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Todo por los perros, un amor que supera cualquier prueba

Livia Montenegro está al frente una protectora de San Lorenzo que se encarga de cuidar a unos 240 animales.

Sólo se trata de amor a los animales, de una fuerza de voluntad inquebrantable, de ganas de ayudar, de no poder ni querer verlos sufrir. Un grupo de proteccionistas decidió hacerse cargo de un refugio de la ciudad de San Lorenzo para darles asilo a perros que son víctimas de abandono, maltrato, indiferencia y crueldad del ser humano. Livia Montenegro es una de las seis integrantes del refugio y su labor es encargarse de cuidar a los 240 perros que viven allí y encontrarles un hogar definitivo. El grupo decidió no dar a conocer la dirección exacta del lugar para evitar que la gente vaya y deje animales o los tiren allí. “Nuestro objetivo es que el refugio desaparezca y dar a todos los perros en adopción. Que el refugio cierre sus puertas para siempre”, contó Livia.

El refugio no tiene nombre. Nació hace más de 20 años cuando estaba la perrera y los proteccionistas decidieron impedir que siguieran matando animales. “La persona que estaba a cargo en ese momento del refugio desapareció, además de que no los castraba, no los curaba, era un centro de hacinamiento porque los perros se seguían reproduciendo. En 2007, junto con Romina Petruzzi, Mariela Silvani, Analía Iannucci, Lucina Tsu y Horacio Álvarez decidimos hacernos cargo del lugar e hicimos un convenio con el municipio: ellos se hacían cargo de la comida y nosotros de las adopciones”, explicó la mujer.

Livia advirtió que los refugios matan por acción u omisión, independientemente de que los voluntarios siempre estén al pie del cañón en todos los aspectos. Y agregó, que los animales mueren de tristeza, de peleas entre ellos, o de enfermedades que no se llegan ni a detectar ni a curar.

“En 2011 había 450 perros. Logramos dar en adopción a más de 100. Hoy tenemos 240 perros. Las condiciones del refugio no son las óptimas, hay moquillo, parvovirus, parasitosis: el virus se instala en la tierra, en los cerámicos y no hay ningún producto de limpieza que los mate”, indicó la mujer.

El cuidado

Si llueve, si hay truenos, si caen piedras o si hace un calor agobiante, todos los sábados son religiosos para los proteccionistas y se instalan en el refugio: no sólo a darles cariño a los animales sino también a limpiar, arreglar el alambrado que lo cerca, darles de comer, revisarlos, diagnosticarlos y el tema de la higiene también cumple un rol importante.

“Los días de semana se encargan dos mujeres grandes que viven allí y les dan de comer a todos los animales. Los sábados que vamos nosotros, curamos a los animales y los fichamos para llevarlos al veterinario. Los perros de refugios no viven mucho, tienen un promedio de vida de seis, siete años, aproximadamente, son animales que sufrieron muchísimo”, describió la mujer.

En todos estos años, Livia detalló que hubo grandes avances, entre ellos lograron cerrar el predio con un alambrado y así poder contener a todos los animales, terminaron la sala de primeros auxilios con camilla incluida, rellenaron los pisos de los caniles y terminaron las estanterías para guardar los medicamentos necesarios para los 240 peludos de cuatro patas.

“Estamos castrando más de 10 perros por día, presionando, pero se hace”, confesó la mujer.

Otra de las buenas de este año para el refugio es que la gente se anima más a adoptar a perros adultos: generalmente, los que quieren un cachorro lo justifican diciendo que así se acostumbrará a ellos desde pequeño y lo podrán educar a su gusto. Es un error, un adulto se acostumbra en cuestión de pocos días y los cachorros y adolescentes (sí, ellos también pasan por ahí) peludos son un reto importante de tiempo y conocimientos.

La tarea comienza con el rescate, continúa con la recuperación y finaliza con la adopción. Como siempre, el objetivo principal es lograr crear conciencia sobre la importancia de la esterilización y el no abandono de las mascotas.

Pero la realidad es que ni los refugios ni las entidades de ayuda pueden rescatar a todos los perros abandonados.

La sensibilidad excede los recursos posibles y esto genera mucha presión a quienes trabajan en la causa. Sucede que la problemática de la fauna de la calle es gigantesca e histórica, y sólo el Estado podría generar un cambio sustancial.

“No podemos pretender que los proteccionistas se hagan cargo. Es una confusión que está instalada. El Estado tiene que hacerse responsable creando políticas públicas para resolver este problema”, afirmó la proteccionista.

Y concluyó: “Nunca voy a entender el abandono, ni de raza ni de mestizos. Hay muchas alternativas y la principal es castrar antes de abandonar. Nosotros vamos al refugio, alimentamos a los animales, los curamos, ellos nos esperan todos los sábados, pero cuando volvemos nos sentimos vacíos porque se quedan solos. Nuestro objetivo es que el refugio cierre sus puertas para siempre”.

La historia de Adelita, Coco y Lola

Estos tres peludos sufrieron y mucho. Adelita es la que tiene la lengua hacia fuera. Vivía en el refugio de San Lorenzo, estaba sin castrar y Livia decidió llevarla a la casa hasta que se recuperara de una operación. Adelita es una perrita mayor y no tiene dientes.

Coco es el que está sentado al lado de Adelita y le encanta posar para las fotos. A Coco lo dejaron tirado y enganchado de un alambre en el refugio. Le descubrieron que tenía un tumor muy grande en sus órganos genitales. Se salvó y ahora es otro de los rescatados que vive con Livia.

Lola estaba en la colectora de la autopista, andaba a los tumbos y tenía un tumor que lo arrastraba del gran tamaño que tenía. La rescató el hijo de Livia y la llevó a su casa. Lola estaba ciega desde que la rescataron. Ahora se guía por su instinto pero tiene un hogar, que es también el de Adelita y el de Coco: la casa de Livia.

Los desfiles y la “Caninata”

Además de la labor que realizan en el refugio hay voluntarios que ayudan desde otros lugares. Una vez por año organizan un desfile de perros en el Club Centro El Progreso, de San Martín al 1400, y con lo que se recauda del valor de las entradas y lo que se vende en el desfile, el destino de lo recaudado va para el refugio.

Otra de las actividades que realizan anualmente es la “Caninata” en el Campo de la Gloria: se le cobra una entrada a los participantes y se da una vuelta en el parque histórico de la ciudad.

Este año para el Día del Amigo se vendieron frascos de mermeladas –que están de moda– pintadas con frases y tuvo gran aceptación.

Este año los volvieron a convocar para participar de la Feria del Libro que se realizará el 8, 9, 10 y 11 de septiembre en el Centro Cultural Brigadier Estanislao López. Los que deseen colaborar pueden donar libros de lectura, los proteccionistas los clasifican para luego venderlos en la feria.

Este grupo de proteccionista de San Lorenzo, también se encarga de brindar charlas educativas en las escuelas e informar sobre tenencia responsable y castración y de esa manera, también les brindan herramientas a los vecinos.

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