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«Todas las decisiones que tomamos tienen consecuencias», amenazó el comisario, ahora preso por abuso

Este sábado se hizo la audiencia imputativa y el oficial de Policía Álvaro R. quedó en prisión preventiva por 90 días. Está imputado de haber intimidado con claros fines sexuales a una cadete en el Instituto de Seguridad Pública, donde estaba a cargo de una de las compañías femeninas

Un oficial de la Policía de Santa Fe, con grado de comisario y en funciones en Villa Constitución, quedó en prisión preventiva por abuso sexual. Según la acusación Álvaro R. cometió el ataque el 4 de marzo de 2021 en el Instituto de Seguridad Pública, donde la víctima era cadete. La audiencia imputativa tuvo lugar en el Centro de Justicia Penal de Rosario este sábado.

El fiscal José Luis Caterina, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos le atribuyó al acusado los delitos de Abuso sexual mediando abuso coactivo e intimidatorio de una relación de autoridad o poder, agravado por ser cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus funciones en calidad de autor y pidió una medida de prisión preventiva efectiva. La jueza de primera instancia Verónica Lamas González hizo lugar al pedido, y dispuso la detención por 90 días con posibilidad de prórroga.

El hecho atribuido a Álvaro R. se cometió en el interior del Isep, en Alem 2050. El comisario se desempeñaba allí como jefe de una de las compañías femeninas. Según la imputación, dentro de la oficina denominada “Detal” abusó sexualmente de su víctima, cadete del lugar, “mediando un abuso coactivo e intimidatorio de una relación de autoridad y de poder”.

“Los demás datos en relación a la mecánica de cómo ocurrieron los hechos y a la identidad de la víctima se mantienen en reserva para salvaguardar su integridad”, aclara la información difundida oficialmente sobre el caso.

De igual modo trascendió que el imputado había considerado que la compañía de cadetes no había realizado un ejercicio de formación en tiempo y forma, por lo que les ordenó a los gritos salir y hacer cuerpo a tierra, y arrastrarse por una distancia considerable, a modo de castigo. Además ordenó a cada una hacer un reporte individual explicando las causas de una supuesta demora. Y a su víctima le ordenó continuar cumpliendo una función fuera de horario.

El episodio de demora había ocurrido por una interpretación de jerarquías ante una orden. Pero el comisario, haciendo valer su superioridad, amedrentó a su víctima con acciones elocuentes, amenazándola con sanciones extremas como la expulsión. Pero todo se podía evitar con «pasar por el jefe, debajo del escritorio del jefe», según la ausación. Al no lograr su objetivo, espetó: “Todas las decisiones que tomamos tienen consecuencias”.

Ahora las está afrontando él mismo.

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