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Todo es historia: goles rosarinos decisivos en la Copa América

De los 15 títulos obtenidos por la selección argentina en la Copa América, cuatro de ellos fueron gracias a goles señalados por futbolistas nacidos en Rosario en el partido definitorio de cada certamen

Leonardo Volpe, especial para El Ciudadano  

El Campeonato Sudamericano de Football tuvo su primera edición en 1916. En la citada ocasión se llevó a cabo un torneo para celebrar el centenario de la independencia argentina. En ese momento la organización estuvo a cargo de la Asociación Argentina de Football, que invitó a la Asociación Uruguaya de Football, a la Federación Sportiva Nacional de Chile (Santiago), junto a la Asociación Atlética y de Football de Chile (Valparaíso), que eran las dos asociaciones que regían los destinos del fútbol chileno, y a la Confederação Brasileira de Desportos.

De todas maneras el certamen fue considerado la primera edición del Campeonato Sudamericano de Football, aunque la Confederación Sudamericana de Football (luego de fútbol), se constituyó el 9 de julio, con la competición ya en marcha.

Al año siguiente en la segunda edición disputada en Montevideo se puso en juego por primera vez el trofeo, que fue denominado Copa América.

Además, es preciso indicar que el trofeo de plata pura fue diseñado y confeccionado por la Casa Escasany de Buenos Aires (ubicada en Perú y Rivadavia) y costó 3.000 francos suizos. Asimismo, el dinero fue donado especialmente para la C.S.F. por José Luis Murature, entonces Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina.

Cabe destacar que hasta la fecha la selección Argentina se consagró campeón en 15 oportunidades y en cuatro ocasiones el gol que le dio el título en el partido definitorio fue marcado por un futbolista nacido en Rosario.

Además, desde Julio Libonatti en 1921 hasta Ángel Di María y Lionel Messi cien años después, el aporte de futbolistas rosarinos en las consagraciones del elenco nacional en la Copa América ha sido enorme. Solo repasaremos aquellas ediciones en las que el gol que le otorgó el campeonato a la selección fue señalado por un rosarino.

 

Julio Libonatti, artífice principal del primer título de Argentina

En la primera conquista de Argentina en el Campeonato Sudamericano se destacaron tres jugadores nacidos en Rosario. El zaguero Florindo Bearzotti, que en ese entonces defendía los colores celestes de Belgrano (cuya cancha se situaba en el barrio homónimo, ubicado en la zona oeste rosarina), Gabino Sosa de Central Córdoba y Julio Libonatti de Newell’s.

Bearzotti jugó los tres partidos, en tanto Gabino solo disputó el encuentro en el cual Argentina venció a Brasil por 1 a 0, con un tanto señalado por Julio Libonatti, que también estuvo presente en todos los cotejos del seleccionado albiceleste en dicho certamen.

Por otro lado es preciso indicar que las alternativas del partido inaugural ante Brasil jugado el 2 de octubre fueron filmadas y la película del “match” (como se estilaba decir por aquellos tiempos) se proyectó días después en los cines de Buenos Aires y también de Rosario. En nuestra ciudad se estrenó el lunes 10 de octubre en el Social Theatre, ubicado en Rioja 960.

Tras vencer por la mínima diferencia a Brasil y luego golear a Paraguay por 3 a 0, el 30 de octubre el estadio de Sportivo Barracas se vio colmado de público, ansioso de presenciar el partido definitorio entre Argentina y Uruguay. Hinchas de todos los rincones del país se dieron cita esa tarde de domingo.

Al equipo albiceleste le alcanzaba con un empate para coronarse, mientras que los charrúas necesitaban un triunfo para igualar la primera colocación, ya que sumaban dos unidades, contra cuatro de los argentinos.

Desde el inicio el cotejo (que comenzó a las 15.20) fue duramente disputado por los dos clásicos rivales del fútbol rioplatense, que al finalizar el primer período no se sacaron ventajas.

