“Uno se piensa que todo bebé va a nacer con 3 kilogramos, rosado, se va a prender al pecho y se va a ir a su casa, pero no es con lo que trabajamos, trabajamos con un prematuro extremo que pesa medio kilo y nació dos meses antes de finalizar el período de gestación”, ejemplifica Florencia Lucero, jefa de neonatología del Hospital Centenario, ubicado en Urquiza 3101. Y es que a nivel mundial la estadística señala que el 15% de los nacidos vivos va al servicio de neonatología y dentro de ese porcentaje el 18% son prematuros y el resto presenta otras patologías.
Florencia tiene 42 años y es mamá de una niña de siete. Su vocación fue clara: la ayuda en el área de la salud y optó por la carrera de enfermería. Se recibió con el título intermedio y con el tiempo finalizó la Licenciatura. En la actualidad está estudiando para una Maestría en Gestión ya que su trabajo actual lo requiere. Comenzó en el Centenario en el 2003 en una sala de adultos que no existe más y luego por política del hospital, donde el personal que ingresa a un área debe rotar por otras, llegó a neonatología. Tras una buena evaluación se quedó allí. Realizó tareas de asistencia y en 2020 la subjefa fue trasladada, con lo que el puesto quedó vacante y lo asumió Lucero. Un mes después su jefa se jubiló por lo que ascendió dicho escalafón. “La tarea de asistencia y la de gestión son dos mundos diferentes”, explicó Florencia a El Ciudadano ya que una tarea requiere el trabajo físico con el bebé y su familia y el otro tiene que ver con la distribución de recursos humanos, el pedido de materiales, etc. En la actualidad está a cargo de los 50 enfermeros que tiene dicho área.
Trabajar con bebés en estado crítico es una tarea ardua también para el personal de salud. Más allá de tener protocolos ante la muerte, Florencia asegura que no se acostumbran al dolor de los familiares.
Los controles en neo son cada tres horas, son bebés que están acostumbrados al ruido, a estar cerca de su mamá, papá o familiar pocas horas al día. En el Hospital Centenario el acceso a las visitas es libre, pueden ingresar mañana, tarde, noche o madrugada y pueden entrar tíos, abuelos, hermanos además de los padres. Además el hospital cuenta con una sala de maternidad para que la madre se hospede el tiempo que dure la internación de su hijo o hija.
Algunas anécdotas
Florencia recuerda a Nacho. Un bebé que estuvo internado unos nueve meses. “Después de tanto tiempo allí uno rompe la relación terapéutica con los familiares, es otra relación, es más cercana, la labor de la enfermería no es solo atender al bebé sino contener, acompañar y escuchar a los familiares”, contó Lucero.
“Hay bebés que atraviesan muchas situaciones invasivas, necesarias, pero que no dejan de ser invasivas”, reitera y se acuerda que hace un tiempo atrás llegaron seis niños que en la época de pandemia habían estado internados y las madres, compartiendo tiempo juntas en ese espacio se hicieron amigas. Después de dos años volvieron al Centenario visitaron el área de neo y les llevaron unas ricas galletitas, contó Florencia.
También en contracara, evoca el recuerdo que tras reincorporarse al trabajo por licencia de maternidad, una noche le toca presenciar la muerte de un recién nacido. Por protocolo se permite que la madre apenas tenga conocimiento de la noticia, se quede con su bebé, lo abracé, lo bañe, incluso pueda llamar a un pastor o cura, y Florencia recuerda que aquella madre no quiso nada, no quiso ver a su bebé ya sin vida. “Llegué a casa, abracé a mi bebé y me puse a llorar”, confesó.
Sala de Maternidad nuevamente en funcionamiento
Dicho espacio de hospedaje sólo para madres estuvo cerrado por refacción durante un año. En ese tiempo la provincia le otorgaba a las madres un hotel para poder estar cerca de la institución donde quedaba internado el bebé. Este martes se reinauguró y es de suma importancia.
Es necesario que la madre esté cerca, que sino le da el pecho, se le extraiga leche y se la pueda administrar por sonda u otro medio. Es necesario para el recién nacido el calor, el olor, el abrazo y contención de su mamá.
“La neo del Centenario es de acceso libre, pueden ingresar a las 3 am, a las 5 am, cuando quieran los familiares. Contamos con seguridad privada en nuestro sector. También contamos con enfermeras que realizan asistencia en la lactancia, dejamos que las madres miren qué hacemos en los controles porque son tareas que después tendrán que realizar en sus casas”, enumeró Florencia aludiendo al buen servicio que tiene el hospital en dicha área.
Otras actividades
El equipo de neo realiza jornadas laborales de 6 horas diarias. El equipo, además de la asistencia al bebé y su familia también realiza otras tareas. La asistencia en lactancia donde por ejemplo en la Semana Mundial de la Lactancia salen a la calle a entregar folletos, dar charlas para el público en general y también para profesionales de la salud. “Una mamá que está internada y su bebé en neo por ejemplo, esa mamá está produciendo leche, el calostro que es super importante extraer o para que no se le haga una mastitits, por eso es importante que todos sepamos sobre lactancia, enfermeros y médicos”, sostuvo.
“No somos Hospital Amigo de la Madre del Niño, categoría que por ejemplo tiene el Garraham (Buenos Aires) “, dijo. La Iniciativa Hospital Amigo del Niño(IHAN) es un esfuerzo mundial lanzado en 1991 por la OMS y Unicef para implementar prácticas que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna.
También el grupo de enfermeros cuenta con un taller de lavado de manos. Donde se dirigen a alguna escuela al lazar y educan sobre todo nivel inicial sobre la importancia del lavado de manos. Lo realizan mediante una obra de títeres para que por medio del juego, los más pequeños adquieran esas prácticas.
La neo del Centenario cuenta con un Instagram (neo.centenario) para conocer todas las actividades que realizan como es el caso del taller de RCP que se realizará el próximo 22 de diciembre.