Las autoridades cubanas aún buscan las causas de la caída del avión de pasajeros que causó la muerte de 68 personas, entre ellas 10 argentinos, y advirtieron que la identificación de los restos puede tornarse lenta.
«El proceso puede tornarse lento debido a la procedencia diversa de las víctimas extranjeras y al estado de los cuerpos en general», explicó a la prensa Reynaldo Rodríguez, jefe del Centro de Medicina Legal en Sancti Spiritus, donde cayó el avión el jueves pasado.
Los fallecidos son 40 cubanos y 28 extranjeros. Entre estos últimos hay 10 argentinos, 7 mexicanos, 3 holandeses, 2 alemanes, 2 australianos, un francés, un japonés, un venezolano y un español.
Rodríguez agregó que todos los cuerpos fueron llevados el viernes pasado al Instituto de Medicina Legal, en La Habana para identificarlos.
Una fuente de la embajada argentina dijo que el Gobierno espera el fin del trámite para enviar un avión que repatriará los restos.
Rodríguez reveló que son «valiosas las informaciones brindadas por los familiares de las víctimas cubanas en función de agilizar dichas indagaciones». Otro especialista expuso que puede esperarse un proceso similar para los extranjeros.
El avión, un ATR 72 turbo hélice de la línea cubana Aerocaribbean, viajaba desde Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros de La Habana, hacia la capital cuando, según testigos, voló erráticamente hasta caer cerca del poblado Las Guasimas.
Este accidente aéreo es el más grave que involucra una línea aérea cubana desde 1989, cuando un avión IL-62 con destino a Milán, cayó en La Habana, causando la muerte de 115 pasajeros, entre ellos 113 italianos.