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Básquet

“Trabajamos en conjunto con la Rosarina y estamos contentos del lugar que nos dieron”

Jeremías Miraglia realizó un balance de los primeros meses de funcionamiento de la cooperativa arbitral que nuclea a la mayoría de los jueces locales y se ilusionó con un trabajo en conjunto de todos los estamentos: "No hay que morir en la crítica sino ayudar a mejorar"


Miraglia en la final con Petrone y Jerez. Foto de Juanjo Cavalcante

Desde esta temporada tres grupos arbitrales conviven en la conducción de los partidos de la Asociación Rosarina y todos se unen como nexo al Colegio de Árbitros local para seguir capacitándose y avanzando en la necesidad de generar jueces para guiar la enorme cantidad de encuentros locales. La más numerosa de las agrupaciones es desde este año Cabar, la Cooperativa de Árbitros de Básquet Rosario, integrada en buena parte por jueces que se alejaron de Cadep en busca de un mejor trabajo en capacitación y por no estar de acuerdo con la forma de manejarse con su conducción.

Los meses pasaron y ya con vuelo propio en las competencias locales más la representación de sus jueces en la Liga Federal, Jeremías Miraglia se encargó de realizar un balance de la tarea que vienen desarrollando: “El balance de estos primeros meses es positivo. Trabajamos en conjunto con la Rosarina y estamos contentos con el lugar que nos dieron. Al ser una cooperativa nueva no sabíamos el lugar que íbamos a tener y la cantidad de afiliados, pero los colegas nos tuvieron mucha confianza y el grupo mayoritario vino a integrar Cabar. Hoy tenemos todo en regla, la administración completa y 79 árbitros, cubrimos el mayor porcentaje de los partidos locales e incluso nos invitan a dirigir en otras localidades”.

Con respecto a la labor en el perfeccionamiento de la tarea, Miraglia explicó que una de las premisas a seguir es la “capacitación permanente, tanto en el grupo de aspirantes como en los árbitros avanzados”.

“Los clubes nos apoyan, ven el trabajo que hacemos y les gusta. Nos prestan sus instalaciones para poder aprovechar cada pequeño receso y sumar jornadas de capacitación en cancha para agregar al trabajo que se hace de manera virtual y a las devoluciones permanentes que se dan. Se sumaron muchos árbitros al proyecto, varios de experiencia que colaboran con el trabajo”, agregó Miraglia, quien explicó que son muy importantes los seguimientos y devoluciones de los árbitros mayores que acompañan a aquellos que se están afianzando en primera o los que están comenzando en inferiores.

“Analizamos videos para seguir jugadas, compartir y unificar criterios. Es permanente. No esperamos a fin de temporada para ponernos a corregir lo que hay que mejorar”, añadió.

Otro de los puntos clave es el tiempo de preparación que reciben los aspirantes antes de salir a la cancha, porque a veces la necesidad le gana la pulseada a la preparación: “A principio de año, seis de los diez aspirantes que iniciaron se afianzaron y tuvieron tiempo de estar en amistosos y compartir partidos con otros jueces, lo que generó un proceso muy bueno, pero un par de meses atrás al aumentar los partidos hubo que abrir nuevamente la búsqueda de aspirantes  y allí la capacitación fue mucho más acelerada, por eso es vital este momento de receso para generar que se unifique el nivel. Siempre se analiza muy bien antes de dar partidos de mayor importancia, y se prioriza a los jueces nuevos que fueron jugadores porque tienen más facilidad. Adquirir los conocimientos reglamentarios y ponerlos en práctica en la cancha son los dos pilares a los que apuntamos”.

“La cooperativa sólo recauda para pagar lo administrativo, para el funcionamiento y para subsanar errores que pueden existir por parte de las designaciones, por ejemplo los viáticos de un partido que no se disputó. El resto es todo trabajo ad honorem, incluso los que dictamos las clases. La cooperativa no está conformada para que alguien viva de ella. Tu plata es la del partido que dirigiste y es tuya, no es para el que te dio la posibilidad o te trajo. Eso quedó en el pasado, no existe más. Y los clubes lo empiezan a ver”, aclaró Miraglia.

“Lo que sucedió en la final del femenino, con las tres mujeres dirigiendo y toda la repercusión favorable que tuvo fue una gran alegría para nosotros. Luego Eli Undebate pasó incluso a dirigir en primera A”, agregó Miraglia, quien se ilusiona con seguir logrando cosas que redunden en el crecimiento del básquet local: “El árbitro está solo, no tiene el apoyo dirigencial en general, pero esperamos alguna vez sentarnos los árbitros, los entrenadores, jugadores y dirigentes para trabajar juntos”.

Miraglia apuntó a un objetivo de trascendencia a nivel nacional: “Queremos lograr que se reconozca al árbitro de Rosario a nivel federal y nacional. Antes cuando tenías licencia internacional pasabas a Liga de manera automática y aquí en Rosario hay un árbitro que lo logró y dirige en el Federal. Queremos que se los reconozca y que lleguen a esos estamentos los que están en la Rosarina. A un árbitro que dirige las tiras, las fecha de primera y tiene la edad física y técnica acorde, se le tienen que dar la oportunidad, no que entre alguien que venga de afuera. Hay que reconocer a los chicos que estudian y se preparan. Queremos que se les reconozca, no como nos pasó a nosotros en su momento que fuimos discriminados y no tuvimos esa chance”.

Y por último, dejó en claro su deseo para el corto plazo: “Que se terminen de afiazar en primera y en inferiores los nuevos jueces. Hay que tener paciencia y tratar de ayudarlos porque siempre se puede mejorar y corregir. No hay que morir en la crítica sino ayudar a mejorar”.

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