El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, dijo en Rosario que «quedaron atrás los tiempos en que se buscó la competitividad por el lado no virtuoso, que fue la rebaja del salario, la flexibilización de condiciones laborales o la búsqueda de una ventaja cambiaria».
En ese sentido, el titular de la cartera de Trabajo indicó que se dio paso a «la búsqueda de competitividad por la vía alta, que está basada en la innovación tecnológica de las empresas y en las mejoras de las calificaciones de nuestros trabajadores».
Al encabezar en la ciudad el primer encuentro federal «Argentina 2020: Formación Continua para la Competitividad y el Empleo en el Marco de los Planes Estratégicos», Tomada reveló además que de las 15 mil capacitaciones que brindaba el ministerio en 2003, «en estos años se ha superado el millón 600 mil de argentinos y argentinas que han pasado por actividades de formación».
«Esto no fue un milagro ni magia, sino el fruto de una decisión política de que era necesario generar crecimiento económico pero también empleo», añadió Tomada.
«¿Por qué no podemos pensar en contar con tres millones más de trabajadores que hayan pasado por estos procesos de actualización de conocimiento o de incorporación de nuevas calificaciones y habilidades para la próxima década?, manifestó.
En esa línea, puntualizó que la idea no fue generar «cualquier empleo, sino empleo de calidad, que demanda nuevas competencias y adquisición de capacidades y habilidades».
Tomada encabezó en un hotel de la ciudad el panel referido a «Las políticas de empleo y trabajo decente en el marco de los Planes Estratégicos Argentina 2020», junto al secretario de Planeamiento Estratégico Industrial del Ministerio de Industria, Horacio Cepeda; el presidente de la Coordinadora de la Industria de Productos Alimenticios, Daniel Funes de Rioja; y el titular de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), Juan Carlos Lascurain.
Allí, sostuvo que «debe ser la primera vez que en la historia argentina contemporánea que el crecimiento económico estuvo acompañado por un proceso de formación profesional».
Añadió que «eso no fue un milagro ni magia, sino el fruto de una decisión política de que era necesario generar crecimiento económico pero también con empleo».
Tomada enfatizó que la cuestión de la capacitación laboral «requiere una mirada integral y de mediano plazo» y dijo que hay que pensar en términos de 2020.
El ministro subrayó que «la capacitación no sólo es un derecho de los trabajadores», sino que «a esta altura es un deber compartido entre empresarios, trabajadores y el Estado para generar políticas públicas en dirección a fortalecer estos procesos de aprendizajes».
Por último, subrayó: «La noción de justicia social tiene que ver con esto, porque la igualdad de oportunidades también tiene que ver con la distribución del conocimiento, y una mejora distribución del conocimiento tiene que ver con igualdad de oportunidades».
