Tom Cruise, que fue a Cannes para la premiere y el lanzamiento mundial de Top Gun: Maverick, secuela del film que lo eyectó al estrellato 36 años atrás, se convirtió este miércoles en el centro de atracción del Festival Internacional de Cine de Cannes, que de ese modo ingresó en su segunda jornada. La producción se conocerá el miércoles 25 en las salas de la ciudad, a modo de preestreno, con variados horarios y también en sus versiones 3D y 4D.
Gritos, aplausos, selfies a repetición y un declarado amor hacia la mega estrella de Hollywood que en todo momento se mostró amable y sonriente, zanjaron su paso, primero por la sesión de fotos, luego en la masterclass que se desarrolló ante 1300 personas en la sala Debussy y más tarde en la alfombra roja, paso obligado para la premiere mundial de la película en el Gran Teatro Lumiere.
El actor de producciones como la saga de Misión Imposible, La Guerra de los Mundos, Magnolia, Jerry Maguire, Ojos bien cerrados y Man Rain, entre más de cuarenta películas, y superestrella del cielo de Hollywood llegó este miércoles a esa villa de la Riviera Francesa en helicóptero y se transformó de inmediato en el más requerido y ovacionado.
Si algo faltaba para destacar la presencia de Cruise en Cannes y el lanzamiento mundial del film que se conocerá la semana próxima, un inmenso casco de piloto de aviación de más de cinco metros de diámetro y en cuyo visor se proyectan imágenes de la película es una de las principales instalaciones publicitarias en el boulevard de la Croisette de Cannes, que tiene muchas y de todos los colores, desde películas en competencia o fuera de ella, fotos de modelos auspiciando casas de ropa o perfumes y las grandes marcas que auspician la muestra como BMW, Chopard, France TV, L’Oreal de París, Mastercard y TikTok, entre otras.
Eva Longoria, Jon Hamm, Jennifer Connelly, Miles Teller junto a distintas figuras del cine francés e invitados al festival poblaron la alfombra roja, que finalizó con el vuelo casi rasante de aviones de la fuerza aérea francesa que pintaron en el cielo los colores de la bandera nacional: blanco, rojo y azul cuando Cruise y su elenco se disponían a ingresar al Gran Teatro Lumiere para la proyección del film.
Antes de esta ceremonia y en su primera aparición pública en Cannes, Cruise, vestido con pantalones, pulóver y zapatos negros, se prestó a un distendido diálogo con presencia de público, donde aseguró que «jamás» pasó por su cabeza a posibilidad de «estrenar Maverick en plataformas» a pesar de las limitaciones y los nuevos hábitos que trajo aparejada la pandemia.
«Eso nunca sucederá», dijo un Cruise sonriente que en todo momento se mostró como un férreo defensor de la experiencia de ver cine en las salas.
«El cine es para ver en salas y yo hago películas para la pantalla grande, me gusta esa experiencia de la sala donde, como en este festival, se juntan en la platea personas de distintas culturas, lenguas y países para una asistir a una ceremonia única», aseguró.
«Además, mi pasión es el cine y entiendo que se filma, se comunica y se narra distinto si se trata de un producto para la televisión o para el cine», remarcó el actor ingresando a una polémica muy bien recibida en Cannes, que defiende la proyección en salas y que prohíbe el ingreso a su selección de films que se estrenan directamente en plataformas, vedando el acceso al festival a Netflix.
Haciendo gala de un enorme carisma, lejos de cualquier postura de divo, claro en sus conceptos y amable con el entrevistado con quien mantuvo una charla de 50 minutos en una repleta sala Debussy del Palais del Festival, Cruise contó que ya desde pequeño escribía historias y que en la adolescencia realizó innumerables trabajos, como cortar el césped o lavar el auto de los vecinos sólo para tener el dinero necesario como para poder pagar una entrada de cine.
Consultado sobre la particularidad de ser un gran conocedor de todo el proceso que demanda un film, Cruise que también es productor, destacó que «nunca» fue a una escuela de cine pero que siempre fue muy inquieto y que desde los 18 años, cuando arrancó trabajando en esta industria, se fue formando con la gente con la que estaba en el plató.
«Así aprendí cada arte del proceso de una película y fui estudiando cada aspecto de la producción; hubo gente muy generosa que compartió conmigo lo que sabía y a la que le debo mucho», aseguró.
«Cuando hago una película –continuó desarrollando la idea el actor que visitó la Croisette 30 años atrás con Un horizonte lejano, de Ron Howard y acompañado por Nicole Kidman– utilizo todo lo que sé y todas las herramientas que tengo para crear un entorno que atraiga después al público a las salas».
«Me encanta eso, producir historias para que la gente vaya al cine y trato de crear esa posibilidad en equipo, tanto con los directores maravillosos con los que he trabajado como con los productores, directores de fotografía, vestuaristas. La cuestión se vuelve mucho más interesante cuando uno se olvida un poco de sí mismo y se compromete con esta gente para crear algo nuevo todos juntos», detalló.
En relación con la actuación, Cruise no dio precisiones técnicas pero sí conceptuales y más allá de marcar las profundas diferencias de perspectiva entre una comedia o un drama, resaltó que la actuación «es una exploración constante, donde no se sabe cuál es el tono exacto del personaje hasta que se lo encuentra y donde es necesario asumir riesgos aún cuando uno se equivoca, falle y se quede como un idiota. Eso es mucho mejor que no intentarlo», aseguró.
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Top Gun Maverick, que se desarrolla casi 40 años después del mega éxito dirigido por Tony Scott y ahora está a manos del realizador Joseph Kosinski, encuentra a Peter Maverick Mitchell, aquel audaz y habilidoso piloto de la marina de Estados Unidos carcomido por la culpa de haber visto morir a su mejor amigo, en otra situación y marcado todavía por interrogantes de aquella época en que buscaba graduarse como piloto de los marines.
Cruise mantiene intacta su pasión por los bombarderos de guerra y se encuentra ahora en la tarea de instructor para un grupo de pilotos que deberán desarrollar una acción «casi suicida», dentro de los cuales se encuentra Bradley Rooster» Bradshaw, hijo de su fallecido amigo Goose.
«Maverick sigue siendo Maverick, pero también ves los cambios que sufrió; esta es una película sobre familias, amistades y sacrificio y también sobre el perdón y el precio de los errores», destacó Cruise.
De los bombarderos F14 de los marines de 1986 se pasa en esta a los más desarrollados F18 y las escenas aéreas, su vivacidad, tensión y atmósfera son uno de los grandes logros de la nueva Top Gun.
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