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Tokio se revolucionó con Gales-Australia, el duelo de titanes

Los europeos se llevaron el triunfo sobre los oceánicos por 29 a 25 por la tercera fecha del Mundial de Japón. El Dragón se encamina para ser primero en el grupo B y chocar en cuartos ante Francia o Argentina. Afuera y adentro del estadio fue una fiesta que promete terminar tarde

Después de una jornada eterna en Osaka en la cobertura de Pumas ante Tonga llegó otro desafío con mucho de placer: poder cubrir un gran partido como lo es Australia ante Gales por la tercera fecha del Mundial de Japón. Un duelo de titanes, dos candidatos al título, pero sin la presión de la cobertura del seleccionado nacional. Disfrutar de test match de estas características para un periodista ovalado es la recompensa de viajar tan lejos.

La jornada empezó muy temprano, con pocas horas de descanso. El domingo por la mañana hubo que apostar a varias combinaciones de subte en Osaka llegar hasta la estación desde donde parte el tren de alta velocidad, la única alternativa para llegar a tiempo para cubrir el choque entre australianos y galeses.

Dos horas y media, a más de 300 kilómetros por hora, Tokio recibe a los turistas con un clima ideal. Luego del check in, sólo hay tiempo para armar la mochila y de nuevo subirse al subte para llegar al Tokio Stadium por tercera vez en esta travesía por Japón.

La Keio Line, tren que conecta el centro de Tokio, desde la estación de Shinjuku era un hormiguero, infinidad de camisetas amarillas y rojas, sumado a los nipones que también tenían ticket para ver uno de los partidos más esperados en la fase de grupos.

Las calles para llegar al estadio estaban abarrotadas de hinchas, de mínima vistiendo la camiseta de su seleccionado, después los fanáticos se lookearon con todo lo que tenían a mano. Tanto a los europeos como a los aussies les encanta disfrazarse, es que una Copa del Mundo invita a esas cosas.

Todos mezclados y consumiendo bebidas alcohólicas, la policía sólo ordenando el tránsito para que los hinchas lleguen con comodidad al estadio. Pero sin problemas ni incidentes, ni siquiera cuando en el subte todos viajaban apretados se vivió una mala situación.

Fue un gran partido, con Gales dominando en el primer tiempo, aprovechando los errores australianos y siendo efectivo cada vez que visitó terreno rival.

Australia tuvo su momento en el complemento, el ingreso de Matt Toomua le cambió la cara al equipo dirigido por Michael Cheika. Los oceánicos tuvieron iniciativa y tomaron mejores decisiones, siempre corrieron de atrás, se pusieron a un punto pero un penal del colorado Rhys Patchell puso ventaja de cuatro puntos para el Dragón (29-25) con nueve minutos por jugar.

El desenlace del partido fue atrapante, los australianos yendo a buscar el triunfo y los galeses apelando al bilardismo, jugaron varias scrums para hacer correr el tiempo, tienen un entrenador como Warren Gatland que es muy vivo y su capitán el histórico Alun Wyn Jones con toda su experiencia, que hizo pesar en los momentos finales para ordenar y guiar a su equipo.

La última del partido era para Australia, pero esta vez la bestia de Samu Kerevi no pudo romper la defensa, perdió la pelota y ese fue el fin, Gales tomó el control, jugó varias fases y sentenció el pleito a su favor, con lo cual tendría el primer puesto asegurado y en cuartos de final en teoría podría chocar con Argentina o Francia, siempre teniendo en cuenta que Inglaterra va a terminar primero porque es el favorito a llevarse el grupo.

Las 47.885 personas que asistieron al Tokio Stadium disfrutaron de un gran partido de rugby de alto nivel, dos que tienen grandes aspiraciones en esta Copa del Mundo de Japón. El tiempo dirá quién llegará más lejos.

En cuanto a los hinchas, los galeses irán a festejar y los australianos a ahogar penas, es muy probable que hoy en el barrio de Ajinamoto (Tokio Stadium) y Shinjuku los bares se llenen y sus reservas de cerveza se agoten.

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