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“Todo el tiempo hablo con Lole”

El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, pasó el viernes por Rosario para participar del congreso de Aapresid y dialogar con la prensa. Evitó definir quién es su referente en Santa Fe y sólo habló de “amigos”, pero dijo que escucha a Reutemann.

Sergio Massa aterrizó en Rosario. Vino y se fue en helicóptero, según sus colaboradores, sólo para participar del congreso de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) y completarlo con una ronda de reportajes con medios de prensa. Al mismo tiempo que Massa estaba en Rosario, en Santa Fe Carlos Reutemann explicaba que no lo acompañó para evitar profundizar divisiones en un justicialismo santafesino que no puede darse ese lujo ante las precandidaturas presidenciales de 2015. Por lo tanto, fuera de Massa y sus operadores, en el cuarto piso del hotel Savoy sólo estaban Felipe Solá, el presidente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, y el ex candidato italoargentino Franco Tirelli. La única interrupción de la entrevista fue la irrupción del consultor que en esta etapa trabaja para la campaña de Massa trayendo de la mano a Rubén Pitu Fernández, vicepresidente de Rosario Central, con quien Massa se enredó en una amigable conversación de fútbol y en particular sobre el delantero Carlos Chino Luna. El resto fue todo política.

—¿Cómo es el armado del Frente Renovador en Rosario y Santa Fe?

—Tenemos la vocación de construir sobre una identidad que respete algunos principios, como un Estado presente en la educación, la salud y la justicia; tiene que ser un facilitador para la economía, con capacidad de articular políticas públicas en la distribución del ingreso; que sea eficiente y de gestión y no un obstáculo para la gente. Después tenemos objetivos relativos al país que imaginamos, con la necesidad de tener centralidad en la educación, en lo institucional para construir confianza a futuro en base a división de poderes y federalismo. Hoy 76 de cada 100 pesos de los santafesinos se los lleva la Nación. Imposible pensar un proyecto de desarrollo local o regional sin federalismo tributario.

—¿Busca captar dirigentes de cualquier fuerza?

—Construimos con espacios diversos. Nos sucedió una cosa curiosa acá en Santa Fe con gente del Partido Demócrata Progresista que nos contactó para incorporarse. Además de lo que dije antes, hay una segunda línea a marcar: todos aquellos que tengan ganas de construir futuro y no discutir pasado tienen un lugar. En términos de liderazgos locales, Santa Fe nos da una posibilidad fabulosa, que es que la elección primaria y la boleta única permiten que sea la gente la que defina los liderazgos.

—Acá Jorge Boasso hizo saber de conversaciones con usted.

—Sí, tuvimos charlas referidas a seguridad. Nos visitó en Tigre para ver experiencias en cámaras, patrullaje y centros de monitoreo. Lo respeto a Boasso como dirigente. Creo que Boasso es un dirigente valioso con formación universitaria; las universidades públicas tienen un rol importante como centro de ideas y planificación estratégica (sic).

—¿No hay riesgo de que en lugares como Santa Fe el FR se transforme en un elemento de negociación y especulaciones? Por ejemplo, Boasso coquetea con el FR, hasta hace poco lo hacía con Macri y en el fondo está pulseando con su partido radical. Con dirigentes del justicialismo pasa algo similar.

—Nuestro esquema de construcción va a consolidarse y acelerarse a partir de enero. Especulaciones aparecen siempre. Hasta hace muy poquito muchos suponían que el FR era un espacio que había ganado su lugar en Buenos Aires y nada más. Pero el liderazgo de Pechi Quiroga en Neuquén y su incorporación, de Mario Das Neves en Chubut, de Federico Sciurano en Tierra del Fuego, dirigentes de La Pampa, o justicialistas y demócratas de Mendoza mostraron que había una identidad mucho más nacional que provincial.

—¿Siente que el FR está generando política? Da la sensación que el gobierno, mal o bien, ocupa un espacio tan amplio que todo lo que se discute es a partir de él.

—No estoy de acuerdo. La discusión del impuesto de las Ganancias fue más por otros sectores que del gobierno, que no lo quiere discutir porque no puede explicar por qué 550 mil familias tienen que pagar de aquí a fin de año 80 mil pesos. El Código Penal, que arrancó con mucho ahínco del gobierno y que reducía 146 penas, está frenado; el año pasado volteamos la vocación de reforma constitucional.

—¿Quién es Massa en Santa Fe? ¿Reutemann, Oscar “Cachi” Martínez, Buzzi…?

—¡Me nombró muchos amigos…!

—Dígame nombres.

—¿Quién es Massa en Santa Fe…? Va a ser aquél que tenga la capacidad de liderar el cambio, de entender que hay que poner en el pasado las peleas de la Argentina y empezar a construir el futuro. Massa en Santa Fe va a ser el que elija la gente y no el dedo un dirigente. De arriba hacia abajo sólo se hacen pozos.

—Acá está presente Eduardo Buzzi…

—Un amigo. Eduardo es un amigo… ojalá… (entre sonrisas)

—¡Entonces vinimos a hacer un reportaje a una reunión de amigos! Buzzi, por ejemplo, ¿va a ser candidato?

—Buzzi tiene hoy que representar a los productores pequeños y medianos. El día que termine aprovecharé y abusaré de la amistad para convencerlo de que me acompañe en la política.

—¿Cómo se puede conducir una fuerza tan heterogénea?

—Planteando reglas claras de antemano y con diálogo. Argentina necesita menos órdenes y más diálogo.

—Desde los sectores de oposición se escuchan tantas críticas al gobierno que pareciera que todos quieren empezar de cero.

—¡No! La Argentina no puede empezar de cero. Lo bueno hay que cuidarlo y lo malo cambiarlo.

—¿Ve políticas sólidas que haría perdurar?

—Sí, claro. La Asignación Universal es una. La política jubilatoria otra. Aerolíneas como línea de bandera; YPF como jugador central de la política hidrocarburífera.

—¿Se volvió kirchnerista?

— (Entre risas) No, no… Es un tema de no ser necios. Le reconozco cosas buenas a Binner, al gobierno nacional, a Macri…

—Hablemos un momento de Reuteman.

—¡El Lole, un amigo!

—Son todos amigos, es entendible, pero estamos buscando alguna definición política.

—El Lole es un amigo (vuelven las risas).

—Es un amigo difícil el Lole, ¿no?

—No, el Lole conmigo tuvo la generosidad de jugársela… Mire, todo el mundo dice “el Lole nunca puso el hombro por nadie, nunca se la jugó por nadie”. ¿La historia marca eso, me dice usted? Los invito a que cierren los ojos, piensen en la soledad en la que nosotros enfrentamos a todo el poder político de la Argentina y piensen quiénes fueron los únicos dos dirigentes que nos acompañaron: Roberto Lavagna y Carlos Reutemann. Eso lo valoramos mucho.

—Pero, ¿habla con Reutemann?

—Todo el tiempo. El martes estuve charlando con él un rato largo porque yo venía hoy al congreso de Aapresid y él conoce del sector agropecuario con un nivel de detalle fenomenal.

—Y a la hora del armado político en Santa Fe, ¿su opinión va a ser determinante?

—¿La de Lole o la mía?

—La del Lole.

—Está bien, pero no entendí la pregunta. Ehhh…

—Su opinión está claro que va a ser determinante.

—…(piensa) yo a la opinión del Lole le presto mucha atención.

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