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¡Todos pesos pesados! Los forwards de Tonga que jugaron con Sudáfrica sumaron casi una tonelada

Los ocho delanteros del seleccionado de las islas del Pacífico totalizaron 970 kilos, superando por 104 a sus colegas de los Springboks. El capitán tongano, Ben Tameifuna, fue el que más acusó en la báscula con 151 kilos y el de menor pesaje fue el tercera línea Sione Talitui con 108

Es costumbre de una transmisión de un partido de rugby que en antes que se dispute el primer scrum del encuentro, aparezca la información del peso de los ocho forwards de cada equipo. Lo que llamó la atención en el duelo entre Sudáfrica y Tonga, fue el kilaje total de los delanteros isleños. Entre los ocho jugadores casi llegan a una tonelada, sumaron 970 kilos, cien más que los sudafricanos, que tienen forwards de un tamaño físico importante.

Ben Tameifuna, de Tonga.

En el rugby amateur argentino un pack de forward promedia unos 830 kilos entre los ocho jugadores que componen el grupo de ocho delanteros. En el rugby internacional, debido al entrenamiento y la alimentación que reciben los jugadores ese número aumenta y se puede llegar al número que presentaron los Springboks con 864 kilos, con un promedio de 108 kilos.

El pack de forwards de Tonga tuvo la siguiente composición: Siegfried Fisi’ihoi (125 kilos), Paula Ngauamo (122 kilos), Ben Tameifuna (151 kilos), Halaleva Fifita (116 kilos), Sam Lousi (121 kilos), Tanginoa Halaifonua (115 kilos), Sione Talitui (108 kilos) y Semisi Paea (112 kilos).

Y los delanteros suplentes, no se quedaron atrás de los titulares y también sumaron sus kilos: Sam Moli (114 kilos), Tau Koloamatangi (115 kilos), Sosefo Apikotoa (120 kilos), Adam Coleman (122 kilos) y Sione Vailanu (119 kilos).

Los delanteros titulares del seleccionado isleño acusaron en la báscula: 970 kilos en total, con un promedio de 121, 25 kilos.

Entre pack y pack, hubo una diferencia de 106 kilos. Que en el scrum, gracias a la técnica y trabajo de los Springboks, no se notó.

Ante la presencia de los forwards de Tonga, en cualquier barrio argentino, dirían y sin titubear: “Les regalamos ropa, antes de invitarlos a comer”. Un asado con estos muchachos es todo un presupuesto.

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