El momento de mayor expectativa de la tarde se vivió a los 21’ del complemento, cuando Blas Saruppo sacó un remate fallido, que el arquero uruguayo Manuel Beloutas no pudo retener, quedándole la pelota servida en los pies a Julio Libonatti. El Potrillo sacó un potente disparo que tuvo destino de red, para delirio de las 40.000 almas presentes. Ese gol le significó la victoria a la selección Argentina, que se coronó campeón por primera vez del Sudamericano en su quinta edición. Al terminar el encuentro una multitud invadió el campo de juego para celebrar junto a los jugadores la tan ansiada conquista.

Cabe destacar que además de Julio Libonatti, quien fue llevado en andas desde el estadio hasta la Plaza de Mayo, fueron notables figuras del conjunto nacional los defensores Florindo Bearzotti y Adolfo Celli (santafesino que jugaba en Newell’s), que según los medios gráficos de la época se constituyeron en pilares de un equipo que no recibió goles en contra de su valla en los tres partidos que jugó.

Al regresar a la estación Rosario Norte (conocida popularmente en aquél entonces como Sunchales), Julio Libonatti, Gabino Sosa, Adolfo Celli, Blas Saruppo (futbolista santafesino de Newell’s) y Florindo Bearzotti, los cinco jugadores que representaron en gran forma al fútbol rosarino fueron agasajados por hinchas y dirigentes de la Liga Rosarina de Football. Además, los directivos de la Liga junto a las autoridades del semanario Reflejos organizaron una cena, donde hubo premios para los campeones sudamericanos.

Por su parte, el Centro de Cronistas Deportivos Rosarinos organizó una función en homenaje a los campeones sudamericanos, que se llevó a cabo en el teatro La Comedia, sito en Mitre 958. Allí el lunes 7 de noviembre ante una numerosa concurrencia la compañía teatral de José Gómez ofreció un poema titulado El puñal de los troveros, interpretado por Belisario Roldán. Además, cantó la niña Amparito Soria, acompañada en el piano por el maestro Casanovas. Los jugadores se encontraron en el palco, desde donde presenciaron la obra.

Julio Libonatti definió con su gol a favor de Argentina el Campeonato Sudamericano de 1921. El primero que conquistó la selección albiceleste.
Capote, el héroe del 37 
Vicente de la Mata junto a Antonio Sastre.

En el decimocuarto Campeonato Sudamericano de Football, que fue jugado en Argentina intervinieron seis selecciones. Se dieron cita, además del anfitrión, Brasil, Uruguay, Perú, Chile y Paraguay. Se efectuó del 27 de diciembre de 1936 al 2 de febrero de 1937.

El 30 de diciembre de 1936 Argentina venció en su primera presentación en el estadio El Gasómetro, perteneciente a San Lorenzo (ubicado en Avenida La Plata, entre las calles Inclán y Las Casas, en el barrio porteño de Almagro) a Chile por 2 a 1. Luego obtuvo dos victorias consecutivas. Una notable goleada sobre Paraguay por 6 a 1 y un triunfo ajustado ante Perú por 1 a 0.

Más tarde sorpresivamente el cuadro argentino cayó 3 a 2 contra Uruguay, que ya no tenía posibilidades de lograr el título (había sido derrotado también para sorpresa de muchos por Paraguay y Perú).

Posteriormente el 30 de enero en la última jornada en un estadio colmado (el escenario fue una vez más la cancha de San Lorenzo) el seleccionado albiceleste se impuso ante Brasil por 1 a 0 con un tanto marcado por El Chueco Enrique García. El santafesino, futbolista de Racing Club, había tenido un pasado canalla, camiseta que defendió desde 1932 hasta 1935.

Con ese resultado, argentinos y brasileños igualaron en la primera posición de la tabla con ocho puntos cada uno. Por tal motivo, fue necesaria la disputa de un partido de desempate para definir el título.

