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Todo el Código por la cabeza: el fiscal pidió 41 años para Monchi

También solicitó 24 años de cárcel para Guille y diez para el Viejo, sorpresivamente acusado como jefe de asociación ilícita.

Después de casi tres horas de espera todo hacía suponer que la primera audiencia del juicio oral contra la banda de Los Monos empezaba, pero no. Marchas y contramarchas: de eso se trató la primera mañana de este proceso. Las defensas hicieron planteos, planteos y más planteos “de previo y especial pronunciamiento”, lo que implicaba la resolución antes del debate propiamente dicho. Una recusación a dos miembros del tribunal y algunos pedidos de nulidad hicieron que los alegatos arrancaran recién a las 15.30. Finalmente la Fiscalía acusó e hizo un paseo por el Código Penal: alegó en la causa por asociación ilícita que involucra a la mayoría de los 25 acusados. Luego se centró en los cinco homicidios que se ventilarán en el juicio. El dato que resaltó fue la calificación achacada al Viejo Ariel Cantero, fundador del clan. La Fiscalía lo acusó como jefe de la asociación ilícita junto con su hijo homónimo, apodado Guille, y su hijo de crianza, Ramón “Monchi” Machuca. Este último enfrenta la acusación más gravosa: cuatro hechos de homicidio como instigador y la jefatura de asociación ilícita, entre otros delitos. Para él pidieron 41 años de prisión. Para su padre, la Fiscalía solicitó 10 años de cárcel y 24 para Guille Cantero.

“El objeto es determinar si formaron parte de una asociación ilícita. Si Guille y otros miembros de la banda asesinaron a (Diego) Demarre. Si Monchi ordenó el asesinato de Lourdes Cantero o el triple asesinato (las víctimas fueron Norma y Nahuel César y Marcelo Alomar) en Francia y Acevedo. En eso consiste este juicio, así de simple”, dijo el fiscal Gonzalo Fernández Bussy (uno de los cinco integrantes del equipo acusador) en el alegato de apertura.

En el caso por asociación ilícita están involucrados 22 de los 25 acusados, y explicó que la complejidad está en lo abundante de la prueba y la cantidad de imputados. El fiscal habló de la banda de Los Monos y el defensor Carlos Varela (uno de los cuatro abogados del clan Cantero) dijo que era una expresión peyorativa, por lo que el funcionario se cuidó de decir sólo “banda”. Habló de todos los integrantes y de los que ya están condenados (once de ellos firmaron juicios abreviados). Una vez más Varela lo cruzó. Le aclaró que no puede hablar de los abreviados que firmaron los otros coautores, a lo que el fiscal se escudó: “Hablo de sentencias firmes”.

“Hoy traemos a juicio a sus principales integrantes”, dijo y habló de roles de los jefes, los ejecutores, los testaferros y los proveedores de impunidad que “encubrieron y protegieron el crecimiento de la banda” y nombró a los policías acusados. “Esta asociación ilícita rentabilizó la violencia que consiste en provocar  y usufructuar un territorio liberado mediante la imposición del miedo y con una organización sistemática de la violencia”, dijo.

Los roles

“No todos apretaban el gatillo, no diseñaban el negocio de la violencia, no todos la ejercían o limpiaban los rastros. No todos manejaban y decidían en el negocio de la violencia, pero sí tenían sentido de pertenencia a la banda y el conocimiento de la actividad ilícita”, afirmó. En la jefatura del grupo nombró a Ariel Cantero padre, su hijo Guille y a Monchi Machuca. “El Viejo fue el primer jefe; cuando sus hijos alcanzaron edad suficiente, compartió con ellos ese poder adquirido que es el negocio familiar de la violencia”, analizó y de inmediato agregó que todos le rendían cuentas y pidió 10 años de cárcel para este ex convicto, pese a que durante la instrucción fue procesado sólo como partícipe de la asociación ilícita.

En cuanto a Monchi, el fiscal dijo que tenía capacidad para dar órdenes. Reunía y administraba la información. También “planeó la venganza” por la muerte de Walter “Caracú” Navarro; el ataque a la casa de Lourdes Cantero (fallecida en la balacera); averiguó la identidad de los sicarios que mataron a su hermano Claudio (alias Pájaro y ultimado el 26 de mayo de 2013) y terminó con el triple crimen de Francia y Acevedo. También le endilgó una marcha a las puertas de la comisaría 15ª cuando Ángel Avaca, uno de los policías imputados, no le atendió el teléfono tras la detención de un integrante del grupo. Igual le achacó la comunicación con varios uniformados que le pasaban información, entre ellos averiguar la dirección del entonces jefe de la División Judiciales, la repartición que llevó el peso de la pesquisa por la megacausa. Para Machuca la Fiscalía pidió 41 años de prisión.

