China y Argentina se encuentran en los extremos opuestos del planeta y la distancia cultural no es menor que la geográfica. Sin embargo, la emoción que produce el tango es un puente entre ambos países y ahora, la poesía de sus letras se puede disfrutar de ambos lados del hemisferio.
“La vida es una herida absurda”, dicen los versos de La última curda, una de las obras maestras del gran poeta Cátulo Castillo, también autor del tango Desencuentro, otro hito del letrista argentino. Ambas canciones acaban de ser traducidas al mandarín por el periodista y organizador de milongas chino Ou Zhanming, alias Gaviota, que desembarcó en Buenos Aires hace 20 años y su pasión lo convirtió en una suerte de embajador del tango entre ambos países.
La iniciativa fue celebrada por Carlos Castillo, hijo del poeta argentino: “El saber que esos versos de mi padre se encontraban al alcance de más de mil cuatrocientos millones de personas que a más de 20.000 kilómetros de distancia podrán leer y cantar fue impacto tremendo para mí”, destacó.
Embajador del tango
La traducción de La última curda y Desencuentro no pudo estar en mejores manos. Es que el periodista chino Ou Zhanming, conocido como Gaviota, lleva años difundiendo el tango en su lengua materna y su China natal. En 2015 tradujo el libro de Horacio Ferrer titulado El Tango, su historia y su evolución.
Su pasión comenzó en 2005 cuando llegó a la Argentina por primera vez para trabajar con su padre que en los años noventa había instalado un supermercado en el barrio porteño de Chacarita.
Gaviota empezó a trabajar como traductor de otros supermercadistas asiáticos y más tarde como periodista en un diario de la comunidad china. El chofer que repartía el periódico por los puntos de venta fue quien le hizo conocer el tango, la música, la historia y también le enseñó a bailar.
Con los años profundizó sus estudios del género y como todo tanguero de ley, aún considera que “sabe poco”. Su trabajo, pasión y contribución a la divulgación de la cultura de tango fue reconocido por la Academia Nacional del Tango de la que actualmente es el único miembro chino.
La palabra “curda”
Tras la reciente traducción de los tangos La última curda y Desencuentro, Gaviota Ou resaltó que “la obra de Cátulo Castillo está vigente, no sólo en Argentina sino también en China. Un tango que siempre me provoca melancolía es La Cantina. Nací en una isla de sur de China, donde había muchas cantinas cerca de la playa. Cuando los pescadores volvían con sus barcos, siempre escondían su vida en las cantinas, tomando alcohol para pasar los tiempos”.
En ese sentido recordó que el mayor poeta romántico en la historia china, Li Bai, de la dinastía Tang, tiene un poema muy famoso titulado Tomando solo bajo la luna.
Según Gaviota Ou “la palabra curda tiene un sentido muy fuerte en las poesías chinas” y por ello existen vínculos estrechos con los argentinos.
“Sentir la melancolía, desesperanza, tristeza y soledad, es una sensación que está plasmada también en la poesía antigua china, también relacionada con el alcohol”, dijo y concluyó: “Podemos decir que los chinos y los argentinos como humanos, sentimos la misma emoción. Siempre pensamos que emborracharse o tomar el alcohol es una forma para aliviar el dolor, pero en realidad se empeora la tristeza. Para los chinos, la poesía de Cátulo Castillo no está lejos, está muy cerca, no me cansa escuchar sus tangos”.
Traducir emociones
En distintas entrevistas, Gaviota Ou relató que la principal preocupación que lo aquejó cuando se propuso traducir tangos al chino fue era cómo transmitir una cultura viva a un pueblo completamente ajeno a ella.
“Siempre estoy pensando en cómo puedo transmitir una cultura tan difícil, tan nacional de Argentina, al pueblo chino donde muy pocos conocen su idioma (el español) y tengo que pensar en ambas partes, primero tengo que conocer muy bien la cultura de Argentina, segundo, tengo que ponerla frente a los lectores chinos para que la puedan aceptar,” comentó.
Por eso diferenció la tarea de traducir noticias, en la que acumuló años de experiencia, con otra completamente diferente porque “iba más allá de la traducción literal”.
Al respecto señaló que “es bastante difícil, tengo que transmitirlo en un pensamiento de chinos, no sólo traducir las palabras, sino la forma de pensar, toda la idea. La idea del castellano al pensamiento chino”, dijo Gaviota, quien además de traducir libros y letras de tango organiza festivales y milongas por distintas partes de China.