La noche del 1° de febrero de 1937 Argentina y Brasil volvieron a enfrentarse en El Gasómetro, que se abarrotó de público para presenciar la gran final. En un electrizante encuentro, jugado con mucha rudeza no se sacaron ventajas en los 90 minutos. Fue 0 a 0 y la emoción se estiró hasta la prórroga. Por tal razón, tuvieron que jugarse dos tiempos de 15 minutos para definir el ganador.

Cabe destacar que el partido estuvo detenido porque a los 36′ una descomunal patada del brasileño Domingos Spitaletti (conocido con el apodo de Carnera) derribó a Francisco Varallo. Tras la acción, los jugadores de ambos conjuntos se trenzaron a golpes de puño. Se armó una de esas tremendas bataolas, que años después en la década del 60 y 70 del siglo XX serían moneda corriente en los partidos por Copa Libertadores (creada en 1960).

Pero volvamos al año 37. Tan grande fue la pelea entre los protagonistas, que hasta la policía ingresó al césped para intentar calmar los caldeados ánimos. Incluso algunos hinchas invadieron la cancha y se colaron en la batalla campal. Los futbolistas visitantes salieron corriendo hasta el túnel de acceso al campo de juego para salvaguardarse de los particulares que entraron al campo de juego para agredirlos.

Luego de 40 minutos de violencia e incertidumbre la contienda prosiguió. Pero el ambiente era muy tenso. Hacía falta solamente prender un fósforo para encender la mecha. Y ello sucedió. Solo dos minutos después de haberse reanudado el partido, otra descalificante falta desató la locura total. Brandão le entró durísimo al argentino Alberto Zozaya (delantero de Estudiantes de La Plata) y la nueva gresca no se hizo esperar. Otra vez a las piñas. Después de un largo tiempo intentando calmar a los jugadores, el árbitro uruguayo Luis Mirabal dio por terminado a falta de seis minutos por jugar un accidentado primer período.

En el complemento persistió la paridad y el encuentro terminó sin goles. Había que seguir jugando media hora más. Antes de comenzar el primer suplementario, el entrenador Manuel Seoane hizo ingresar a un joven rosarino llamado Vicente de la Mata. Entró por el experimentado Francisco Varallo, quien se encontraba lesionado por los golpes recibidos durante el cotejo. El futbolista de Central Córdoba iba a ser fundamental en la definición del partido.

De la Mata debutó con la selección nacional el 16 de enero en el partido ante Perú. Justo un día después de su cumpleaños número 18. Esa noche entró en el segundo tiempo por Roberto Cherro. Pero lo más anecdótico fue que en ese partido nació su particular apodo. Ni bien ingresó, Antonio Sastre le dijo: “Pibe, vos juntate conmigo que entre los dos vamos a hacer capote”. Y le quedó el mencionado mote, aunque en Rosario lo siguieron llamando cariñosamente Gallego. Un día después se firmó el contrato que lo vinculó con Independiente, donde sería compañero de Sastre y escribiría una de las páginas más gloriosas del Rojo de Avellaneda. Logró espectaculares conquistas en 1938 y 1939 (campeonato, Copa Ibarguren y Copa Aldao). En Central Córdoba venía de consagrarse campeón del Torneo Gobernador Molinas de 1936, con Gabino Sosa como compañero.

Luego Vicente de la Mata jugó frente a Uruguay, pero su actuación no fue convincente y fue reemplazado por Zozaya. Pero tendría su revancha.

Retornando a la definición del Sudamericano del 37. Transcurrieron los primeros 15 minutos de la prórroga y el resultado entre Argentina y Brasil seguía 0 a 0. La tensión aumentaba en la ya madrugada porteña. El partido había estado tanto tiempo detenido que el reloj marcaba la 1 de la madrugada del 2 de febrero.

