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Torturas policiales: secuestran documentación de la 14ª y la 32ª

La investigación por golpes y tormentos que sufrió el menor de 17 años quedó a cargo de la fiscal en jefe de Violencia Institucional, Karina Bartocci, quien ordenó medidas al personal de Asuntos Internos para identificar a los policías que estuvieron de servicio

Luego de la denuncia por torturas policiales cometidas contra un adolescente de 17 años en zona oeste, personal de Asuntos Internos secuestró este martes las actas de procedimiento de las seccionales 14ª y 32ª para identificar a los efectivos que estaban de servicio en el horario en el que ocurrieron los hechos denunciados, informaron voceros judiciales. Además, este miércoles realizaron una ampliación de la denuncia y se pidieron exámenes médicos ordenados por la fiscal Karina Bartocci, de la Unidad de Violencia Institucional, agregaron fuentes del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Enzo F., de 17 años, relató que vivió horas de terror cuando este lunes, cerca de su vivienda, uniformados del Comando Radioeléctrico lo detuvieron por “desacato a la autoridad”. Su delito fue no tener el DNI encima y –ante la exigencia de los uniformados– contestar que ninguna ley lo obligaba a portarlo.

Las horas del horror

“Me agarraron del cuello, me dijeron: «Zurdo de mierda te vamos a enseñar tus derechos en la comisaría», me subieron al patrullero y me llevaron a la seccional 14ª”, contó Enzo, todavía traumado. Dijo que después lo golpearon entre dos uniformados: uno lo sostenía y el otro le pegaba, mientras el resto de los agentes de la seccional se reían y se burlaban de él.

“Me desnudaron, me amenazaron con violarme, me rompieron los lentes a golpes, me arrancaron y robaron la cadenita de oro y las pulseras. Y todo el tiempo me repetían que eso me pasaba por zurdo, por comunista y que por eso iba a terminar como Santiago Maldonado. Si mi papá no llegaba a la comisaría, me mataban”, contó.

Por su parte, Martín, papá de Enzo, sostuvo a El Ciudadano que a su hijo lo detuvieron «ilegalmente» en la esquina de su casa de barrio Villa Urquiza, en zona oeste, porque se acercó cuando los policías requisaban a dos de sus amigos. Martín dijo que su hijo es militante social igual que él, y que «está educado con valores solidarios y no anda en la joda». Que por eso se acercó a los uniformados a decirles que esos pibes vivían en la cuadra, eran menores, iban a la escuela y no eran delincuentes. «Los efectivos le dijeron que se fuera y como se quedó mirando, se la agarraron con él, y le exigieron el documento», hilvanó. Cuando el adolescente les contestó que no lo tenía, pero que tampoco tenía la obligación de llevarlo encima, lo agarraron del cuello y se lo llevaron preso. Los dos amigos corrieron a avisarle a su padre.

“Apenas entro a la comisaría 14ª, escucho los gritos desgarradores de mi hijo, lo escuchaba llorar y gritar que dejen de pegarle, que era menor. Fue una situación que nunca en mi vida pensé que podía vivir, me agarró un ataque de nervios y empecé a los gritos para que dejen de pegarle. Dos mujeres policías se metieron adentro para avisarle a los que le pegaban que estábamos los padres afuera. Cuando pregunté por qué mi hijo, menor de edad, estaba detenido, me contestaron: «Por zurdo y porque no quiere a la Policía, por eso lo trajeron»”, recordó Martín.

Pero la pesadilla estaba lejos de terminar. Porque su hijo continuó privado de la libertad en esa seccional hasta que le avisaron que lo iban a trasladar, por cuestiones de jurisdicción, a la seccional 32ª, sin explicarle el motivo de la detención. Según Martín, vio pasar a Enzo todo golpeado cuando lo cambiaron de comisaría, traslado que realizaron los mismos dos efectivos del Comando Radioeléctrico en el móvil 7844. Y los mismos dos uniformados se tomaron cerca de tres horas para redactar el acta, tiempo en que su hijo continuó incomunicado. Finalmente, lo acusaron de “desacato a la autoridad”. Cerca de la medianoche llegó el médico policial, quien «constató sólo un raspón en el pómulo», se indignó el padre de Enzo.

“Le desfiguraron la cara. Tenía golpes en la cabeza. Le rompieron los anteojos. Le dijeron un montón de barbaridades, que lo iban a violar, lo hostigaron todo el tiempo. Tuvimos que llevarlo a un sanatorio privado a la madrugada. Nos falta ver a un oftalmólogo porque no ve bien de un ojo y se quedó sin lentes”, describió Martín, y dijo que presentó una denuncia por violencia institucional en Asuntos Internos y en el Centro de Denuncia Territorial (CTD).

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La investigación de Fiscalía

Voceros del Ministerio Público Fiscal (MPA) indicaron este miércoles que tras la denuncia la investigación por las torturas policiales que sufrió el adolescente quedó a cargo de la fiscal Bartocci, de la Unidad de Violencia Institucional, quien cuenta con la colaboración del personal de Asuntos Internos. Fue en ese marco, que este martes Asuntos Internos se presentó en las comisarías 14ª y 32ª para secuestrar documentación pertinente y para «identificar al personal que se encontraba de servicio en el rango horario donde se denuncia el hecho”, explicaron las fuentes judiciales.

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