El 30 de octubre a las 9, Jonatan Santana, de 29 años, su mujer y sus padres salieron a la vereda de su casa. Prepararon el mate y unos bizcochitos para desayunar. Y en en eso ven que un vecino de enfrente se les acerca. Sólo escucharon que el vecino dijo Yona, y el joven se paro de la silla. En cuestión de segundos desenfundó un arma, le disparó y huyó. Jonatan cayó mal herido. Un rato después se enteraron que la bala le perforó un riñón y le destrozó el hígado. Agonizó hasta el domingo a la noche, cuando murió.
Jonathan Santana era yesero y trabajaba con su padre. Tenía dos hijas de 9 y 4 años de un primer matrimonio y había vuelto a hacer una pareja. «No sé como le vamos a decir a las nenas, no saben todavía lo que le pasó al papá», contó Jésica, hermana de Yona.
Sobre el asesino, los testigos afirman que es un pibe del barrio que está prófugo de la justicia, ya que se escapó hace 3 años de una comisaría vestido de mujer, pero nunca lo recapturaron.
«Mi hermano era un pibe tranquilo, laburante. Se mataba porque no nos faltara nada. Y viene este tipo y nos arruina así», sostuvo la joven.
En las redes sociales muchas personas manifestaron su dolor por la muerte. «Que dolor inmenso que dejaste Yona, descansa en paz.. Mandale mucha fuerza a tus viejos, que los dejaste destrozados. Siempre presente Yoni. . Siempre te voy a recordar con una sonrisa por que nos hacías reír con tu monadas».