Con un ojo en la pantalla y el otro en el camino. Así, la ex ministra de Seguridad y actual presidenta del PRO, Patricia Bullrich, participó de una videoconferencia de «despedida de año» con referentes de Juntos para el Cambio por la plataforma Zoom: con un celular desde el auto y mientras conducía.
El video –las teleconferencias pueden grabarse– se filtró y se multiplicó en las redes sociales exponiendo la contravención de una de las figuras del ala dura opositora.
El encuentro virtual tuvo por motivo el balance de fin de año, se tocaron temas políticos y quedaron expuestas, además de la conducta vial transgresora de Bullrich, las diferencias respecto de la postura ante la vacunación contra el covid-19. En especial, sobre la Sputnik V.
De la reunión, pero no al volante, participaron el ex presidente Mauricio Macri, Humberto Schiavoni y la conductora videoconferencista por el PRO. El senador Martín Lousteau y Luis Naidenoff lo hicieron por el radicalismo. Maximiliano Ferraro y Maricel Etchecoin estuvieron por la Coalición Cívica. También se lo vio al auditor general de la Nación, el peronista-cambiemista Miguel Ángel Pichetto.
Los usos políticos de la jeringa
El inicio de la vacunación contra el covid-19 en la Argentina con el desarrollo del Centro Gamalella de Moscú fue uno de los ejes de la reunión por Zoom. Es decir, qué postura opositora sostener frente al mayor despliegue sanitario de la historia moderna argentina. Y saltaron las chispas.
Bullrich, al volante, propuso endurecer la postura en contra de la «vacuna rusa». En cambio, el jefe de Gobierno porteño, quien también se unió al video, aunque desde su lugar de gestión, Horacio Rodríguez Larreta, pidió no atacar directamente al fármaco. Argumentó que sus asesores de salud están aconsejando la vacunación cuanto antes, sobre todo a las personas mayores de 60 años.
Rodríguez Larreta reclamó que Juntos por el Cambio «no se metiera» en cuestiones científicas ni sanitarias, pero concedió en que se puede insistir al gobierno nacional que dé información más precisa y confiable al respecto.
Bullrich volvió a la carga desde su representación del ala dura para sostener que el Ejecutivo nacional politizó el tema de la vacuna y que no dio respuesta a los pedidos de información cursados por los legisladores opositores.
La síntesis llegó, finalmente: cuestionar la falta de transparencia de la Casa Rosada en el proceso de vacunación e insistir en el Congreso con los pedidos de informes pero no cascotear la Sputnik V. El último punto, sin embargo, parece no haberse cumplido.