De las cuatro sucursales que la cadena Garbarino tiene en la ciudad, por estos días tan sólo permanece abierta al público la que funciona en el Portal Rosario Shopping. Mientras tanto, hay 56 trabajadores rosarinos inmersos en una incertidumbre total. No tienen garantizada la continuidad laboral ni mucho menos asegurado el cobro de sueldos, tal como reclaman de mínima desde la Asociación de Empleados de Comercio de Rosario.
La totalidad del personal de Garbarino, que a nivel nacional asciende a casi 4 mil trabajadores, todavía no terminó de cobrar los sueldos de abril. “Les falta cobrar el 25 por ciento de ese mes. En mayo recibieron un Repro del gobierno nacional, así que la empresa no puso un peso. Tampoco percibieron el aguinaldo”, apuntó Juan Gómez, secretario gremial de Empleados de Comercio.
El dirigente local advirtió que los trabajadores permanecen en un limbo laboral, ya que no pueden desempeñar sus funciones ni tampoco recibieron telegramas de despidos. «Ellos siguen siendo empleados porque no fueron despedidos. Los otros a nivel nacional tampoco tienen trabajo ni están cobrando sueldos. Es una irresponsabilidad muy grande de la empresa y está a la vista el lockout patronal. Notamos un grave vaciamiento de la empresa porque no hay reposición de mercadería. Y hay abandono de personal”, denunció el gremialista.
En las últimas instancias de conciliación en el Ministerio de Trabajo de la Nación, representantes legales de la cadena de electrodomésticos argumentaron que la empresa atraviesa una crisis. “Los fundamentos que exponen son inverosímiles. Denunciamos que hay lockout patronal porque desde hace algunos meses que no veíamos recambio de mercadería. Hay vaciamiento de los locales comerciales. A tal punto que el local de peatonal Córdoba no tenía línea telefónica y no tenían postnet siquiera para hacer operaciones con tarjetas de débito o crédito”, lamentó Gómez.
A la falta de reposición de mercadería, la empresa recibió intimación por el pago del alquiler del local comercial de Córdoba al 1200. «Además nos enteramos que el titular del inmueble estaba reclamando por falta de pago. O sea, hay un marcado desinterés del grupo empresario», aseveró el dirigente de los mercantiles.
Por ende, desde la organización sindical insisten con la intervención del gobierno nacional para mediar en el conflicto. «Es la forma de forzar a la empresa para que se haga cargo de los sueldos de los trabajadores mientras se define la situación. Se trata de un conflicto a nivel nacional con más de 200 sucursales en todo el país”, concluyó el representante de Empleados de Comercio de Rosario.
Desde hace un año en manos del empresario Carlos Rosales, quien también es dueño de una aseguradora y dirigente de fútbol, la cadena Garbarino tiene más de 3.800 empleados.
Con una millonaria deuda Garbarino -dueño también de Musimundo-, estuvo a punto de cerrar un acuerdo con Facundo Prado, presidente de Supercanal Arlink – operadora de televisión por cable e Internet con 750 mil abonados y presencia en 14 provincias-, y de Centro Card, pero a último momento todo quedó en la nada.
En Tierra del Fuego también hay preocupación, porque la compañía tiene paradas desde hace 45 días sus plantas en la provincia en medio de una protesta sindical.
La segunda ola de Covid-19 tuvo fuerte impacto sobre las ventas de electrodomésticos. La caída en la comercialización habría sido del 75 por ciento en mayo último, de acuerdo con informes sectoriales.
Ribeiro dejó de pagar sueldos y busca comprador
En tanto la cadena Ribeiro dejó de pagar salarios, comenzó a cerrar locales, suspendió su sitio de e-commerce y, según trascendió hoy en el mercado de retail, busca en forma desesperada un socio para capitalizar la compañía.
Con enormes deudas, Ribeiro aspira a que un socio aporte capital, pero sin que la familia propietaria pierda el control.
Con fuerte presencia en el interior del país, la empresa llegó a tener 1.900 empleados y 85 sucursales en el 2018.
Tras integrar el grupo de las principales cadenas de electrodomésticos en la Argentina, a partir del 2019 en Ribeiro todo empezó a ir cuesta abajo. A deudas que se agrandaron en ese año, se sumó a principios del 2020 la pandemia de Covid-19, que castigó especialmente al comercio, mientras las ventas por internet se disparaban.
En la central de deudores del Banco Central, la firma ya aparece en situación de «irrecuperable».
La familia Ribeiro está buscando capitalizar la empresa y en algún momento hasta se llegó a mencionar a un grupo vinculado a la actividad agroindustrial, pero nada prosperó.
La caída de ventas en unidades fue del 60 por ciento entre 2019 y el 2021, de acuerdo con reportes especializados del sector.
En abril último, Minicuotas Ribeiro cerró una de las sucursales en General Alvear, Mendoza. La cadena también tenía definido bajar la persiana en su local en San Juan. A mediados de junio último, Ribeiro cerró su local en la ciudad de Rafaela, en el oeste de Santa Fe.
Garbarino cerró todas las sucursales y quedaron 55 trabajadores rosarinos en la calle