A Guille lo describió como un hombre de armas tomar: impartía órdenes y participaba activamente de los planes criminales. Dijo que organizó y planeó el crimen de Diego Demarre y dos días después del crimen de su hermano Pájaro siguió armado a Luis Paz (padre de Martín, alias Fantasma, cuñado del Pájaro y cuyo asesinato en septiembre de 2012 dio origen a la megacausa Monos). Para la Fiscalía, también Guille coimeó a policías para lograr cambiar un detenido por sus laderos Leandro Vilches, Jorge Chamorro (ambos imputados en este juicio) y Ángel  Villa (firmó un juicio abreviado), quienes habían sido arrestados y eran el brazo armado del grupo. Para Guille el pedido de pena fue de 24 años. Para sus dos laderos Vilches y Chamorro, también acusados de participar secundariamente en el crimen de Demarre, la solicitud fiscal fue de 12 y 10 años respectivamente.

Para Fernández Bussy la banda rentabilizó la violencia y generó ganancias, lo que hizo necesaria la participación de testaferros que conocían el origen del dinero. En este grupo sumó a Silvana Gorosito (pareja de Monchi), Lorena Verdún (madre de los hijos del Pájaro) y Agustín Ruiz (cuyo hermano Mariano firmó un abreviado). Para ellos pidió 6 años de cárcel. Tenían bienes a su nombre que no se relacionan con sus ingresos, dijo. En cuanto a Francisco Lapiana, dijo que era “un socio económico-deportivo”. Ayudaba a licuar e invertir en jóvenes futbolistas. También pidió 6 años de prisión. Sobre Mariano Salomón, dijo que su rol era vender y comprar vehículos para que esas ganancias pasaran desapercibidas; brindaba información a la banda y está acusado de encubrir el crimen de los César y Alomar. Para él pidió 6 años y 6 meses de cárcel. En cuanto a Walter Jure, el fiscal dijo que era el nexo entre la Policía y el grupo, “una especie de doble agente”, describió y pidio seis años de cárcel para este ex convicto.

La pata policial

El grupo no podía funcionar si no tenía un aporte necesario que le garantizara la impunidad, “y qué mejor que este aporte fue de parte de miembros de las fuerzas de seguridad”, dijo el fiscal y además de penas pidió inhabilitación especial por distintos lapsos.

Los contactos de Monchi, según Fiscalía, en la Policía eran: Omar Lescano, a quien la Fiscalía le pidió 9 años y 6 meses de cárcel e inhabilitación especial perpetua, Ángel Avaca (9 años y multa de 12.500 pesos), Eduardo Enriquez (9 años), Roberto Otaduy (integrante de Prefectura Naval, a 6 años), Diego Cárdenas (6 años y 6 meses), Juan José Raffo (8 años y 6 meses), Juan Delmastro (6 años y medio). Éste tiene una condena por su participación secundaria en el crimen de Lourdes Cantero.

Cristian Floiger, ex jefe de la extinta Drogas Peligrosas, tenía comunicaciones con distintos integrantes del grupo (para él el pedido fue de 6 años de cárcel) mientras que el también comisario Sergio Blanche (con un pedido de 8 años y 6 meses) lo hacía con Mariano Ruiz, administrador de la banda. Otro comisario, Gustavo “Gula Gula” Pereyra, tiene pedido de 6 años prisión; era el jefe en Delitos Complejos del Ministerio de Seguridad de Juan “Chavo” Maciel, uno de los policías más vinculados con el grupo que aceptó un acuerdo abreviado.

En cuanto a Germán Herrera y Guillermo Cardini, jefe y subjefe de la División Sustracción de Automotores, son enjuiciados por un hecho puntual. El 13 mayo de 2013 se realizó una inspección en Juana Blanco al 6100, donde había varios autos del grupo. Ambos se reunieron con Guille Cantero para dar un resultado negativo al procedimiento a cambio de plata, reza la acusación. Para ambos la Fiscalía solicitó 3 años y 3 meses de cárcel. En cuanto al policía federal Waldemar Gómez, pidió 6 años y 6 meses de cárcel.

Los homicidios

“Está bien, dale a mansalva”. Monchi pronunció esas palabras y una chica de 14 años murió de un disparo en el pecho, según una escucha. ¨Lo traemos por pronunciar esas palabras”, dijo el fiscal. La casa de la adolescente, en Conscripto Bernardi al 6300, fue tiroteada; allí supuestamente funcionaba un búnker de otro bando. Una escucha telefónica tomó el diálogo y es la prueba para acusar a Machuca como instigador.

El crimen de Demarre fue descripto por el fiscal Luis Schiappa Pietra. “El 27 mayo 2013 a las 12.10, Guille mató a Demarre en diagonal a la casa de la víctima en Seguí y Maipú”, acusó. Aseguró que el auto que llevaba a Cantero era conducido por Edgardo “Gitano” Fernández – para este hombre la Fiscalía pidió 14 años–, mientras que Chamorro y Vilches fueron acusados de seguir a la víctima en Tribunales y avisar de su salida. Todo está filmado y escuchado en tiempo real, aseguró.

El arma usada en el crimen de Demarre se utilizó en el triple homicidio de Nahuel y Norma César y Marcelo Alomar al día siguiente, en Acevedo y Francia. Para la Fiscalía, Monchi empezó una búsqueda incansable para ubicar a los asesinos de su hermano y vengarse. Así le llegó el dato de Milton (César, hermano de Nahuel e hijo de Norma) y se produjo el ataque a la chata donde iba su familia.

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