Cristian Adrián Socias se excusó cuando uno de sus abogados defensores le ofreció un vaso con agua. Durante la segunda audiencia del juicio oral y público que se lleva adelante en los Tribunales de San Lorenzo por el homicidio de Jonatan Gardini, el camionero acusado de atropellar y matar al trabajador de seguridad privada permaneció imperturbable, cabizbajo y con la mirada extraviada, a medida que desfilaban los testigos citados por la Fiscalía para ofrecer testimonio de lo sucedido aquella madrugada del 30 de marzo de 2017 en la intersección de rutas 10 y 11, en una protesta de recomposición salarial convocada por una de las CGT de San Lorenzo.
Los fiscales Aquiles Balbis y Adrián Spelta le atribuyeron a Cristian Adrián Socias el delito de homicidio simple en calidad de autor, solicitando la pena de 22 años de prisión efectiva por la muerte del vigilador Jonatan “Pola” Gardini. Los cinco testigos del hecho que este miércoles prestaron declaración ante el tribunal integrado por los jueces Griselda Strólogo, Mariel Minetti y Alberto Rizzardi, coincidieron en que Socias perseguía un propósito inequívoco: pasar por encima del piquete apostado por ruta 11 a la altura del cruce con la ruta 10, en el extremo noroeste de San Lorenzo.
“Insistía con pasar porque quería tomar unos copetines”, relató Gustavo, uno de los trabajadores que aquella madrugada participaba de la protesta sindical. Patricia, trabajadora afiliada al Sindicato Obrero Recolección Barrido y Limpieza (Sorbyl), estaba sentada junto con otras compañeras en el cordón de la rotonda que delimita el cruce de rutas, cuando se les acercó el camionero. “Nos comentó que venía de tomar unos copetines y quería pasar”. La conversación prosiguió con tono amenazante: “Me tomo unos copetines, vuelvo y los paso por encima a todos”, declaró la mujer.
Socias manejaba un camión cisterna, cuyo semirremolque desenganchó en la estación de servicios situada sobre Ruta 10, a un kilómetro del cruce con la Ruta 11. “A eso de las 2.30 de la madrugada pasó un camión por la banquina por la Ruta 10. Bajó el camionero y se puso a discutir con un grupo de mujeres. Reconoció que estaba tomado (alcoholizado) y que quería seguir tomando. ‘¿Quiénes me van a parar, aquellos cuatro?’”, narró Matías, ex compañero de trabajo del Pola Gardini.
Según la investigación y los datos aportados por testigos, el camión cisterna Iveco conducido por Socias circuló por la banquina de la Ruta 10 en orientación oeste-este, dobló por Ruta 11 en dirección al sur, giró en U a la altura de la entonces planta de Oil Combustibles y se posicionó para acelerar hacia el norte, en donde se situaba el piquete.
“Se llevó puesto las cubiertas encendidas y las reposeras. Se escucharon los gritos de las mujeres. Aceleró a pesar de que los gendarmes le dieron la voz de alto. Oímos disparos y luego encontramos a un compañero tirado en el suelo”, describió Matías sobre el fatal destino de Gardini.
El fiscal Balbis colocó un mapa de la zona en una pizarra para que los testigos describieran el trayecto del camionero. “Lloviznaba y algunos compañeros estaban colocando una lona para guarecerse”, señaló Mauricio, otro de los declarantes. “De repente veo venir dos luces y un ruido de motor forzado. El camión atropelló las cubiertas. Volaron sillas, reposeras, pack de gaseosas. Escucho gritos de la gente. Se sienten disparos”.
Mauricio aseguró arrojarse al suelo y hacia la banquina cuando el camión conducido por Socias pasó por encima del piquete. “Después me acerco y veo el cuerpo de alguien, con una fractura expuesta y sangre a borbotones que le emanaba de la boca. El camión recién frenó cuando pasó el puente del arroyo San Lorenzo”. El trabajador atropellado no era otro que Gardini.
Por su parte, la defensa del imputado encabezada por Ignacio Alfonso Garrone interrogó a los testigos haciendo hincapié en las condiciones climáticas de aquella jornada que –según argumentan– le habrían quitado visibilidad al chofer del camión: la nocturnidad de una madrugada en donde ardían neumáticos y predominaba el humo negro en la atmósfera por la quema de cubiertas, y la colocación de una lona entre dos postes de alumbrado público para que los manifestantes se guarecieran de la llovizna. En ese marco, la defensa señaló que no se van a poder comprobar las condiciones del camión y que la prueba de alcohol en sangre dio 1.16 gramo.