Por https://www.elciudadanoweb.com/wp-content/uploads/2024/06/3ba1eafb-4ab3-48e6-a1d5-4f4b1f70cb3b-1.jpg | El Hincha
¡Triunfazo! Y cómo que no. Central ganó anoche uno de esos partidos que siempre quedarán guardados en la memoria. Fue en el sur del país y fue de manera agónica, como ya es costumbre en este equipo canalla. Fue 80-79 para los dirigidos por Pablo D’Angelo sobre Huracán de Trelew en el marco de la novena fecha de la zona Sur del Torneo Nacional de Ascenso.
Los canallas jugaron un gran primer tiempo: arrancaron muy bien, con un planteo inteligente que le permitió emparejar la lucha por los rebotes y no sufrir con los internos locales. Lo de Mártire fue fundamental y los rompimientos de Carnovale decisivos para que Central se fuera arriba al descanso.
Cuando Huracán pudo darles juego a los internos y apareció Agostino con el tiro de larga distancia y Etchepare corriendo, Central la pasó mal e incluso la defensa zonal fue una solución.
Sin embargo, no desesperó Central. Aguardó, golpeó en el momento justo con un triple de Palacios y lo cerró desde la línea de la mano de Carnovale. Triunfazo en el sur para seguir subiendo y soñando.
Diario de viaje. Experiencia inolvidable
La Patagonia argentina tiene bellezas de sobra para atraer al mundo. Trelew recibe a las visitas con los brazos abiertos: apenas aterriza el avión ya se está asando un cordero patagónico “de los buenos” para acompañar una velada que fue pura risa hasta la madrugada.
Pero la tentación puede más y la cercanía con la Península de Valdés, y Puerto Pirámides, invita a levantarse temprano e intentar en tiempo récord conocer una maravilla del sur nacional. Con chaleco salvavidas apretado (muy) en el lomo, la embarcación parte en una de sus tantas visitas diarias al avistamiento de la ballena franca. Turistas italianos para acompañar al puñado de argentinos, luego franceses y así de manera permanente en un turismo internacional que a veces sabe mucho más del país que sus propios habitantes.
“Tienen que ser conscientes de la suerte que tienen. Es un día hermoso y está repleto de ballenas, aquí casi siempre hay mucho viento y la gente termina vomitando”, explica en una rara mezcla de sueco y argentino el guíafotógrafo de la expedición. Y resulta una experiencia fantástica, imposible de explicar con palabras, videos y fotos. Hay que vivirlo. Delfines, lobos marinos y aves se suman al avistamiento antes de emprender el regreso. Es que hay un partido también.