El aislamiento, la paranoia y la incertidumbre son sentimientos que se ponen de manifiesto en Tóxico, film de Ariel Martínez Herrera que sitúa a una pareja en medio de una pandemia y que sirve como un espejo ante esta realidad por el avance del coronavirus en el país, con estreno este jueves en Cine.Ar y Cine.Ar Play.
«No puedo saber cómo se actualizarán las intenciones de la película al volverse tan actual. Estudiando el tema, uno saca la cuenta rápidamente de que las pandemias ocurren en la historia de la humanidad y que es un tema que de un modo u otro debería estar considerado. Pero nunca se me ocurrió que de verdad estaríamos atravesando una pandemia justo para el estreno», dijo el director a Télam, quien comenzó a escribir el guión en 2005 inspirado en El ángel exterminador, de Luis Buñuel.
La película transita un momento de crisis de la pareja entre Laura (Jazmín Stuart) y Augusto (Agustín Rittano), un farmacéutico al que le saquearon el negocio en medio de una pandemia de insomnio.
Ambos, con sus dudas y certezas a cuestas, abandonan la ciudad en su motorhome, rodeados de discusiones sobre lo correcto, o no, de la decisión impulsada por Augusto y las reticencias de Laura, quien guarda un pequeño secreto.
«La epidemia era un contrapunto, desplazaba lo real y ponía a los personajes frente a lo incierto y el eje siempre fue ese, una pareja que atraviesa una transformación interna fuerte, mientras a la vez atraviesa un afuera que como un espejo también se vuelve cada vez más surrealista», señaló Martínez Herrera.
Con suspenso, los chistes de esta comedia hoy pueden tener una lectura casi de tragedia, algo que el realizador tiene en cuenta, mientras espera el estreno en aislamiento obligatorio.
En el film se ven reflejadas distintas posturas sobre lo que pasa, de hecho en una de las escenas el personaje que interpreta Jazmín Stuart deja asentado su punto de vista diciendo: «La naturaleza se cansó de avisarnos». «Para mí era importante que se notara un poco esa falta de consenso. Me parece un poco simpático y un poco extraño pensar que el planeta nos está hablando a nosotros, es un planeta, y nosotros un animal que vive en su superficie, me parece que una mirada realista sobre los acuerdos que efectivamente sostenemos, tácitamente o no, como un cuerpo social de dimensión global, y confirmados por los efectos que tienen en nuestro medio de vida, sería lo productivo. Porque el mundo sigue, lo que se termina eventualmente somos nosotros», reconoció Martínez Herrera.
Pero en ese marco el foco de conflicto está en una pareja, que sostiene una competencia constante y que termina convirtiendo la supervivencia en algo mucho más complicado: «Me interesaba que se pudiera ver cómo podía funcionar, e incluso salir airosa, de situaciones sin ser necesariamente héroes o estar siempre de acuerdo, me parece que a veces en las películas los vínculos de pareja, sobre todo, se simplifican y se romantizan en exceso. Trabajé con la idea de que ambos podían pensar distinto y a pesar de todo estar los dos en lo correcto. Creo que esas reflexiones también se actualizaron, porque una situación como la que estamos viviendo ciertamente desafía las formas en que nos relacionamos», reflexionó el realizador quien consultado sobre si cree que las situaciones de «sálvese quién pueda» que se ven en la película pueden replicarse en la actualidad a partir de la pandemia del coronavirus analizó: «Yo me obligo a ser optimista, ese momento representa una idea que esta muy extendida, pero para mí ese camino de alienación es un facilismo. Debemos pensar en lo que podemos hacer para que eso no pase. Yo voy a tratar de poner mis argumentos de ese lado al menos».
Es que en el film la situación comienza a virar en una gran desconfianza hacia el otro, hacia el extraño. «El extraño en una situación de crisis, es como un contrapunto, a la vez aliado y permanentemente sospechoso por fuerza de las circunstancias. A mí me gusta mucho esa ambivalencia que se pone entre los protagonistas», adelantó el realizador haciendo referencia al personaje de un mecánico que aparece como ese «extraño» en un contexto de muerte y desolación, en el que en el medio hay un embarazo que parece dotar de vida al film. «Me parece que el de la vida y la muerte en todo caso es un partido arreglado, y que nosotros no somos la vida tampoco. La vida es un proceso complejo y nosotros en el mejor de los casos, una nota de color».
