El 11 de julio de 2019 fue un día de celebración para las familias del Colegio Ecos. La Corte Suprema de la Nación había dejado sin efecto la prescripción de la causa de 2006 por la tragedia donde murieron 9 estudiantes y una docente en Santa Fe. Debía volver a la Corte Suprema de Santa Fe para que revisara la condena al chofer del micro que chocó contra un camión en la ruta nacional 11, en el departamento Vera. La alegría se apagó pronto.
“A diciembre no tenemos ninguna información de cuándo y cómo va a resolverse. No nos notificaron nada. La Corte santafesina es cómplice de una Justicia que no da respuestas”. Así lo explica Sergio Kohen, padre de Nicolás, uno de los chicos que murieron en el choque. Él integra la ONG Conduciendo a Conciencia. Desde 2006, esa asociación transformó el dolor de la comunidad educativa de Ecos en una militancia para evitar más muertes en las calles y rutas del país.
La tragedia del colegio Ecos ocurrió el 8 de octubre de 2006 en el kilómetro 869 de la ruta nacional 11, cerca de la localidad de Margarita. Eran las 22.15 cuando el camión de la firma Sarita conducido por Ángel Soto chocó contra el micro de la empresa Godoy que llevaba a estudiantes, graduados y autoridades del Ecos. Volvían de Quitilipi, Chaco, donde habían cumplido con una visita solidaria que incluyó talleres, juegos, charlas sobre educación sexual, teatro y trabajo en la huerta de la escuela El Paraisal, a la que apadrinaban desde la década del 90.
Según los peritajes, al momento del choque Soto tenía 1,65 gramo de alcohol por litro de sangre (cuando no está permitido ningún consumo de alcohol para choferes profesionales). Él y su acompañante, Hugo Albrecht, murieron en el choque. Quienes investigaron el caso concluyeron que Soto había hecho una maniobra de zigzag antes de golpear contra el micro.
Benjamín Bravo, Federico Ecker, Julieta Giataganellis, Delfina Goldaracena, Justine Hartman, Lucas Levin, Julieta Posilovic, Daniela D´Agostino y Nicolás Kohen murieron como consecuencia directa del choque. Eran estudiantes del Ecos. La docente que los acompañaba, Mariana Boye, también falleció. Iban en el micro manejado por Oscar Atamañuk, a quien más tarde le formaron una causa por homicidio culposo múltiple más lesiones a 39 personas. Quienes investigaron el choque entendieron que Aramañuk también fue responsable porque se había cruzado de carril al ver la maniobra del camión.
La que no fue
Vera Spinetta, hija del músico y poeta Luis Alberto, iba al Colegio Ecos. Incluso estaba previsto que viajara a Chaco con quienes murieron o terminaron heridos. No fue así. “Luis quedó muy conmovido y se acercó a nosotros. Trabamos una amistad. Él quería ayudar. Fue un ángel que tuvimos. Hoy lo es León (Gieco)”. Así lo cuenta Diego Molina, otro de los padres de Conduciendo a Conciencia.
El compromiso de Luis Alberto Spinetta con la causa de la ONG marcó sus últimos años de vida. Incluso fue el último párrafo de su última carta pública. A fines de 2011, cuando una revista de chimentos había anunciado su enfermedad, escribió: “Pertenezco a Conduciendo a Conciencia, y les recuerdo que ahora en las fiestas, si van a conducir, no deben beber. Gracias. Los quiero mucho. Felices Fiestas. Luis”.
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Meses antes de la muerte de Spinetta, la Justicia de Reconquista condenó a Atamañuk a tres años de prisión más siete de inhabilitación para conducir. A fin de 2012, la Cámara de Apelaciones de Rafaela anuló la condena. En julio de 2013, de nuevo en Reconquista, bajaron la sentencia al chofer a dos años y siete meses de prisión y cinco de inhabilitación. En diciembre de 2014, la causa volvió una vez más a Rafaela. La Justicia de ese distrito definió que la causa había prescripto. Las familias del Ecos apelaron y fueron hasta la Corte Suprema de Justicia santafesina, donde los jueces mantuvieron la decisión de no sancionar a Atamañuk.
Después de casi tres años de análisis en la Corte Suprema de la Nación, la máxima instancia judicial definió dejar sin efecto la prescripción y devolverla para revisión a Santa Fe. “Una causa prescribe porque no tuvo movimientos. Acá eso no ocurrió. Quienes la demoraron fueron los jueces de Santa Fe”, criticó Sergio Kohen, de Conduciendo a Conciencia.
Voceros del Poder Judicial confirmaron que la causa está de nuevo en la Corte santafesina, pero no hay fecha para que haya una resolución. Deberán sortear camaristas que revean el caso porque la actual corte, integrada por María Gastaldi, Roberto Falistocco, Eduardo Spuler, Rafael Gutiérrez, Mario Netri y Daniel Erbetta, ya había fallado a favor de la prescripción.