Por Julio Rodríguez (*)
Debutó el 4 de marzo de 1972, con un triunfo del Charrúa por 5-3 sobre J.J. Urquiza. En el elenco de barrio Tablada disputó 236 partidos, anotó 28 goles y lo expulsaron en 14 oportunidades, siendo el futbolista con más rojas en la historia del club. Consiguió los ascensos en la temporada 1973 de la C a la B y por intermedio del octogonal en el año 1982.
Como entrenador de Central Córdoba dirigió quince partidos, con cinco triunfos, cuatro empates y seis derrotas. Su primer partido fue el 28 de septiembre de 2009, en el 1-1 ante Tristán Suárez.
Recuerdo cuando fue director técnico. Él había asumido como mánager y al plantel profesional lo comandaba Oscar Santángelo. En un partido contra Sarmiento en Junín, yo estaba como secretario de prensa del club, habíamos viajado a ver el cotejo con un grupo de dirigentes, el Trinche y el “Tano” Forla (Juan Carlos, ayudante de campo y amigo personal).
El Charrúa perdió 2-0 y ahí le ofrecieron el cargo de entrenador a él como una especie de “interinato”, que después terminó siendo una campaña bastante buena, porque era un grupo de jugadores numerosos con muchas internas y sin embargo el Trinche y su grupo de trabajo lo pudieron sacar adelante con triunfos ante Chicago, Morón y Almagro. Al final del año el equipo no respondió y tras una votación en la comisión directiva, resolvieron que no siga como director técnico del primer equipo.
En aquel partido con el combinado de Rosario, el Trinche recuperó un espacio que antes tenía la ciudad, que era recibir la visita del seleccionado nacional. Central Córdoba siempre proveyó de jugadores a los elencos de la ciudad y él representó al Charrúa en ese cotejo porque eran cinco jugadores de Central y cinco de Newell’s.
Un dato de aquel partido es que también lo habían citado al “Indio” (Luis) Sullivan, compañero de Carlovich, pero se lesionó a último momento y no pudo estar ni en el banco.
Fue un partido con una clase magistral donde Rosario evidenció su superioridad sobre Argentina, como pasaba en las épocas del amateurismo.
Mi familia fue a verlo, pero no se le dio tanta trascendencia en ese momento. Después se creó el “mito” de los medios y los que no lo conocen a él tuvieron a ese cotejo como bisagra en la hermosa historia de lo que fue la figura del gran Tomás Felipe Carlovich.
(*) Periodista e historiador de Central Córdoba