora, el hijo del albañil lo sindicó como un hombre que tiene propiedades en barrio Tío Rolo, El Mangrullito y barrio Plata. “A la madrugada entran camiones que vienen del norte a los galpones y sabemos qué descargan. Tienen casi diez cámaras y no creo que en ninguna se vea eso. Mandan a los soldados a tirotear casas y después las compran a bajo precio”, dijo el muchacho y dio a entender que esas propiedades se transforman en boca de expendio de estupefacientes.

Tras las declaraciones del joven, los investigadores confirmaron el parentesco del Manco con Jorge Alberto Laferrara. El hombre de 57 años es un conocido de las crónicas policiales por su vinculación con el clan Cantero.

En el año 2000, Gendarmería detuvo en Corrientes a Laferrara junto con el histórico hombre de los Monos Ariel Máximo Cantero, conocido como Viejo o “el Ariel” mientras transportaban una carga de 150 kilos de marihuana. Por ese hecho, fue condenado a seis años de prisión, mientras que Cantero recibió cuatro años (fue penado en ausencia).

Tras su reclusión en un penal de Resistencia, Laferrara recuperó la libertad a fines de 2004, aunque le duró menos que un suspiro. En los primeros días de 2005 volvió a prisión acusado de una tentativa de homicidio . Aunque una vez más volvió a la calle, le duró poco, ahora parado en la vereda de enfrente de los Monos. Esta vez fue el homicidio de un pibe de 15 años que vivía en La Granada, Agustín González, el que lo puso tras las rejas hasta 2012 y por el que fue condenado a 14 años de prisión. En agosto de 2014, luego de que se convirtiera en fugitivo al no volver de una transitoria, entró a la guardia del Heca en grave estado tras recibir un tiro en el abdomen y otro en la cara. Todos miraron en dirección a Los Monos.

Custodia permanente

Tras la entrevista de uno de los hijos de la víctima, donde sindicó al dueño de la distribuidora como el autor de tiroteos a viviendas para luego comprarlas a bajo costo y transformarlas en bocas para la venta de drogas, el Ministerio de Seguridad ordenó la intervención en el caso de la Secretaría de Seguridad Comunitaria y la de Seguridad Pública “para dar respuesta y contención tanto a la familia víctima del ataque como a los vecinos del barrio”, dijeron fuentes oficiales.

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