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Trabajador denunció una golpiza por interna gremial

Por Laura Hintze.- Es un joven que trabaja en la empresa Lime y, además, es estudiante de la carrera de Psicología.

Ayer a las 6 de la mañana Franco Montiel, de 25 años, llegó a su lugar de trabajo, la empresa de servicios de recolección de residuos Lime, y se encontró con “siete u ocho” personas que lo estaban esperando para insultarlo y golpearlo. No fue esa la primera vez que Franco recibía amenazas, sí que se materializaban de manera tan contundente. Para el joven, las agresiones se deben a una interna sindical, ya que él, junto a otros compañeros recolectores, hace tiempo que le exige a su gremio mejorar las condiciones de trabajo y organización. Sin embargo, detrás de este episodio violento hay una historia interesante por contar: Montiel es estudiante de la Facultad de Psicología, y la golpiza que recibió ayer movilizó a la comunidad educativa para mostrarle su apoyo.

Montiel tiene el pelo tirando a largo y un mechón blanco que le cuelga sobre la frente. Con el voluminoso traje de Lime puesto no es fácil distinguir su contextura física, pero es un chico normal, común y corriente, salvo por algunas marcas de golpes en la frente y la boca. Ayer a la mañana, cuando estaba llegando a su trabajo, cerca de siete personas se le abalanzaron, lo insultaron, le pegaron y le tiraron de los pelos. Sólo se fueron cuando otros trabajadores intervinieron para separar. “A tres de ellos los conozco y sé que están vinculados con la conducción del Sindicato”, aclaró Franco. Para él, todo esto está enmarcado en una serie de reclamos que ha llevado adelante con trabajadores nucleados en el mismo gremio; reclamos que son hasta “básicos”, entre ellos, el pedido de elecciones de delegados fiscalizada por el Ministerio de Trabajo. “Veníamos tratando de conformar un grupo de autoconvocados y evidentemente están tratando de asustarnos, reprimirnos”, aseguró.

“Ya había recibido un par de amenazas, por teléfono y por Facebook, pero no creía que se iba a materializar en golpes. Realmente asusta y da miedo”, relató Franco, quien explicó que ahora él piensa sólo en su fuente de trabajo y su familia (en pocos meses será padre), aunque también en seguir con este reclamo. “Estas cosas no tienen que pasar en un ámbito democrático. Lo que yo hago no es más que política, en un ámbito de democracia y libertad. Me parece que los sindicatos tienen que ser de y para los trabajadores. Un gremio que no acepte las diferencias y disidencias es propio de un sistema autoritario”, planteó.

Un dato no menor es que Franco habló desde  el bar de la Facultad de Psicología, en la Siberia. Hace seis años que estudia la carrera, y ahora cursa materias de 4º y 5º años. Compartieron la mesa con él Marco Maroni, miembro del Centro de Estudiantes, y Esteban Fridman, secretario de extensión de la Facultad de Psicología de la UNR. “Él es un estudiante que está intentando organizarse en su lugar de trabajo y la Universidad no puede estar ajena, ni frente a esto ni frente al conjunto de las problemáticas sociales”, señaló Fridman.

“En este sentido, para la Facultad no es menor que las amenazas sean sobre un compañero que está planteando la democratización de un sindicato. Todo, en un marco donde no es tan masivo que se sostengan trabajadores en la universidad pública”, añadió. Por eso, el secretario hizo hincapié más de una vez en que la institución respalda, acompaña y está a disposición de Franco. “Queremos que él se sienta acompañado a la hora de hacer política”, aseveró.

Este caso abre las puertas a pensar cómo se relacionan e involucran los conocimientos y el trabajo. Cuando Franco entró a trabajar a Lime lo hizo a la par de su ingreso a la Universidad. “Cambié mucho con la Facultad. Uno se fortalece ideológicamente y lo que aprende lo quiere implementar y difundir en su espacio de trabajo”, resaltó. “Los trabajadores tenemos que tener las puertas abiertas a las universidades e involucrarnos, entrar al lugar donde están en juego las ideas, porque en los grupos de trabajo no suele haber circulación de esos materiales”. Y así como en su ambiente de trabajo son pocos los estudiantes, pasa a la inversa en la Facultad, donde muchos tienen que lidiar con las dos cosas. “Esto también lo contamos para que no pase con ningún otro trabajador de cualquier ámbito laboral”, expresó.

Desde el Centro de Estudiantes de Psicología, Marco Maroni, también militante de la organización “Tupac”, rescató está fusión entre trabajo y estudio: “La vinculación de la Universidad y los diferentes sectores es fundamental para pensar una transformación de la sociedad. La Facultad no tiene que permanecer ajena: no sólo tenemos que estar ahí para producir conocimientos sino también para lograr el entrelazamiento con las prácticas militantes de distintos ámbitos”.

 

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