Hay noches en las que es imposible ganar. Cuando un rival con la jerarquía de Argentino de Junín tiene la paciencia y la inteligencia para manejar la pelota y sacar provecho de sus virtudes le resulta muy complicado a cualquier adversario poder derrotarlo, y más todavía cuando el partido se juega en el Fortín de Las Morochas, una cancha que lleva con el de anoche 27 partidos viendo sólo victorias del equipo local. Fue 91 a 79 por la 12ª fecha de la zona Sur del TNA, y si bien Central dejó una buena imagen, se vuelve a Rosario con otra caída.
Central jugó un buen primer cuarto, forzando la defensa juninense y sacando faltas para visitar la línea de libre. Si no pudo escaparse en el marcador fue porque no estuvo fino en el tiro de media distancia, aunque pasó al frente cuando Mártire acertó de tres. En defensa sufrió con el juego interno de los turcos hasta que Pablo D’Angelo reordenó a los pivots y pudo contener a González y Robinson. Pero no duraría. En el mejor momento auriazul, Capelli mandó a la cancha a Ceci (lanzador de tres) y Tantos (más penetrador) para cambiar la fisonomía de su perímetro y cerrar el cuarto. Encontró respuesta inmediata. Un triple de Cangelosi y un agónico doble de Tantos igualó el partido en 21. La racha se extendió hasta el 11 a 0 en el segundo parcial para ponerse 27 a 21, pero el juego de los petisos marcó el rumbo de todo lo que restaba del primer tiempo, bien combinados con Robinson y González bajo el aro. Fueron una pesadilla y, aunque con una zona los canallas pararon el goleo local, en ataque lucieron atados y sin claridad.
El inicio del tercer parcial llegó con la puntería de Slider y ver cómo la distancia se estiraba, pero Central se hizo fuerte en su zona y a pura corrida de Carnovale pudo ponerse a ocho. Sin embargo, un par posesiones apresuradas y malas elecciones de tiro desembocaron en la chance para que Argentino abra otra vez la distancia. Y los locales no lo dejaron pasar, con Cangelosi y Robinson, se escaparon casi definitivamente.
Con presión bien arriba, velocidad y la aparición de Rivero, tras el parate por la rotura del aro, Central se acercó un poco pero no alcanzó a asustar a un Argentino que lo cerró con la misma suficiencia con la que dominó el juego.