A los cuatro minutos de iniciado el segundo suplementario Peucelle le cedió la pelota al Chueco García. Éste en velocidad superó a Britto y Barbosa. Lanzó un centro por elevación para Bernabé Ferreyra, que fue anticipado por el arquero Jurandyr. La pelota le quedó a Vicente de la Mata, que la mandó al fondo de la red. Por fin se rompió la paridad. El grito de gol estremeció El Gasómetro. Cuatro minutos después, llegó el segundo gol argentino para sellar el triunfo. Nuevamente Carlos Peucelle envió un centro, Capote interceptó el balón y sacó un remate que dejó sin posibilidades a Jurandyr. Se definió así la contienda por 2 a 0 a favor de Argentina, que gracias a un rosarino de 18 años alcanzó la gloria.

La policía tuvo que escoltar a los jugadores de Brasil durante la trifulca que se armó en la final del Campeonato Sudamericano en 1937. Foto A.G.N.

 

Rinaldo Martino y el gol de América
Rinaldo Martino definió con categoría por sobre el arquero uruguayo Roque Máspoli para culminar una formidable jugada que fue bautizada como “el gol de América”.

El Campeonato Sudamericano de 1945 se disputó en la ciudad de Santiago de Chile. Participaron siete selecciones, que jugaron con el sistema de liga a una sola rueda. Allí la figura fue el rosarino Rinaldo Martino, jugador de San Lorenzo. Es preciso señalar que había debutado en 1938 en el club Belgrano de Rosario, que en ese entonces tenía la cancha en Italia y Rueda (se había mudado de la zona oeste). Un cazatalentos lo vio jugar y se lo llevó a Buenos Aires. Mamucho (apodo que le pusieron sus compañeros por un furcio que cometió en un reportaje radial) fue considerado por muchos como el mejor futbolista del mundo en los años 40. Así lo manifestó el conocido arquero uruguayo Roque Máspoli, a quien le marcó el gol de antología que definió a favor de Argentina el Campeonato Sudamericano del 45.

En su primera presentación Argentina goleó 4 a 0 a Bolivia. Esa tarde el rosarino Martino marcó dos tantos. También señalaron René Pontoni (jugador santafesino de Newell’s) y Vicente de la Mata. Luego venció con autoridad a Ecuador por 4 a 2. En un partido en el cuál Mamucho aportó un gol. Mientras que Pontoni y Capote De la Mata también se hicieron presentes en el marcador con una conquista cada uno. En la tercera jornada la selección albiceleste le propinó una paliza histórica a Colombia, al doblegarlo por 9 a 1. Uno de los goles lo anotó Rinaldo Martino (Pontoni hizo dos). Más tarde igualó 1 a 1 con Chile y le ganó 3 a 1 a Brasil. Esa victoria fue clave, ya que lo posicionó con nueve unidades, tres más que su escolta Brasil (en esa época el ganador obtenía dos puntos). A los brasileños les restaban disputar dos encuentros. Mientras que a la selección Argentina le quedaba solo un partido por jugar. Si lo ganaba se aseguraba el título.

En la última fecha el rival fue el siempre complicado Uruguay. Solo servía ganar, porque el empate no aseguraba nada, ya que si Brasil ganaba sus dos partidos tenía que jugar un desempate con Argentina.

El primer tiempo fue de trámite muy parejo y concluyó sin que se sacaran ventajas. Seguía el nerviosismo.

A los 15 minutos del complemento Ángel Perucca habilitó a Rinaldo Martino. Los uruguayos Raúl Sarro y Obdulio Varela le salieron al cruce, pero el rosarino los eludió hábilmente. Después dejó en el camino a Agustín Prado y luego a Eusebio Tejera. Tras gambetearlos definió desde un ángulo complicado por sobre el arquero Máspoli. A quien dejó sin posibilidades con un remate alto que besó la red. Con ese espectacular tanto Argentina ganó por 1 a 0 y se coronó campeón.

Mamucho Martino decidió así la historia a favor de Argentina con una verdadera obra de arte. Quizás el mejor gol hasta ese momento. Tan exquisita fue la maniobra que quedó bautizada como “el gol de América”.

