Tenía que terminar así. Sufriendo, yendo a los ponchazos, chocando contra la defensa y boqueando en el aro. Era la forma en la que tenía que ganar Central. Porque fue el fiel reflejo de un partido en el que cada pequeña situación le costó mucho, en el que abusó en los lanzamientos simples fallados (17), en el que lució atado e irresoluto. Pero en la última del partido Palacios asistió a Mártire, que sujetó la pelota a duras penas y arremetió contra el aro para lanzar, y así convertir el tanto que rubricó el 65 a 64 y aflojó la carga de tensión que consumía al Cruce Alberdi.
Central tenía que ganar. No había otra manera. Y ganó. Lo que mantiene sus ilusiones de TNA 1 y brinda ánimo para el partido de mañana ante San Martín de Marcos Juárez. Sin embargo, atrás quedan 40 minutos en los que Banda Norte lo tuvo a maltraer e hizo las cosas un poco mejor, sobre todo apostando al juego interno de McQueen y Villa. El equipo cordobés supo mantenerse al frente ante un Central que no encontraba gol perimetral y que tampoco tenía claridad en su juego. A tal punto llegó la sequía que en el último cuarto estuvieron 0 a 0 durante tres minutos y Central se demoró cinco en anotar su primer tanto.
El partido era flojo y el arbitraje peor, pero en medio de tanto desatino aparecieron los triples canallas para emparejar el encuentro y después Mártire se vistió de héroe para rubricar la victoria. En el final Cudós intentó de manera desesperada, pero no pudo impedir la victoria canalla.