Ernesto Ávila
El precio de la carne vacuna sigue en ascenso y, para colmo de males, las declaraciones de la presidenta Cristina Fernández, quien fomentó el consumo de cerdo, hicieron disparar el valor de los productos porcinos como costeletitas, matambres y jamones. Según el proveedor de carnes para distintos comercios y restaurante locales Ángel Fava, un jamón de cerdo de veinte kilos pasó de 8 a 13 pesos (el kilo) y los precios de los cochinillos y lechones aumentaron un 30 por ciento. “Todo esto en dos días, luego de las recomendaciones de la presidenta”, dijo el distribuidor. Además, advirtió “el efecto arrastre” que tendrá hacia carnes alternativas como el pollo, el pescado y hasta conejos con posibles subas. La otra cara de la moneda es que con el alza de la carne vacuna, desde el mercado Rosgan, un emprendimiento conjunto de la Bolsa de Comercio de Rosario y Consignatarios de Hacienda de distintas provincias de Argentina, sostuvieron que la actividad ganadera volverá a ser una opción por su alta rentabilidad que “será mayor que la de la soja”.
“Después de las declaraciones de la presidenta se disparó el precio de cerdo en un porcentaje tan alto que muchos clientes no compraron”, contó el comerciante mayorista de carnes Fava, quien lamentó que desde el gobierno nacional no se haya tenido en cuenta que “el mercado está atento a cada cosa que se dice”.
“Fue un desliz o una humorada –la presidenta invitó a comer carne de cerdo y bromeó sobre sus supuestas propiedades afrodisíacas– que el mercado cazó al vuelo porque justamente el precio de la carne vacuna no ha parado de aumentar durante todo enero de 30 a 40 centavos por día, y es más: mañana (por hoy) ya tiene otro nuevo aumento en una tendencia que se va a sostener hasta mayo”, adelantó, preocupado, el distribuidor.
“El problema es que la libre oferta y demanda opera así; si la carne está por las nubes y la gente comienza a remplazarla por alternativas, estas también van a aumentar; desde el pescado, el pollo y hasta carnes menos populares como la del conejo. Lo más grave es el impacto que tiene en el bolsillo del consumidor, por lo que en el caso del cerdo no fue una buena idea, a mi humilde entender, que la presidenta salga a fomentar su consumo, con este marco de fondo”, opinó.
“Además, se tiene que hacer un profundo estudio si se quiere reemplazar la carne vacuna por otras carnes alternativas. En el caso del cerdo, se consumen unos 6 kilos per cápita contra 75 de la carne de vaca y no es muy usual que una familia consuma cerdo más de una vez por semana. Así, un aumento como el registrado en los últimos días que llegó hasta un 30 por ciento, produjo un retroceso en la demanda de carne porcina”, consideró.
El proveedor puso el acento, más allá de las declaraciones de la presidenta, en la estampida de la carne vacuna que, sostuvo, “aumentó desde enero de 2009 a la actualidad un 90 por ciento”.
“En algunas de las grandes cadenas de supermercados una bola de lomo que en diciembre costaba 10 pesos el kilo hoy está en 22”, amplió.
Fava resaltó como problema principal la falta de stock ganadero y coincidió con los análisis que pronostican un reverdecer de la actividad.
“Está claro que va a dejar ganancias: ¡si una vaca conserva que estaba a 37 centavos el kilo en diciembre ahora está en 4 pesos!”, exclamó.
“Además, las pasturas de la zona son únicas y dan la oportunidad de obtener una de las mejores carnes del mundo. Pero lo que más me preocupa es que, mientras tanto, comer carne se haga inaccesible para la gente”, sentenció el hombre.
Vuelven las vaquitas
Raúl Milano, director ejecutivo del mercado Rosgan, sostuvo que la actividad ganadera volverá a florecer y que será más rentable que sembrar soja. En cuanto a las declaraciones de la presidenta, las consideró “poco felices porque fueron una manera de querer tapar el descalabro de la política hacia el sector ganadero que durante los últimos cuatro años –en función de los bajos precios impuestos por las políticas oficiales más la terrible sequía– terminó con 8 millones de cabezas menos, con la desazón y descapitalización de los productores y la venta anticipada de vientres”.
Pero el ejecutivo del mercado ganadero de Rosario consideró que actualmente, “mirado desde el lugar del productor, hay un punto de inflexión porque a partir de ahora la ganadería será rentable y va a competir con la agricultura que se fue volcando a la soja”, expresó.
“La gente va a volver a poner animales en los campos porque hay un corrimiento de precios muy visibles que comenzó desde diciembre –ya hay un aumento de entre el 80 al 90 por ciento del precio del ganado con respecto a seis meses atrás–, por lo que va a ser más rentable que la soja”, auguró Milano.
“Cuando en un mercado, en una oferta y demanda, sobre 60 millones de cabezas desaparecen 8 millones, empieza el corrimiento de precios que comienza a darle dinamismo al sector”, explicó con entusiasmo.