Los hinchas presentes en el Estadio Nacional de Chile lo llevaron en andas por la magnífica jugada que definió el partido. Al llegar al país los jugadores fueron recibidos como héroes, en especial Martino, que nuevamente fue llevado en andas por una inmensa multitud de argentinos en la estación de trenes de Retiro.

También formaron parte del elenco argentino, el rosarino Alfredo Fógel, jugador de Rosario Central, los santafesinos René Pontoni y Roberto Yebra, que en ese momento eran futbolistas de Newell’s y Rosario Central respectivamente. Asimismo, el arquero nacional en casi todos los encuentros fue Héctor Ricardo (solamente no estuvo presente en el debut frente a Bolivia, donde atajó Fernando Bello). El guardameta de Rosario Central había nacido en Godoy, ubicado a 60 kilómetros de Rosario. Defendió la valla albiceleste tal como lo había hecho el rosarino Octavio Díaz (también de Rosario Central), que en 1927 custodió el arco argentino en la consagración en el Campeonato Sudamericano disputado en Lima.

Por su parte, también fue parte del combinado argentino Ángel Perucca, mediocampista rojinegro nacido en Capital Federal, pero formado futbolísticamente en Rosario. En el Sudamericano de 1945 Perucca tuvo una destacadísima actuación, tan es así que la prensa chilena lo bautizó con el particular apodo de El Portón de América, ya que se tornó impasable para sus oponentes. Jugaba en la mitad de la cancha, en la posición defensiva de centro half.

René Pontoni y Rinaldo Fioramonte Marino con la camiseta de la selección Argentina. Mamucho fue figura del Sudamericano del 45, que se definió con su “gol de América”.

 

Maracanazo de Ángel Di María
El festejo de Ángel Di María en el tanto del triunfo ante Brasil en el Maracaná.

La pasada edición del máximo torneo continental de selecciones es bastante reciente. Solo hay que remontarse tres años y está bien presente en la memoria de los argentinos. Hacía 28 años que no se lograba un título oficial, por ello fue muy especial.

En la primera ronda Argentina ganó tres de sus cuatro encuentros y se ubicó en la cima del Grupo A. El certamen estuvo compuesto por dos grupos de cinco selecciones. Ello debido a que después de treinta años la Copa América fue disputada solo por los diez miembros de la Conmebol y no contó con selecciones invitadas (Australia y Qatar desistieron de participar por el Covid-19). Luego la selección dejó atrás con autoridad a Ecuador por 3 a 0 en cuartos de final y en semifinales eliminó a Colombia en los penales, con show del Dibu Martínez incluido.

En la final lo esperaba el local Brasil. El cotejo se disputó el 10 de julio en el estadio Maracaná. Allí Ángel Di María marcó el único tanto con el que se decidió el encuentro a los 22 minutos del primer tiempo. La jugada comenzó con una habilitación de Rodrigo de Paul, que encontró a Di María frente al arco tras un desacierto defensivo de Renan Lodi. Fideo superó a Ederson con un remate que picó sobre el arquero brasileño para delirio de un país entero.

En la segunda mitad, Brasil buscó el empate sin éxito y los minutos finales estuvieron cargados de emoción, con destacadas intervenciones como la de Emiliano Martínez ante Gabriel Barbosa a los 86′ y una oportunidad para Lionel Messi al final del partido, tras un pase de Rodrigo de Paul, que Ederson pudo detener a dos minutos del cierre.

Finalmente Argentina se consagró campeón de la Copa América 2021 para algarabía de un puñado de argentinos presentes en Río de Janeiro. Todavía estaba la restricción de público por la pandemia de Covid-19. Por ello solo habilitaron un pequeño sector del estadio. Esta victoria significó el primer título internacional para los rosarinos Lionel Messi y Ángel Di María con la selección absoluta Argentina. Después al año siguiente vendrían las consagraciones en la Finalísima ante Italia y la alegría máxima en el Mundial de Qatar. Logros conseguidos también de la mano del técnico Lionel Scaloni.

Ángel Di María la picó por sobre Ederson y anotó el gol de la victoria Argentina en la Copa América 2021.
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