Mauro Federico / Data Clave
Este martes, el Presidente de la Nación, Javier Milei, reposteó una publicación de la periodista Liliana Franco en donde se desmentía una supuesta enemistad entre la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello y el ministro de Economía, Luis Caputo que había sido deslizada en algunas crónicas periodísticas durante los primeros días de esta semana. “Nada más lejos de la realidad”, le dijo a Data Clave un colaborador de la funcionaria. “La relación entre ambos es óptima”, completó la fuente.
No es la primera vez que una información falsa que involucra a la ministra cobra trascendencia mediática. Hace algunas semanas, el comentario de un periodista muy reconocido acerca de una supuesta cartera de miles de dólares propiedad de Pettovello, luego desmentido, había alertado a su círculo más próximo. “Alguien está tirando carne podrida”, fue la conclusión.
La semana pasada, tras la reunión de gabinete, al momento de la despedida el jefe de Gabinete deslizó una frase que a la funcionaria le sonó intimidatoria. “Pasala bien en Punta del Este”, le dijo Nicolás Posse, dando a entender con ese gesto de cordialidad que sabía que ella había sacado los pasajes para viajar el fin de semana a Uruguay, algo que no había sido comentado puertas adentro del gobierno. Tal como contó Data Clave, el apuntado como el responsable de estas “filtraciones” es el titular de la AFI, Silvestre Sívori, quien -junto a un grupo de militares retirados de la Fuerza Aérea- serían los encargados de monitorear de cerca los movimientos de varios funcionarios.
La desconfianza reina en los pasillos de Casa Rosada. Según fuentes con acceso a los principales despachos del edificio de gobierno, el enojo se extiende más allá de la AFI. Posse, de quien depende la Agencia Federal, tiene montada una estructura de inteligencia paralela encargada de realizar maniobras de espionaje interno no solo a miembros de su propio gabinete sino también a dirigentes de la oposición.
“Me dicen que Caputo y Pettovelo tienen una muy buena relación. Se ve que hay alguien en el gabinete al que no le gusta esta buena sintonía”, escribió la periodista Liliana Franco en su cuenta de Twitter citando un mensaje del economista libertario Dario Epstein que calificaba como una “fake news” la supuesta pelea entre los ministros. El comentario no solo tuvo like del presidente Milei si no que también lo compartió con un RT. La batalla interna quedó abiertamente avalada por el primer mandatario.
Un “Celestino” para tocar el timbre
Data Clave consulto con, al menos, tres fuentes relacionadas con el oficialismo, dos de las cuales forman parte del círculo más próximo del presidente. Según coincidieron los informantes, el responsable de hacer seguimiento a propios y opositores sería el coronel Celestino Mosteirin, que se presentaba como “excombatiente de Malvinas”, cuando en realidad nunca figuró en ningún registro como tal.
Actualmente Mosteirin es el segundo de la AFI, conocido como “Señor 8”, detrás de Sivori. Viene de la inteligencia militar, mencionada por los expertos en el área, como una carrera completamente distinta a la inteligencia civil y, al igual que Sívori, sigue estrictas instrucciones de Posse.
El “Señor 8” armó un equipo en el que figuran además exagentes de inteligencia y de dependencias como la AFIP-Aduana, las fuerzas armadas y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), cuyos nombres este medio preservará para no exponer a ningún funcionario cuya identidad no deba ser expuesta públicamente.
Entre otras cosas, el jefe de gabinete tomó la decisión de intervenir el área y cambiar una de las primeras decisiones de Alberto Fernández: revirtió una medida del gobierno anterior y los fondos de la AFI volvieron a ser reservados. “El Partido Militar ganó terreno no solo en cargos, sino también en caja”, le dijo a este portal una fuente de la agencia.
Las sospechas internas no son las únicas puntas de las que se desprenden los alcances del operativo “Celestino”. Fuentes de inteligencia aseguran que en la lista de “espiados” se encuentran el Jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, su primo el expresidente Mauricio Macri. la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el líder del Frente Renovador Sergio Massa, También figuran Horacio Rodríguez Larreta, Emilio Monzó, Miguel Ángel Pichetto, Cristian Ritondo y el radical Martín Lousteau, entre otros.
Las inquietudes del jefe de gabinete no se quedan solo en el espionaje palaciego de la Rosada. Dentro del gobierno afirman que quiere además poner hombres propios en el Congreso, Aduana, Ezeiza, y ya habría instalado un equipo propio en el aeropuerto de San Fernando al que las PSA le “debe entregar diariamente copia de los vuelos”.
Vocación de buchón
Al interior de La Libertad Avanza aseguran que el actual jefe de gabinete comenzó a armar su operativo de inteligencia antes de la asunción de Javier Milei como presidente. Incluso, se empezó a tejer todo el entramado que funciona actualmente durante la campaña electoral de 2023. En su actividad privada, Posse trabajó en holding de Aeropuertos Argentina 2000 en donde desarrolló una estrecha amistad con integrantes de la PSA y de la Fuerza Aérea. Por lo que relatan algunos excompañeros del “golden boy” de Eduardo Eurnekian, puntualmente “se interesaba mucho por establecer vínculos con los especialistas en inteligencia”.
“Estamos tratando de amordazarla, esperamos ponerla en caja esta semana”, disparó Posse sobre Lilia Lemoine en una reunión interna de LLA realizada en el edificio de Libertador donde trabajaban los Equipos Técnicos del por entonces candidato libertario. La conversación -grabada por uno de los asistentes- se produjo el día después de la elección general del 22 de octubr en la que se impuso Massa y mientras la diputada nacional ya electa hacía presentaciones mediáticas.
Es una de las pocas veces que se le puede escuchar la voz al jefe de gabinete que aún no hizo ninguna entrevista pública. “Está por todos lados hablando cosas increíbles”, dijo por entonces el actual funcionario del gobierno en referencia a las apariciones de la estilista presidencial.
“Junto con su amigo Gonzalo Pascual, y el secretario ejecutivo del Gobierno, José “Cochi” Rolandi, se encargaron desde julio del año pasado de auditar controlar, grabar y filmar todas las reuniones que se hacían en las oficinas y en el bunker de campaña y hogar de Milei hasta su mudanza a Olivos”, completó otro informante.
Como ya contó Data Clave, Pascual es un exfuncionario del gobierno porteño, a quien se responsabilizó en su momento por la muerte de un rinoceronte y una jirafa en el ex Zoo de la ciudad de Buenos Aires. Desde la campaña, se dedicó a armar los equipos técnicos de LLA desplazando a los de la primera hora libertaria. En esa época, los “mileistas de la primera hora” bramaban y calificaban al asesor de Posse como “un recién llegado”.
Para graficar la sintonía fina de los equipos que armó el jefe de gabinete junto a su laderos, de 75 profesionales que antes dependían de Eduardo Rodríguez Chirilo, actual secretario de Energía, antes de la llegada de Posse solo diez llegaron al gobierno nacional.