Dicen los expertos en fútbol que cuando el arquero se equivoca hay que sacar desde el medio. Y eso exactamente le pasó al buen arquero de Defensores Unidos, Mauro Carlini, en el final del partido que su equipo igualó, como local, 1-1 con Banco, por la segunda fecha del torneo Molinas.
La tarde calurosa y pesada no daba para hacer esfuerzos extraordinarios. Sumado al problema climático fue la falta de respeto que se le dio a la pelota. Salvo alguna jugada individual de Facundo Camafreita, el distinto que tiene el Defe, el resto se dedicó a luchar cada pelota como si fuera la última.
En ese terreno los dos fueron parejos. Sin embargo el que pegó primero fue el local, cuando Enrique Martínez capturó un rebote y de cabeza vulneró la estirada de Fernando Facio. Banco, en los primeros cuarenta y cinco ni se acercó al área local. Bulla falló en la conducción y como consecuencia vio el inicio de la segunda etapa desde el banco de suplentes.
El complemento se jugó a merced del Rojo. Banco intentaba crear juego, pero carecía de ideas. Apenas algunos actos de rebeldía del joven Cardile y nada más. El local se defendió con solvencia y se aprestó a jugar de contra para tratar de liquidar la historia y sumar la primera victoria en casa.
Tuvo chances, pero no fue lo suficientemente fino para alargar la ventaja. Y sobre el final llegó el grosero error de Carlini. Remate sin convicción de Villanueva desde lejos y el arquero local calculó mal, la pelota se le fue por debajo de su cuerpo. Desazón total en el solvente golero, que esta vez le tocó la mala suerte de cometer un yerro que terminó en la red.
En definitiva el punto a Defensores le sirve para sumar, tal como pregonó su DT, pero esta igualdad tiene un sabor agridulce en todos los aspectos. En cambio, para Banco la igualdad fue un regalo del cielo, porque ya veía una derrota segura y en la última bola encontró el empate.